La Avenida de la Constitución alberga hasta cinco edificios de Aníbal González, las fachadas de dos de ellos se encuentran en perfectas condiciones (Oficina de Turismo y sede de Adeslas) mientras que los otros tres, que presentaban un aspecto más descuidado, están siendo sometidos a una limpieza general. Se trata de dos edificios construidos para el Marqués de Villamarta (el de la esquina con García de Vinuesa y el contiguo) y el que fue propiedad de Emilia Scholtz (el del Café Génova y la Administración de Lotería). Los tres fueron construidos a partir de 1912 y dos de ellos formaron parte del concurso de Casas Sevillanas organizado por el Ayuntamiento de Sevilla en 1911 para determinar cuál era el estilo propio de la arquitectura vernácula.
El edificio de la imagen fue mandado construir por el marqués de Villamarta, que a principios del siglo XX poseía varios solares en la ciudad y fue construyendo viviendas y comercios en diferentes puntos del centro histórico. Gran mecenas de Aníbal González, confió en el arquitecto en varias ocasiones dejándonos un variado repertorio de edificios de diferentes estilos. Éste en concreto, con un destino comercial, fue alquilado por los Hermanos González para ubicar en él su negocio familiar. A pesar de ser un único edificio, Aníbal dividió la fachada en dos partes completamente diferentes, ambas inspiradas en el Renacimiento con elementos típicos de este estilo como el despiece de sillares en paramentos, relieves con querubines, pilastras decoradas con grutescos, arcos de medio punto, frontones triangulares y tondos con bustos humanos, un lenguaje que podemos contemplar unos metros más adelante en la fachada plateresca de las Casas Consistoriales.
El Ayuntamiento puso diversos impedimentos a la participación de este edificio en el Concurso debido a que se saltaba varias normas, como el hecho de que no era una casa de viviendas, sino un establecimiento comercial o la extraña fachada dividida en dos partes a pesar de pertenecer a un mismo edificio. Pese a todo, la influencia del marqués de Villamarta debía ser importante y se terminó admitiendo su participación. En la actualidad tanto este edificio como el que hace esquina con García de Vinuesa pertenecen al Banco Popular, que los ha unido por dentro respetando únicamente las fachadas y algunos elementos decorativos interiores, como el zaguán de acceso con bellas columnas de mármol y una espectacular pintura en el techo (con una escena que hace referencia a un telar, quizás por relación con el tipo de negocio instalado en este edificio). Un lujo que vuelve a darnos una idea de la necesidad de proteger y conservar los interiores de los edificios para salvaguardar su historia y esencia al margen de sus fachadas.
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