Tal y como adelantábamos hace unos días en el Blog, el Monasterio de San Jerónimo cumple estos días seiscientos años. Fue concretamente, tal día como hoy, el 11 de febrero de 1414 cuando se produjo la Consagración canónica del edificio con una gran procesión del Santísimo que partió desde la antigua Catedral (que en esos momentos aún era la mezquita almohade) hasta San Jerónimo, en la que participaron tanto el Cabildo catedralicio como el municipal, lo que nos da una idea de la importancia de la fundación.
Con motivo de este aniversario, diferentes asociaciones civiles entre las que se encuentra la AMPA del Colegio Buenavista están organizando un calendario de actividades que se desarrollarán a lo largo de todo el año y que culminarán, si todo sale bien, con la inauguración del centro cívico de San Jerónimo a finales de año, un equipamiento que estará integrado en el propio monasterio.
En la presentación que se ha hecho esta mañana de los actos conmemorativos ha participado el arquitecto José García Tapial, autor de la rehabilitación del edificio en los años noventa y encargado de diseñar el nuevo centro cívico, cuyas obras se han alargado en el tiempo por la rescisión del contrato que el Ayuntamiento tuvo que hacer con la anterior empresa encargada de las mismas por no haber desarrollado los trabajos como se estipulaba en el contrato. A día de hoy las obras se han encargado a otra empresa que ha calculado en unos seis meses el plazo necesario para culminar el edificio. Si no hay mayores contratiempos, en verano podrían terminar las obras para, a partir de ese momento, comenzar con la equipación del edificio para su apertura al público.
García Tapial ha hecho un repaso por la fascinante historia del edificio y de la Orden que lo construyó, los Jerónimos. Esta orden se caracterizaba por su cercanía a la dinastía de los Austria y por estar formada únicamente por miembros de la aristocracia. Esta particularidad determinó el desarrollo del monasterio de San Jerónimo, una comunidad formada por hombres con un nivel cultural superior al del resto de la sociedad (precisamente por pertenecer a la clase privilegiada) lo que conllevó la apuesta por una vanguardia cultural, arquitectónica y artística sin parangón. En San Jerónimo trabajaron los mejores arquitectos que había en la Sevilla de los siglos XV, XVI y XVII, Diego de Riaño, Martín de Gaínza, Hernán Ruíz II y Miguel de Zumárraga, así como artistas de la calidad de Pietro Torrigiano, Zurbarán (que estuvo protegido por la Orden Jerónima) y Valdés Leal, autor de una serie de dieciocho lienzos para la desaparecida Sacristía del monasterio y que actualmente atesora el Museo de Bellas Artes.
Además de los Reyes Católicos, todos los reyes de la dinastía de los Austria pernoctaron y visitaron el monasterio. Aquí Carlos I preparó su entrada en Sevilla antes de su boda con Isabel de Portugal y a las puertas del monasterio recibió las llaves de la ciudad de manos del Cabildo municipal. También estuvieron en San Jerónimo Felipe II y sus sucesores en sus visitas a la capital hispalense. Con el cambio de dinastía, el poder de la Orden Jerónima fue decreciendo hasta prácticamente desaparecer en el siglo XIX cuando el monasterio fue desamortizado y ocupado por una fábrica de vidrio. Precisamente, el horno de esta industria se ubicó en la iglesia, con la mala fortuna de que un incendio devastó todo el templo, de origen gótico pero que había sido remodelado con un lenguaje renacentista por Hernán Ruíz II. Fue el comienzo del fin del edificio, que fue expoliado y destruido en gran parte, conservándose a día de hoy únicamente uno de los claustros y la torre. En los años sesenta fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y en los ochenta fue comprado por el Ayuntamiento. La celebración de la Exposición Universal de 1992 permitió su recuperación gracias a haber formado parte del legado histórico relacionado con América ya que aquí se instaló una de las primeras imprentas de Sevilla y en ella se imprimieron los documentos que posteriormente viajarían a las colonias españolas de ultramar.
Las obras del centro cívico pretenden volver a recuperar este edificio para la ciudad, reconstruyendo dos alas del monasterio, las crujías Sur y Este del claustro donde se ubicarán diferentes dependencias del equipamiento municipal. La nueva construcción recupera parte de la volumetría perdida, apoyando los muros en los cimientos del primitivo espacio monástico pero con una arquitectura contemporánea. Nada se ha dicho en la rueda de prensa sobre la rehabilitación del propio edificio histórico, aunque es de suponer que dichas obras se dejarán para una fase posterior. Lo que sí se recuperará, tal como está, es el claustro, que volverá a tener su misión original vertebradora del espacio, sirviendo de nexo de unión entre las diferentes estancias del centro cívico.
En cuanto a los actos programados, de momento hay pocas actividades cerradas, pero se irán colgando en el Blog habilitado para la ocasión (enlace) y consistirán en exposiciones fotográficas, un ciclo de conferencias, pasacalles, unas jornadas renacentistas, un concierto del grupo Artefactum, visitas al propio monaterio, la reedición del libro sobre el edificio escrito por García Tapial de la colección Arte Hispalense y una edición especial del Carnaval del barrio cuyo pregón (23 de febrero) estará dedicado al VI Centenario del Monasterio.
Una programación discreta pero ambiciosa por parte de las entidades del barrio en la que se echa en falta un mayor apoyo de las administraciones (quizás se podría haber organizado una exposición especial en el Museo de Bellas Artes reuniendo en una misma sala todas las piezas que atesora junto a una maqueta del edificio) y en la que el Ayuntamiento tiene mucho que decir, pues de él depende que el monasterio vuelva a abrir sus puertas y que a lo largo de este año pase de ser un monumento desconocido a un motor social y cultural de la vida no sólo de San Jerónimo, sino de toda la ciudad.
Toda la información sobre los actos conmemorativos se irá actualizando en este Blog
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