lunes, 10 de febrero de 2014

Goya y los esmaltes de Limoges, protagonistas del Bellas Artes


El Museo de Bellas Artes acoge durante este mes de febrero y parte de marzo tres pequeñas joyas que aconsejan, por sí solas, visitar de nuevo sus salas. Por un lado tenemos los dos retratos que realizó Goya en 1789 de los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma para conmemorar su visita a la capital hispalense tras su coronación. Estos cuadros formaron parte del gran monumento efímero que la Fábrica de Tabacos levantó en su fachada principal y contribuyeron a dar a conocer entre los sevillanos la imagen de los nuevos monarcas.

La otra pieza, de una extraordinaria calidad, es el conocido como Tríptico del Gran Capitán, obra prestada por el Museo de Bellas Artes de Granada hasta el próximo 2 de marzo. Se trata de un conjunto de seis esmaltes de Limoges, realizado probablemente por los hermanos Penicaud y que muestra diferentes escenas de la vida de Cristo. Además de su espectacular belleza, el Tríptico tiene un gran interés artístico por fusionar, en una sola pieza dos modelos completamente diferentes pero que se complementan con una extraordinaria armonía; mientras que la parte superior tiene una estética goticista más primitiva, la inferior abraza sin complejos el estilo renacentista tomando como modelo estampas de Durero y otros artistas renacentistas.

Los cuadros de Goya, cedidos por el Archivo de Indias, (donde están depositados por la empresa Altadis) podrán visitarse hasta el 30 de marzo.

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