viernes, 6 de julio de 2012

¿Qué harías con...?

COMISARIA DE LA GAVIDIA


La antigua Jefatura Superior de Policía de la Gavidia es uno de esos edificios que media Sevilla (por no decir el 90%) desearía ver derribada por considerarla un terrible atentado estético contra el casco histórico de la ciudad. También habrá quién desee verla derribada por lo que supuso en los años finales de la dictadura. Sea como sea, la comisaría de la Gavidia, inaugurada en 1962 y proyectada por Ramón Monserrat Ballesté, es un edificio protegido por su aportación al patrimonio contemporáneo sevillano, sin uso y en ruinas. El estado actual de la comisaría es deleznable, fruto en gran parte del pésimo acuerdo al que llegó el anterior alcalde con el Ministerio de Interior en su momento. La ciudad compró el edificio por varios millones de euros a cambio de que ese dinero se utilizase en la construcción de una serie de comisarías de la Policía Nacional repartidas por toda la ciudad. El Ayuntamiento pagó y las comisarías no se construyeron (o al menos, no todas las prometidas). El caso nunca se llegó a aclarar, pero el Ayuntamiento se encontró con un caramelo envenenado en muy malas condiciones al que no hemos sido capaces de encontrarle un uso. 

Se habló de ocuparlo con la sede municipal de Hacienda, se planteó venderlo para que fuera un centro comercial; pero lo cierto es que el actual Plan General le reservaba un futuro mucho más útil para la ciudad y lo calificó como Suelo de Interés Público y Social, es decir, que debía acoger equipamientos públicos para los ciudadanos. Monteseirín ya intentó saltarse la Ley y modificar el PGOU que él mismo había ratificado con la intención de venderlo para usos comerciales, algo que fue incapaz de hacer. Zoido va por el mismo camino y lo ha vuelto a intentar, chocando de frente con la Junta de Andalucía que se niega a dar el visto bueno a una operación que supondría la pérdida pública de este edificio y que agobiaría aún más el centro histórico con usos comerciales no tan necesarios.

La propuesta


Recientemente se ha inaugurado en Madrid el nuevo Espacio Telefónica, ubicado en la primitiva sede de esta compañía en la Gran Vía. El edificio, construido por Ignacio de Cárdenas Pastor entre los años 1926 y 1929, ha sido rehabilitado y metamorfoseado por el estudio Quanto Arquitectura. El resultado ha sido un moderno complejo cultural y tecnológico que acoge la sede de la Fundación Telefónica. En sus más de seis mil metros cuadrados se ha buscado recuperar la arquitectura industrial del edificio, dejando a la vista sus vigas y elementos constructivos, al tiempo que se han añadido una serie de toques modernos como la espectacular escalera que permite vislumbrar de forma diáfana las diferentes plantas del mismo.


Comentando las fantásticas imágenes de Carlos Rodríguez publicadas por Plataforma Arquitectura con un amigo del Blog, lanzó una idea que me pareció de lo más interesante y que he querido reflejar aquí: "eso mismo podrían hacer con la Comisaría de la Gavidia". La idea me pareció fantástica, el antiguo edificio racionalista se presta a la perfección a este tipo de intervenciones, es un edificio protegido pero lo suficientemente moderno como para dar cabida a la arquitectura contemporánea sin chocar y entrar en conflicto con ella. Una actuación de este tipo le daría a la Gavidia un nuevo significado y un nuevo valor, destacando su funcionalidad al tiempo que se le añade un nuevo atractivo.


¿Y qué ponemos dentro de la Gavidia? El edificio es tan grande que puede acoger diferentes usos sin problemas. Lo fundamental sería hacer un estudio del tipo de equipamiento que hace falta en el casco histórico, al mismo tiempo que se busca un proyecto que mejore su entorno y lo dote de vida. La idea que siempre he tenido en mente para este edificio es una gran biblioteca, ese espacio dedicado a la lectura y al libro del que carece la ciudad. Tenemos la Biblioteca provincial, sí, pero carecemos de una gran biblioteca municipal que aglutine los servicios centrales de la Red de Bibliotecas y ofrezca un servicio continuado a los ciudadanos. Este equipamiento estaba previsto para la antigua fábrica de Cruzcampo en Nervión, pero ¿por qué no en la Gavidia? 


Otro uso compatible con el edificio sería el proyecto cultural que el actual equipo de Gobierno tiene reservado para el antiguo mercado de la Puerta de la Carne, un centro cultural dedicado a las nuevas expresiones artísticas que, a su vez, sería la sede del ICAS. Otra idea. Siempre he pensado que en Sevilla hace falta un lugar relacionado con el Urbanismo, con la propia idea de ciudad, un espacio donde se pudieran dar a conocer los cambios urbanísticos planteados, los nuevos proyectos que se realicen, un lugar de debate donde los ciudadanos pudieran conocer, cuestionar y opinar sobre cómo es y cómo va a ser su ciudad. Todo ello aderezado con exposiciones donde se reflejasen otros modelos urbanos que nos ayudaran a conocer lo que se está haciendo más allá de nuestras fronteras.


Una Gavidia recuperada para el disfrute ciudadano, con equipamientos sociales y culturales, supondría un renacer de esta zona de la ciudad. Si además se emplea arquitectura contemporánea para su remodelación, podría convertirse en un referente patrimonial y arquitectónico de Sevilla. Lamentablemente en Sevilla no tenemos empresas como Telefónica que se gasten el dinero en este tipo de equipamientos, (todo eso siempre recae en Madrid por ser la capital) por lo que debería ser el propio Ayuntamiento el impulsor de la iniciativa. Además, el edificio es suyo, la ecuación sale perfecta. Este tipo de proyecto sí traería calidad de vida a la ciudad, crearía empleo cualificado y mejoraría el devenir de la ciudad. Sin embargo, nuestros munícipes (estos y los anteriores) no ven más allá, para ellos, toda riqueza proviene siempre de lo mismo: un centro comercial, a ser posible con aparcamiento subterráneo, o un hotel. Sevilla ya está servida de lo uno y de lo otro, ¿por qué no empezamos a hacer otras cosas? ¿Por qué nos quedamos siempre en la idea de que sólo podemos aspirar a tener hoteles y tiendas en lugar de buscar otras oportunidades que de verdad sean interesantes para todos?


Imágenes de Carlos Rodríguez para Plataforma de Arquitectura (enlace)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lo ideal sería que se tomara el modelo hasta el final. Es decir, que fuera una fundación quien adecentara el lugar. Porque el hecho es el que es: no hay dinero.

Pero hace tiempo que lo comento: en Sevilla no hay empresas privadas que trabajen bien el tema de la inversión cultural. Y eso que empresas propias, hay. Pienso en Abengoa, por ejemplo. Ahora que Cajasol desaparece, a ver quiénes ejercen las labores culturales (menores pero continuadas) que desarrollaban las viejas cajas.

Desde luego, un centro comercial no haría sino acabar con el comercio local, cosa que ya hace el que sería ese vecino (bastante más horrible que la propia comisaría) que es El Corte Inglés.

Sergio Harillo dijo...

En Sevilla, las empresas potentes se pueden contar con los dedos de una mano. A la vista está que a la mínima de cambio, las que creíamos más fuertes como Detea o Alestis, se van a pique. El caso de Abengoa es distinto ya que tiene su sede cultural en el Hospital de los Venerables y una programación cultural de calidad a lo largo de todo el año.

En cuanto a Cajasol, como entidad va a seguir existiendo, otra cosa es que pueda destinar tantos recursos a la cultura sevillana. Eso está aún por ver. De todos modos, una vez inaugurado el CaixaForum, creo que no vamos a echar mucho de menos la labor cultural de Cajasol (otra cosa es la labor social, que hace bastante en esta ciudad).

Saludos!