La iglesia de Santa María la Blanca afronta, tras la restauración de sus cubiertas, una segunda fase de obras que permitan abrir al culto el templo lo antes posible. Concretamente se está actuando en la solería interior del edificio, que se va a sustituir debido a su mal estado, y en los azulejos de los zócalos de las naves laterales, que serán retirados para limpiarlos y tratar de solventar el problema de la humedad.
Para llevar a cabo estos trabajos, presupuestados en 300.000 euros, el párroco ha hecho un llamamiento ciudadano a la colaboración. Los donativos se pueden hacer en la propia Parroquia o en la Oficina de Cajasol de la calle San José.
Si bien estos trabajos mejorarán, y mucho, el estado del templo barroco, aún queda mucho por hacer. La joya artística de esta antigua sinagoga, las yeserías que cubren bóvedas y techos, se encuentra en un estado lamentable. Sin embargo, habrá que esperar a tiempos mejores para volver a verlas en todo su esplendor.
En una ciudad monumental como Sevilla, con tantísimo patrimonio, debería plantearse la creación de una Fundación, un Patronato o algún tipo de institución que se encargara de recabar esfuerzos y medios para ir llevando a cabo labores de recuperación del Patrimonio. Algo así como una bolsa común (no sólo de dinero, sino de profesionales) de donde se pudiera ir tirando en función de las necesidades. Algo similar funciona en Osuna y el resultado ha sido espectacular en los últimos años. No podemos seguir dejando que tantos edificios y obras de arte presenten un estado tan lamentable. Y para aquellos que digan que no es el momento, que estamos en crisis y que hay "otras necesidades", habría que recordarles que este tipo de intervenciones también generan crecimiento económico, que los profesionales que trabajan en ellas comen y pagan impuestos como el resto de los mortales y que las empresas que participan (albañiles, material de construcción...) también verían mejoradas sus economías.
Fuente: ABC
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