miércoles, 14 de marzo de 2012

Hablar por hablar

El asunto de la rehabilitación del palacio de San Telmo da para un libro mayor que su propia historia. Javier Arenas ya ha dicho en más de una ocasión que si llega a gobernar, no lo utilizará como sede de la Presidencia, que lo considera ostentoso y que optaría por recuperar la Casa Rosa para dicho fin. Sobre el uso futuro del palacio, en caso de que gane, un genérico "será un museo" es todo cuanto se le puede arrancar. ¿Un museo de qué? Después de la inversión (más que necesaria y justificada) realizada en el edificio para convertirlo en sede administrativa, plantear siquiera su reconversión en un museo es cuanto menos, desproporcionado. Javier Arenas sabe, o debería saber, que San Telmo, tal cual está, no podría acoger un museo porque sí, sería necesaria una nueva inversión para adaptarlo a dicho fin. Los edificios no son contenedores vacíos reciclables al gusto del consumidor, un museo necesita unas garantías de conservación que, a día de hoy, San Telmo no cumple. ¿De verdad está dispuesto Arenas a gastarse el dinero necesario después de la inversión realizada recientemente? Seguramente no, pero queda muy bonito decir lo del museo, sin concretar y sabiendo que es inasumible.

Como en esto del hablar por hablar todos somos un poco expertos, el alcalde de Sevilla se ha subido al carro criticando que San Telmo "esté cerrado a cal y canto" y poniendo como ejemplo otros edificios presidenciales españoles con horario de apertura. A Zoido no le han informado bien (o lo sabe y ha omitido la realidad) sobre el uso actual de San Telmo. Sí, es cierto que los que más disfrutan de él son los que allí trabajan, pero también es cierto que se puede visitar libre y gratuitamente tres días a la semana, jueves, sábados y domingos. ¿Que San Telmo podría estar más abierto y accesible? Pues sí, es una joya patrimonial que debería tener un horario de apertura para todos, sin necesidad de citas previas, pero la verdad es que hoy por hoy, se puede visitar sin mayores poblemas por lo que cuesta entender el por qué de las palabras del alcalde. No estaría de más que el alcalde revisara sus propias palabras, como cuando prometió un horario de apertura más amplio para el propio Ayuntamiento, un proyecto para el que aún no hay fecha, por no hablar de otros espacios municipales como los baños de la Reina Mora, el Pabellón Real o la cisterna romana de la Plaza de la Pescadería. Está muy bien exigir, pero también hay que ser un poco autocríticos y sobre todo, informarse antes de hablar.


1 comentario:

El Pasado de Sevilla dijo...

la parte administrativa si es apta, un crimen arquitectónico y una nefasta conservación, pero acta para el uso, pero la sala de juntas y el despacho del presidente NO, es una sauna y a nivel telematico cero.

Un museo, pues si, ya que todo lo que ves en la visita del palacio esta sin uso alguno.