¿Y el agua?

Hace unos días el Ayuntamiento anunciaba la recuperación de la fuente de los leones del Parque de María Luisa. Tras una inversión de 11.500 euros, se ha renovado todo el mecanismo y tuberías de estas fuentes para que vuelvan a arrojar agua. Tal y como se puede leer en la noticia, "se ha instalado una tubería de recirculación de agua nueva para todos los vasos de las fuentes centrales, donde se han acoplado los surtidores. Igualmente se ha colocado una bomba de recirculación nueva, un sistema de filtración (...). Además se ha puesto un programador para su funcionamiento y se ha adaptado el mando eléctrico y de protección". En definitiva, que la fuente de los leones está mejor que nunca y debería funcionar a la perfección. Sin embargo, ayer no echaba agua y estaban todos los surtidores apagados. Tres días después de la nota de prensa, la fuente estaba completamente apagada. 

Quizás el hecho de que la fuente estuviera fuera de servicio sea algo circunstancial, de hecho el estanque de los patos estaba vacío para su limpieza, dejando a los patos bastante desorientados...

La fuente de la ranas, sin embargo, estaba en funcionamiento. Han sido reparados algunos de los desperfectos que denunciamos hace unas semanas, sin embargo la intervención ha sido más de urgencia (pegando los trozos rotos de las ranas y del pato) que una actuación integral.

También estaba sin agua la cascada del Monte Gurugú, un espacio restaurado hace unos años y que ya vuelve a mostrar un aspecto desolador por culpa de los gamberros que campan a sus anchas por el Parque. La cascada lleva años sin funcionar, aunque al menos ahora está limpio el estanque inferior pues ha llegado a tener más pinta de estercolero que de lámina de agua.

El Parque de María Luisa sigue siendo ese saco sin fondo en el que por mucho dinero que se invierta nunca se consigue tenerlo en perfectas condiciones. Quizás sería mucho más útil y práctico contar de una vez por todas con la prometida policía verde que velara por este histórico jardín. De ese modo no habría que gastar tanto dinero en reponer y recuperar sus delicados elementos decorativos y la imagen de dejadez que suele mostrar variaría.