sábado, 24 de septiembre de 2011

San Hermenegildo, más santo que nunca

Dice el refrán que "el que la sigue, la consigue". En Sevilla podríamos añadirle la coletilla de "sobre todo determinados sectores".

San Hermenegildo es una de las joyas de la corona del patrimonio municipal. La que fuera iglesia del Colegio de los Jesuitas, posterior cuartel y finalmente sala de exposiciones, pertenece al Ayuntamiento y así debería seguir siendo. Pero el dinero escasea y es mucho más fácil desprenderse del Patrimonio que abrirlo al disfrute de la ciudadanía.

El edificio necesita una restauración urgente por el delicado estado de sus cubiertas. Como ya hemos denunciado varias veces en el Blog, las filtraciones podrían acabar con las magníficas yeserías atribuidas a Herrera el Viejo y que pertenecen al siglo XVII. El anterior gobierno municipal no tuvo más remedio que cerrar el edificio por el riesgo, presupuestando la reparación pero no llevándola a cabo. El resultado es que San Hermenegildo lleva cerrado desde 2006.

En todos estos años se empezó a hablar de regalar el edificio a dos potentes competidores. Por un lado, el Parlamento, que pretendía recuperar la que fuera su sede como sala de exposiciones donde contar la historia de la Autonomía andaluza. Por el otro, el Consejo de Hermandades y Cofradías, que ante las estrecheces de su actual sede en la calle San Gregorio, solicitó el uso de San Hermenegildo. Y al final el Consejo se ha salido con la suya. Eso sí, el dinero para la restauración que lo ponga el Ayuntamiento, ellos quieren el edificio libre de cargas y nada más y nada menos que para los próximos cincuenta años.

Mi opinión al respecto ya ha salido a relucir en varias ocasiones cuando se ha hablado del tema en el Blog. San Hermenegildo es municipal y así debería seguir siendo. El edificio es tan maravilloso que debería ser disfrutado por la ciudadanía. ¿Cómo? Es evidente que su uso como sala de exposiciones es de lo más inadecuado por tener que compartimentar el pequeño espacio, lo que impide disfrutar del mismo. Un uso bastante acertado sería crear una pequeña sala de conciertos donde pudieran actuar las diferentes corporaciones que existen en la ciudad dotando al edificio de un programa musical continuado. Por orquestas no será: la municipal, la Barroca, la Bética Filarmónica, la OJA... De este modo todas esas instituciones tendrían un lugar donde interactuar con el público, el edificio tendría un uso continuado y la ciudadanía podría disfrutar de él.

Regalando el edificio al Consejo lo único que se consigue es privatizarlo. Si el Consejo necesita una sede mayor, que alquile un edificio, que es lo que hace cualquier entidad privada. Es del todo lícito que quieran tener una sede acorde a su transcendencia en la ciudad, pero no debería ser a costa del patrimonio de todos los sevillanos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La sede actual puede visitarse cuando se quiera, y además allí no habrá gente trabajando permanentemente. Me parece que no resultaría difícil establecer un régimen de visitas para interesados, compatible con el trabajo que allí vaya a realizarse.

Alfonso dijo...

Que el Ayuntamiento, o sea todos, paguemos una restauración que no vamos a disfrutar me parece una aberración. Si no podemos sostenerla, pues que se ceda (en periodos más cortos) pero con la obligación de asumir los gastos de puesta en marcha. Estaría bueno. El Consejo, o sea las Hermandades, tienen bastante dinero como para pagarse una sede mayor. De verdad, aquí todo el mundo quiere pagar menos impuestos pero que "papá" administración pública le pague los gastos.