jueves, 21 de julio de 2011

La Sevilla verde se queda sin fondos


La Gerencia de Urbanismo se ha encontrado una gran sorpresa cuando ha empezado a hacer números; el presupuesto apenas reserva 200.000 euros para la conservación de hasta quince zonas verdes de la ciudad. Los contratos de mantenimiento de parques como el de Miraflores o Guadaíra culminan a lo largo del verano y Urbanismo (que ha asumido la antigua delegación de Parques y Jardines) no tiene dinero para asegurar tareas tan básicas como regar o limpiar.

En los últimos años Sevilla ha visto crecer de formar espectacular los metros cuadrados de zona verde por habitante. Gracias a los fondos llegados de Europa a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se han impulsado ampliaciones y recuperaciones de zonas verdes por toda la ciudad. Además, el Ayuntamiento ha llevado a cabo ambiciosas apuestas como la ampliación del Parque de Miraflores, que se ha convertido en el más grande de la ciudad. Sin embargo, mantener una zona verde cuesta dinero, mucho dinero, y el Ayuntamiento no tuvo en cuenta dichos gastos. Algunas zonas verdes se abrieron sin contar siquiera con farolas (Jardines del Guadalquivir o San Jerónimo) y otras directamente se abandonaron a su suerte o jamás fueron inauguradas a pesar de su uso ciudadano (Miraflores).

La falta de planificación y la nefasta gestión es sin duda la peor herencia que se ha encontrado el nuevo equipo de Gobierno en el Ayuntamiento que tendrá que hacer malabares para conseguir que la ciudad funcione con unas arcas completamente vacías. Lo que no alcanzo a comprender es por qué existe tanto problema en mantener las zonas verdes, Sevilla cuenta con una delegación de Parques y Jardines con un personal que puede asumir dichas competencias. Quizás no haya personal suficiente como para un mantenimiento diario de todos los parques y jardines de la ciudad, pero sin duda, las imágenes de abandono que muchas veces se ven en los parques podrían desaparecer con un seguimiento rutinario. Una opción más que viable es la de involucrar a la ciudadanía en el cuidado de los parques, que al fin y al cabo, son de todos. Estoy más que convencido de que existen muchísimas personas que no dudarían en arrimar el hombro para que nuestros parques y jardines presentaran el mejor de los aspectos. Se podrían crear asociaciones de amigos de cada uno de los parques de la ciudad en la que tuvieran cabida los vecinos y todas aquellas personas interesadas en velar por la correcta conservación de las zonas verdes. Sería una bonita forma de concienciar al ciudadano sobre la importancia del patrimonio verde al tiempo que se cuenta con su trabajo desinteresado.


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