lunes, 21 de febrero de 2011

Costurero de la Reina: el fracaso de una buena idea


En julio de 2008 abría sus puertas el Centro Temático 'Costurero de la Reina', un espacio que pretendía dar a conocer el legado patrimonial que la Exposición Iberoamericana de 1929 dejó en la ciudad. La exposición permanente del centro consistía en una serie de pantallas táctiles en las que el visitante podía conocer personajes, pabellones y datos históricos sobre aquella época. En la planta alta se ubicaban dos vídeos, uno sobre la Exposición Iberoamericana y el otro sobre la reutilización de los espacios construidos para la muestra y su importancia en la ciudad actual. La visita se completaba con una serie de paneles en el exterior que recogían la historia del Costurero, construido en 1893 por Juan Talavera para el duque de Montpensier, la biografía de Aníbal González o una pequeña introducción sobre la Expo'92.


La idea era que el Costurero se convirtiera en el inicio de una serie de rutas por el legado de 1929, para ello se diseñaron varios folletos que se entregaban al visitante para que paseara por el Parque de María Luisa y la Avenida de la Palmera y el Paseo de las Delicias, donde se encuentran gran parte de los edificios construidos por los países participantes. Sin embargo, lo que podría haber sido un gran proyecto se quedó en un quiero y no puedo. Una de las propuestas más interesantes, la visita de la azotea del Costurero, nunca se llevó a cabo; las diferentes rutas para guiar al visitante nunca fueron instaladas, las pantallas funcionaron durante un tiempo pero luego dejaron de hacerlo e incluso uno de los paneles exteriores lleva meses roto sin que se haya repuesto (imagen inferior).


Así, el Costurero de la Reina se quedó en lo que había sido durante años, una oficina de Turismo más de la ciudad. De hecho el cartel que indacaba su antiguo uso, nunca fue retirado fomentando que los turistas siguieran pensando que ése era su fin.


¿Qué ha fallado? Pues la falta de interés del Ayuntamiento y el Consorcio de Turismo en fomentar la visita al sector sur de la ciudad. La última medida ha sido reducir su horario, de modo que ahora el Costurero sólo abre por las mañanas. En el interior nos encontramos gran cantidad de folletos de diferentes actividades culturales de la ciudad, lo que contribuye a que sea más una oficina de Turismo que un Centro Temático.


Los vídeos que se instalaron en la planta alta han sido bajados a la principal, evitando así que se pueda visitar todo el edificio. Esta mañana, por ejemplo, no funcionaba ninguna de las tres pantallas que supuestamente debían informar sobre la Exposición Iberoamericana.


¿Qué se podría haber hecho? Ya que se creó este Centro, lo mínimo que podría haber hecho el Consorcio de Turismo era terminar el proyecto. De nada sirve entregar un folleto al turista donde aparecen cuatro datos, si luego esas rutas no están señalizadas en la calle. Hubiera sido muy sencillo colocar en cada edificio o espacio heredado de 1929 un panel explicando su historia, usos y características principales, además de indicar a qué tipo de ruta pertenece. De esta forma, el visitante podría moverse por este amplio sector conociendo los edificios y haciéndose una idea de lo que significó para Sevilla modernizarse y entrar de lleno en el siglo XX gracias a aquel acontecimiento. ¿Qué más podría haber incluido este Centro? Pues ya que está dedicado a la Exposición Iberoamericana, podría haber incluido en su planta alta una pequeña biblioteca especializada donde tener acceso a las obras que se han publicado sobre este evento, los artistas que participaron y el cambio urbanístico que supuso para la ciudad. Esta biblioteca podría haber dependido de la Red Municipal y hubiera servido para concentrar en un solo punto todo lo que se ha escrito sobre el evento.


Queda un último punto: el coste. Evidentemente mantener este edificio supone un dinero (aunque el Consorcio haya tirado de becarios para la atención al público). ¿Cómo conseguir que sea rentable? Pues por ejemplo se podría haber diseñado un sistema de audioguías que se ofrecieran al visitante y que pudieran ser utilizadas en las diferentes rutas. De este modo se fomentaría el recorrido por el legado de 1929 al tiempo que se obtendría dinero por su alquiler.

Ideas no faltan. Se podría haber hecho mucho y no se ha hecho nada. Tras una importante inversión se ha dejado que el centro languidezca hasta el extremo actual, cuando ya ni siquiera se encienden las pantallas que costaron un dinero.

Lo único que nos queda es mostrar nuestro descontento. Por eso os animamos a que dejéis un comentario en los respectivos Facebook's del Castillo de San Jorge y el Costurero de la Reina, al menos así quedará constancia de que no estamos conformes con la reducción del horario de estos centros y que si realmente queremos ser una capital cultural importante, hay que tomarse las cosas más en serio.


1 comentario:

Juanan dijo...

A mí también me da lástima este fracaso, pero pienso que tampoco era muy buena idea. Pienso que empiezan ya a sobrar este tipo de museítos, o edificios centrados exclusivamente en darle las cosas ya masticadas a los turistas. Que por cierto es algo que me parece una frivolidad, alguna vez he practicado esa modalidad de turismo con mi familia y me ha parecido una manera muy poco satisfactoria de viajar.

El problema es más profundo, como tú apuntas. El solar está en la punta de una manzana de uso básicamente dotacional, exceptuando algún pub nocturno. Por allí sólo se pasa en coche (que esa es otra, los atascos que se forman en esa rotonda son para tenerlos en cuenta). La relación con el Parque de María Luisa está condicionada por una calzada de cuatro carriles.

Ciertamente, es difícil buscarle un uso a un edificio tan pequeño que no sea el de "centro de interpretación" o "centro temático". Seguramente, no soportará otro uso que el de oficinas, que seguro que es mucho más productivo que tener una señora aburrida cuidando de un expositor y un puñado de folletos.