martes, 10 de agosto de 2010

Cultura de Sevilla en... Bilbao (I): "El efecto Guggenheim"

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Mucho se ha hablado del "efecto Guggenheim" en los últimos años. Desde su apertura en 1997, el Museo Guggenheim de Bilbao y su impactante arquitectura, obra de Frank O. Gehry han servido de modelo a multitud de ciudades, sobre todo dentro de España. Cualquier capital de provincia ha querido emular el éxito del radical cambio que ha experimentado Bilbao a raíz de la apertura de su museo. En los últimos años hemos asistido a un sin fin de inauguraciones (casi todas ellas de edificios culturales) en varias ciudades españolas que querían "salir en el mapa" gracias a un edificio estrella.


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Antes de que Bilbao construyese el Museo Guggenheim las ciudades luchaban unas con otras para conseguir ser sede de unos Juegos Olímpicos o de una Exposición de carácter internacional, era la mejor manera de asegurarse una importante inversión que sirviese para modernizarse y de paso ayudase a lanzar turísticamente a la ciudad que albergase el evento. Bilbao optó por otro camino, apostó por un museo y la jugada le salió redonda. ¿Pero es extrapolable a otras ciudades el "efecto Guggenheim"?. En mi opinión no. Lo que ha funcionado en Bilbao e incluso en Valencia, en otras ciudades ha fracasado estrepitosamente, se ha gastado una cantidad ingente de dinero en un equipamiento de rabiosa actualidad, encargado a arquitectos de renombre, que finalmente no ha sido tan laureado como el museo bilbaino (recientemente nombrado el mejor edificio de los últimos treinta años). ¿Por qué a unas ciudades les funciona y a otras no?
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Sinceramente, el que piense que un solo edificio puede obrar el milagro está muy equivocado, nada más lejos de la realidad. Un edificio puede ser la guinda del pastel, pero nunca la tarta entera. Si una ciudad apuesta por un icono y le sale rana, todo el esfuerzo habrá sido en vano. La inversión en ese edificio debe ir acompañada de una serie de actuaciones equilibradas, inteligentes y sobre todo, bien planificadas a corto, medio y largo plazo. Es ahí donde han fallado algunas ciudades, han construido el icono, pensando que los turistas iban a llegar cartera en mano a dejarse el dinero y se han dado cuenta de que lo único que han conseguido es un gran edificio vacío de contenido y que el turismo sigue igual de estancado que antes de su construcción. Es fundamental la planificación, tener un objetivo y seguirlo. Pero también es muy importante la calidad y el buen gusto, y en ello no hay edificio que valga, todo recae en la persona o equipo que gobierne la ciudad.
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Pasear por Bilbao es una maravilla, el buen gusto se observa en cada esquina, a cada paso. Habrá fallos, evidentemente, y seguramente los propios bilbainos tendrán más de una queja, pero lo cierto es que la ciudad ha pasado de ser una urbe post industrial con un futuro bastante negro a ser todo un ejemplo de urbanismo y buenas prácticas a nivel internacional.
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Como decimos, la habilidad y capacidad del equipo de gobierno, así como de los asesores que planifiquen el devenir de la ciudad, es la base en la que se sustenta ese "efecto" que muchos han querido emular o incluso copiar pero que no siempre ha funcionado.
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Volviendo los ojos hacia Sevilla, vemos que nuestra ciudad también ha querido incorporarse a esta ola del urbanismo escaparate que sacude a ciudades de toda España. Lamentablemente, además de incorporarnos tarde, da la impresión, al menos visto lo visto, que lo estamos haciendo bastante mal. No sólo no ha habido un diálogo y un debate para saber qué necesita la ciudad sino que se ha impuesto un criterio totalmente subjetivo, la mayoría de las veces sin un fin claro y con una planificación bastante dudosa en cuanto a calidad. Se hizo un Plan General de Ordenación Urbana que marcó unas pautas pero luego hemos visto como han ido saliendo determinados proyectos que no estaban reflejados en esa hoja de ruta y que además han generado gran controversia porque no han sido entendidos por parte de la ciudadanía. La mayoría de ellos se han convertido más en un frente abierto entre dos formas de entender la ciudad que en un emblema de la nueva ciudad construida entre todos. Al margen de esos proyectos, que podrán gustar más o menos, la ciudad no ha sabido evolucionar en conjunto y mejorar en función de las necesidades de sus vecinos y visitantes. El Ayuntamiento ha actuado en muchas ocasiones sin una finalidad clara, a golpe de tambor, dando pocas explicaciones y esperando que los hechos consumados fueran suficiente para una ciudadanía que no entendía el por qué de esos cambios. Ha habido proyectos que han salido bien como la peatonalización de la calle Asunción pero otros han fracasado estéticamente y se han convertido en una cicatriz con la que la ciudad tendrá que aprender a convivir (el caso de la Alameda de Hércules). ¿Dónde ha estado el problema? Básicamente en el Ayuntamiento y en el equipo de profesionales que han llevado a cabo una serie de reformas urbanísticas del todo inapropiadas y que, estéticamente, dejan mucho que desear.
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¿Existe por tanto el efecto Guggenheim? Sí, pero con matices. Si Bilbao no hubiera emprendido la construcción del museo quizás hoy en día no estaría en las guías de viaje como lugar imprescindible para visitar, sin embargo el cambio que ha experimentado Bilbao no se queda solo en el museo, llega a toda la ciudad, a todos los ámbitos y es mucho más loable esa planificación, ese saber hacer, que la construcción de un museo que, tarde o temprano, será uno más en el panorama cultural internacional.
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7 comentarios:

Sevalber dijo...

Claro que no son entendidos, estos políticos no paran de hablar de modelo de ciudad y lo único que hacen es dar bandazos continuamente.

En la memoria del PGOU se dice claramente que la componente estética “ha de ser un principio que acompañe todas las decisiones de diseño urbano. No se trata de proporcionar un repertorio de artefactos desmesurados, propagandísticos y ficticios.” Sin embargo, ahí tenemos el proyecto de la Torre Cajasol, artefacto desmesurado, propagandístico y ficticio donde los haya...

Después llega la verborrea de la sostenibilidad, y como buen ejemplo van y se cargan una parte del Parque del Prado para poner cemento. ¿No había otro sitio donde construir esa biblioteca? La SE-35 por el Tamarguillo, más carreteras e infraestructuras para el coche y por otro lado la imposición de la restricción al tráfico en el centro sin alternativas serias...

Y por último (por acabar ya), el sainete de las setas. El antiguo delegado de urbanismo escribiendo articulitos sobre urbanismo social para después gastar la intemerata en un proyecto que privatiza el espacio público durante 40 años y que en breve tiempo supondrá la definitiva desaparición del mercado que tanto se jactan de defender.

Bandazos y más bandazos, ausencia de gestión sistemática, imposiciones y apertura de frentes gratuitos entre los ciudadanos. ¿Dónde queda ese modelo de ciudad?

Sigo atentamente estas interesantes entradas. Un saludo.

Juan Fco. Cózar Peralta. dijo...

La verdad que el plan de integración de la Ría, y en consecuencia el plan de adaptabilidad del entorno del Guggenheim es muy bueno. Toda la zona oscura y gris industrial de Bilbao ha sido sometida a un gran lavado de cara (parece mentira con lo que era). Edificios acordes (como el Palacio de Euskalduna), puentes nuevos, e incluso una infraestructura hotelera que atiende la demanda, y que se muestra igualmente vanguardista, ha hecho mucho. El turismo hay que mimarlo, el que va a ver el museo quiere un entorno en el que pasearse después. En sí, el Guggenheim es una maravilla, el contenido tene la suerte de afianzarse en una red de museos que tira mucho para hacer exposiciones temporales (hay que decir que no todas son un acierto.
Las ciudades parecen que se "especializan" en un sector cultural. Quien va a Sevilla busca Barroco sobre todo, pero eso no tiene por qué ser causa de olvido para otras épocas: el arte contemporáneo tiene cabida en Sevilla, a pesar de no potenciarse mucho el CAAC.
En resumidas cuentas, un edificio no lo es todo y hay que saber conjugarlo en el entorno para que no fracase

Hispalense dijo...

Pues yo lo siento. Pero siempre he pensado que lo del Guggenheim es un bluff. ¿Cuántos de los visitantes que contabilizan son realmente turistas? ¿Se hubiera aceptado en otra ciudad un museo sin colección propia (hace poco la han empezado)? Y eso de que ha puesto a Bilbao como cita imprescindible para visitar será sólo en algunas guías y de hace ya algunos años. Si tantos visitantes ha traído,¿cómo es posible que el aeropuerto de Bilbao tenga menos pasajeros que el de Sevilla (al que consideramos infrautilizado con razón)? Y eso que el de Bilbao no tiene aeropuertos competidores como en el caso sevillano pueden ser los de Faro y Málaga. Lo que sí hay que reconocerle a los bilbaínos es su capacidad para la propaganda y para evitar las críticas de tal manera que todo te lo venden como maravilloso. Si a esto unimos el papanatismo de algunos que se pirran por un edificio "moderno" pues ya tenemos el pastel hecho. Pero se pongan como se pongan el pastel se está poniendo duro.

Sergio Harillo dijo...

@ Sevalber: Todo se resume en: falta de una gestión y una planificación inteligente y adecuada. En cuanto a lo que denominas "artefactos" pues ya sabes mi opinión, estoy a favor de todos ellos, lo que me fastidia es que se gestionen tan mal, con los sobrecostes, los problemas legales, los debates estéticos... y encima lo mal que se venden estos proyectos que pueden ser muy positivos para la ciudad. ¿Modelo de ciudad? Ninguno.

@ Juan Fco: Gracias por tu comentario, compartimos muchos puntos de vista :)

@ Hispalense: Lo siento pero no puedo estar más en desacuerdo con lo que dices. No sé si has estado en Bilbao, pero si no has ido, te recomiendo que conozcas la ciudad antes de criticar sin conocer. Te puedo asegurar que el Guggenheim estaba repletito de turistas (colas de media hora para entrar) que pagaban religiosamente sus 13 euros de entrada. En la ciudad se ve a gente mapa en mano y con la cámara haciendo fotos. La infraestructura hotelera es bastante importante, con gran cantidad de hoteles, muchos de ellos de alta categoría.

En fin, no sé en qué te basas para decir que en Bilbao no hay turistas. Esperando el avión de regreso a Sevilla, como iba con retraso, pude ver como salían vuelos a distintas partes de Europa e incluso vuelos a Marruecos. Digo yo que si hay vuelos, por algo será, no? Sí te doy la razón en que el aeropuerto de Bilbao es bastante pequeño, aunque actualmente lo están ampliando.

Nadie ha dicho que Bilbao supere en visitantes a Sevilla, simplemente estamos analizando el caso bilbaino después de haberlo conocido en primera persona.

En cuanto a lo de la propaganda... pues la verdad, no sé a qué te refieres. A mí todo el mundo que ha visitado Bilbao me ha hablado muy bien de ella, ahora la he conocido en persona y puedo recomendarla yo. No es cuestión de propaganda, es simplemente ir y verlo en persona.


Un saludo!!

Hispalense dijo...

Pues sí, he estado en Bilbao y no comparto para nada tu opinión. Los turistas, poquitos. La mayor parte de los visitantes del museo son escolares del País Vasco. Luego propaganda hay y mucha.Y vuelos con Marruecos hay ya en cualquier aeropuerto, incluso en Sevilla. Lo siento, pero no cuela.Además no contestas a una de mis preguntas ¿qué se hubiese dicho en cualquier otra ciudad inaugurando un museo sin colección propia.

Sergio Harillo dijo...

@ Hispalense: Nadie está intentando "colarte" nada. Si no compartes mi opinión, me parece muy bien, cada uno puede ver las cosas como le parezca más oportuno.

He estado una semana en Bilbao y he visto mucho turismo. Que cuando fuiste tú no viste ninguno, pues nada, supongo que será por la época, ¿qué quieres que te diga? No me estoy inventando nada ni mucho menos estos artículos se han escrito para contrariarte a ti.

¿Quieres que te conteste a tu pregunta? Pues te contesto, sinceramente, creí que era retórica y por eso no la contesté antes. Seguramente, si la Fundación Guggenheim diese su visto bueno para abrir un Museo en cualquier ciudad española te aseguro que abría tortas por salir en la foto. Imagino que también estarás en contra de la apertura de un Caixaforum en Sevilla, ya que también nace sin colección propia.

Que el Museo Guggenheim tiene poca colección propia es algo que también he comentado, no veo por qué te duele tanto ese tema en particular. Es un Museo que está más enfocado a las temporales al igual que pueda estarlo nuestro CAAC donde rara vez se expone la colección propia del centro. Es tan criticable como cualquier otro aspecto, pero no veo que por eso haya que demonizar al Museo.

Un saludo.

Sevalber dijo...

Evento, lo de "artefactos" no lo digo yo, lo dice el propio PGOU. Porque los mismos políticos que lo han aprobado son los que se lo saltan a la torera. Que verdaderamente parece que las leyes y normativas se han hecho para que las cumplan sólo los ciudadanos, mientras que las administraciones tienen bula para saltarse lo que les salga de los... de las narices. A mí no me quita nadie de la cabeza que la Torre Cajasol es ilegal, y sé por experiencia propia de lo que hablo.

Estoy en contra de la torre sí, y esto lo digo aunque no existiera la Giralda ni otras leches, porque lo considero una cuestión de escala urbana más que un problema patrimonial (que también lo es). Sin embargo, estaría a favor de la biblioteca de diseño si no hubiese que destruir un parque para poder construirla, y también a favor de Metropol Parasol si no lo agriaran con privatizaciones, sobrecostes y cuestiones legales que se vuelven a saltar.

Muy interesantes estas comparativas entre Bilbao y Sevilla. Y a ver si nos vemos, que con la de veces que vienes por mi barrio cualquiera diría que no quieres... :P