¿Y qué más da?

Ayer fue un día nefasto para la Cultura sevillana. El consejero de Cultura ha decidido destinar la Casa de Murillo como sede de la Agencia Andaluza del Flamenco. Sería comprensible esta medida si sobre este edificio no se hubiera proyectado, presupuestado y licitado un proyecto que gira en torno a la figura del pintor sevillano, un centro de estudio e investigación en el que mostrar al mundo su figura. Todo eso se lo ha pasado por alto el consejero. Da la impresión que incluso desconocía la existencia de este proyecto a tenor de sus declaraciones ante la prensa cuando fue preguntado por el mismo.

.

¿Pero a alguien le importa? El único periódico que ha hecho hoy una crítica sobre este tema ha sido El Correo de Andalucía (con un artículo, por cierto, muy parecido al que publicábamos nosotros ayer). No ha habido reacciones de agentes culturales, ni de artistas ni de asociaciones de conservación del patrimonio. Nada.

.

Sevilla, por su historia, por su riqueza cultural, por su identidad, podría jugar un papel fundamental en materia cultural a nivel internacional; sin embargo estamos dejando que languidezca hasta que se convierta en un punto más en el mapa del mundo. El Museo de Bellas Artes no tiene fecha de ampliación, el Arqueológico se cae a pedazos, el CAAC no termina de arrancar, nuestro patrimonio monumental presenta un estado deplorable, el Maestranza y la Sinfónica ven recortados sus ya de por sí reducidos presupuestos, la Orquesta Barroca peligra, han cerrado el Espacio Escala y el Espacio Iniciarte... Algo tenemos que hacer y hay que hacerlo ya.
.

Lo peor que le puede ocurrir a una ciudad es la pasividad de sus ciudadanos. Si los que habitan en ella no muestran ningún interés, la ciudad termina pudriéndose por dentro. La Cultura, ese concepto ambiguo, tan manido y tan usado por algunos, es lo que le da sentido a nuestra vida. La música, la literatura, las artes... son las que hacen que una persona vaya evolucionando a lo largo de su vida, son las que le dan un espíritu crítico y las que pueden construir un mundo más justo. Sin embargo la falta de Cultura degrada al ser humano y muestra lo peor que hay en él.

.

Ayer perdimos la oportunidad de tener un gran centro dedicado a uno de nuestros pintores más universales. Mañana veremos cómo cierra éste o aquél museo. Y pasado permitiremos que sea derribada cualquier iglesia o viejo palacio para construir un Zara. Lo peor de todo es que Sevilla va muriendo poco a poco y no son suficientes los atisbos de vida que surgen de vez en cuando con iniciativas culturales que intentan salvar lo poco que ya nos queda.

.