jueves, 4 de febrero de 2010

Opinión

Leo las noticias referentes a la reunión que mantuvieron ayer el alcalde y la delegada de Cultura con los agentes culturales de la ciudad y no logro entender nada. Me parece increible que se apoyara la reducción de los presupuestos del Maestranza y la Sinfónica y que se llegara a decir que es preferible recortar a los grandes mientras los pequeños puedan seguir viviendo de las subvenciones.
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Como no es comparable lo uno con lo otro, no alcanzo a comprenderlo. El Maestranza y la Sinfónica son proyectos públicos, sostenidos por las administraciones y puestos en marcha por ellas. Lo lógico es que sean apoyados en los presupuestos públicos. El resto de iniciativas que tanto parecen alegrarse del recorte a estos dos proyectos son iniciativas privadas que reciben (y sobreviven) gracias a las ayudas y subvenciones públicas. Decir que las pequeñas y medianas actividades culturales son las que crean empleo y llegan a un mayor público es del todo discutible. Nadie duda de la labor que llevan a cabo los festivales, salas de teatro y demás en la ciudad, pero lo cierto es que sin las ayudas públicas, esa oferta, esa variedad, quedaría reducida a límites escandalosos. Esa libertad que dicen tener no es real, ya que sólo sale adelante quien tiene mejores contactos con las administraciones. Debemos empezar a cambiar el chip de vivir de las subvenciones, las iniciativas o son rentables o no lo son. Montar una empresa y esperar a que vengan las administraciones a apoyarte para evitar que desaparezcas, no es de recibo. Suficiente tienen las administraciones manteniendo monumentos, museos, teatros y otras entidades públicas, el ayudar a la empresa privada debe ser algo puntual, no el pan nuestro de cada día.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay proyectos culturales o festivales que cubren un espacio de programación que no serían nada sin el apoyo de las administraciones ¿Por qué un teatro que tiene las entradas más caras de la ciudad tiene que recibir todo el dinero público y los pequeños que arriesgan, experimentan y hacen un verdadero trabajo de cultivo no?

Es muy fácil intentar poner el rasero de la "empresa" en el ámbito de la cultura pero NUNCA va a ser así de fácil que ocurra. No habría cultura de calidad...

Sergio Harillo dijo...

La respuesta es sencilla, el teatro que defines como "el que tienes las entradas más caras de la ciudad", es público, es decir, se sostiene con el dinero de los contribuyentes. El resto de iniciativas que tal y como comentas, arriesgan, experimentan y que según tú hacen un verdadero trabajo de cultivo, son iniciativas privadas. Está bien que las administraciones apoyen determinados proyectos, sobre todo al principio, lo que no veo tan lógico es que la única forma de subsistir sea a base de subvenciones.

La Cultura también puede ser empresa y debe coger lo mejor de ella para mejorar, mientras sigamos pensando que la Cultura es por amor al arte y que por lo tanto es deficitaria por naturaleza, no lograremos un equilibrio entre lo que da y lo que recibe de la sociedad.

Lo de la cultura de calidad, es cuestión de opiniones, habrá quien piense que la única cultura de calidad es la sustentada por las administraciones, pero también es cierto que en otras comunidades y países existen fundaciones, empresas, teatros y museos privados que funcionan. ¿Son por ello de menor calidad? No tiene por qué.

Un saludo.