El edificio triangular que veis en la imagen superior es conocido como Punta della Dogana. Se encuentra en Venecia y como la proa de un barco parece surcar las aguas sirviendo de entrada al Gran Canal. Sus orígenes se remontan las siglo XV aunque el edificio tal cual lo podemos contemplar hoy en día data del XVII. En su época sirvió como sede de la Aduana marítima de la República de Venecia.
. Tras dos años de restauración y veinte millones de inversión, Punta della Dogana acaba de reabrir sus puertas como centro de arte contemporáneo. Hasta aquí nada del otro mundo, un edificio antiguo que es restaurado para acoger nuevos usos, concretamente un centro de arte contemporáneo (podría recordar a nuestro Centro Andaluz de Arte Contemporáneo).
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Lo realmente impactante es que esta ingente inversión ha sido sufragada por un particular. Evidentemente no un particular cualquiera, sino François Pinault, dueño de la prestigiosa firma Gucci, entre otras empresas. Bien, pues Pinault se ha hecho con la concesión de este edificio para exponer su propia colección de arte contemporáneo, unas 300 obras de artistas de reconocido prestigio. El arquitecto Tadao Ando ha sido el encargado de adaptar el edificio a su nuevo uso. Habría que destacar que Pinault ya "poseía" otro edificio en Venecia, el Palazzo Grassi, utilizado para exponer parte de su colección y que ahora cuenta con esta magnífica "ampliación".
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Quizás os pregunteis por qué hablamos en un Blog dedicado a la Cultura de la ciudad de Sevilla sobre un centro que acaba de abrir sus puertas en Venecia. No es que vayamos a poder disfrutar de una exposición en nuestra ciudad con fondos de este Centro. Ni mucho menos. Es algo mucho más simple. Queríamos poner esta noticia como muestra de otra forma de hacer Cultura, una vía a la que no estamos muy acostumbrados en Sevilla y en España: la inversión privada. En nuestro país estamos acostumbrados a que la Cultura, en mayor o menor medida, siempre va acompañada de la Administración de turno, rara es la vez que un proyecto está totalmente al margen de alguna Administración pública. Por eso nos ha llamado tanto la atención este nuevo centro. Un hombre rico (muy rico) posee una importante colección de arte. Podría tenerla en algún ostentoso apartamento de Manhattan donde disfrutarla en su intimidad. Sin embargo, opta por restaurar un antiguo edificio y lo destina a exhibir dicha colección al gran público. Evidentemente nadie regala nada, por supuesto que se cobra una entrada y seguramente se ahorra un dineral en impuestos gracias a su mecenazgo. Pero ahí está, el edificio está restaurado y su colección abierta al público con la consiguiente agenda de exposiciones temporales.
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Como decimos, no es algo a lo que estemos acostumbrados en España. Tenemos el caso del Museo Thyssen de Madrid y muchas otras instituciones, pero no es algo que esté a la orden del día. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras existen muchísimos casos del estilo, sólo hay que recordar el Museo Guggenheim de Nueva York diseñado por Frank Lloyd Wright. Al mismo tiempo, no son sólo un par de millonarios con ganas de exhibir sus riquezas, sino que sólo determinadas ciudades del mundo están tocadas por la varita mágica y son las elegidas para depositar esos tesoros.
.Como decimos, no es algo a lo que estemos acostumbrados en España. Tenemos el caso del Museo Thyssen de Madrid y muchas otras instituciones, pero no es algo que esté a la orden del día. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras existen muchísimos casos del estilo, sólo hay que recordar el Museo Guggenheim de Nueva York diseñado por Frank Lloyd Wright. Al mismo tiempo, no son sólo un par de millonarios con ganas de exhibir sus riquezas, sino que sólo determinadas ciudades del mundo están tocadas por la varita mágica y son las elegidas para depositar esos tesoros.
¿No creeis que sería magnífico que Sevilla entrara en ese selecto club? ¿Os imaginais a los millonarios del mundo rehabilitando edificios en Sevilla para ubicar sus Fundaciones, Centros Culturales y Museos? Es cierto, es mucho soñar. Pero no es algo tan complicado. Sería cuestión de aprovechar las oportunidades y no dejarlas escapar. Ejemplos los hemos tenido. María Dolores Tomás quiso dejar su colección de arte ruso (de más de 3.000 obras) en Sevilla, la baronesa Thyssen inició conversaciones para abrir un Museo en Sevilla... Son sólo algunas oportunidades que hemos dejado escapar. Estamos convencidos de que sólo hay que tirar la primera pieza de dominó y luego irán cayendo una tras otra. Si tratamos bien a posibles inversores, a mecenas dispuestos a dejar sus colecciones en nuestra ciudad, el efecto llamada está asegurado. Y contar con varias de esas colecciones podría hacer de Sevilla una ciudad realmente puntera en materia cultural. Imaginad lo que sería ser sede de varias fundaciones y centros culturales de renombre internacional.
.¿Qué opinais? ¿Divagamos demasiado o creeis que llevamos parte de razón? Nos gustaría escuchar vuestras ideas.
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Todas las imágenes pertenecen al Centro Punta della Dogana y a algunas de las obras que atesora.
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