domingo, 13 de octubre de 2019

El Panteón sevillano se amplía con la Diana del Muelle de Nueva York



Ha hecho falta mucho, pero que mucho tiempo, para que se materialice el proyecto de la Diana del Muelle de Nueva York. Cuando comenzaron las obras de remodelación de este espacio en el año 2007 se planteó rematar la obra con dos instalaciones de carácter artístico, un mosaico de cerámica y una escultura que simbolizara el hermanamiento entre las ciudades de Nueva York y Sevilla. Doce años después el proyecto se da por concluido con la instalación de una escultura de la diosa Diana realizada por el artista Ricardo Suárez. La escultura hace alusión a la pieza que remataba la torre del Madison Square Garden, edificio construido en 1890 en Nueva York y que contaba con una réplica de la Giralda de nada más y nada menos que 200 metros de altura. En lo más alto se situaba una escultura de la diosa Diana realizada en bronce por el escultor Augustus Saint-Gaudens. Tras el derribo del edificio en 1925 la escultura pasó al Philadelphia Museum of Art en 1932 donde a día de hoy se conserva en la escalinata principal. El Metropolitan de Nueva York alberga, por su parte, una réplica a menor escala en su galería de esculturas.





La idea del monumento, erigido sobre un pedestal de 3 metros de altura, es rememorar la línea que, a través del Atlántico, comunicaba Sevilla con Nueva York hace un siglo. Los viajeros que subían a un barco en Sevilla se despedían de la Giralda y su Giraldillo y al llegar a Nueva York se encontraban con la torre del Madison Square Garden y su Diana. La pieza realizada por Ricardo Suárez se inspira en la Diana neoyorkina sin ser una copia exacta.




La llegada de Diana a nuestras calles viene a añadir una nueva divinidad al particular Olimpo sevillano. Curiosamente la diosa no está lejos de los Jardines del Cristina, conocidos antiguamente como Jardines de Apolo por la fuente dedicada a este dios, hermano de Diana, que centraba la zona verde en el siglo XIX. Los Jardines del Cristina formaban parte de un ambicioso programa de ajardinamiento llevado a cabo a principios del siglo XIX y que recorría el actual paseo de las Delicias hasta los Jardines del mismo nombre.


Tritón en los Jardines de las Delicias


Es precisamente en los Jardines de las Delicias donde nos encontramos a varias divinidades grecorromanas, como Tritón, Pan, Venus y Eros o Urania. Son los únicos supervivientes del conjunto de esculturas barrocas provenientes del Palacio Arzobispal de Umbrete que tras recalar primero en la actual plaza del Museo pasaron a formar parte de la decoración de los Jardines en 1864.


Pan en los Jardines de las Delicias

Urania, musa de la Astronomía, en los Jardines de las Delicias


Hacer un listado por todas las divinidades que aparecen en obras de arte conservadas en la ciudad se antojaría complicado pero no se puede acabar este pequeño repaso sin hacer mención al dios mejor representado en nuestras calles, plazas y jardines, Mercurio. Hasta tres esculturas de la divinidad del comercio podemos ver en diferentes puntos de la ciudad. La más antigua es la del Estanque de Mercurio del Real Alcázar. Fundida en bronce por Bartolomé Morel en 1576, es una pieza diseñada por Diego de Pesquera. 


Mercurio de los Jardines del Alcázar

Mercurio de la Plaza de San Francisco


De estos mismos autores era el Mercurio de la fuente que decoró la plaza de San Francisco desde el siglo XVI y que en el XVIII ante su mal estado fue sustituida por una copia. Tras desmontarse la fuente, este Mercurio recaló por varios sitios (incluidos los Jardines de las Delicias) hasta que en 1974 se reconstruye la fuente y se coloca de nuevo donde está hoy, delante del Banco de España. El tercer Mercurio es mucho más reciente, fue realizado por Luis Pelli Caffarena entre 1989 y 1990 y se ubicó en la calle Torneo como monumento homenaje a los vendedores de prensa. Es lógico que en una ciudad como Sevilla, tan vinculada al comercio y a los viajes la figura del dios Mercurio esté tan presente.


Mercurio en la calle Torneo


La diosa Diana del Muelle de Nueva York viene a añadir una nueva divinidad a este particular Olimpo que tenemos en las calles de la ciudad. Sin duda no nos vendrá mal contar con la presencia de la diosa protectora de la Naturaleza.



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