lunes, 8 de julio de 2019

Roma y César hacen acto de presencia en La Florida

Solar de La Florida donde han aparecido restos romanos y medievales


Siempre se ha dicho que en Sevilla a la mínima que remueves el terreno aparece el peso de la Historia. Sin embargo, a la hora de la verdad, lo cierto es que la Sevilla antigua es una gran desconocida si la comparamos con otras ciudades. Sobre Hispalis hay mucho escrito pero poco ha llegado al gran público y mucho menos puede observarse en nuestros museos. Resulta tremendamente complejo hacerse una idea de cómo era la ciudad en tiempos romanos y a ello no ayuda la falta de datos contrastados.

Históricamente se ha dicho que el foro de Hispalis estaba en la zona de la Alfalfa, un extremo que nunca ha sido comprobado y que quedó en entredicho al aparecer una cisterna romana en la plaza de la Pescadería. Nada se sabe sobre recintos cultuales, gubernamentales o de espectáculos. ¿Tuvo Hispalis teatro? ¿Y anfiteatro? ¿Tuvo un capitolio como otras ciudades cercanas?



Fragmentos de fustes de columnas en La Florida. Fotografía de Alfredo Valenzuela para EFE


La tradición ha ido ubicando en determinados puntos los límites de una ciudad escasamente estudiada y que se ha ido construyendo a base de leyendas que las excavaciones no han terminado de constatar. Es por ello que, yacimientos como el de la Encarnación o el del Patio de Banderas son fundamentales para hacernos una idea de cómo fue Hispalis, porque es prácticamente lo único que tenemos junto con las columnas de la calle Mármoles (que por cierto, nadie sabe a ciencia cierta a qué edificio pertenecieron). La aparición en La Florida de la conocida como Vía Heráclea así como los restos de un gran edificio comercial asociado al puerto de la ciudad abren la puerta a conocer un poco mejor cómo fue Hispalis. O al menos un período concreto de la ciudad romana, ya que no podemos olvidar que Sevilla dependió de Roma durante varios siglos.

Quizás una de las leyendas más 'sagradas' en la ciudad de Sevilla es aquella que dice "Hércules me fundó y Julio César me cercó de altos muros", frase bastante repetida que vendría a ensalzar la labor de Julio César en el resurgimiento de Hispalis tras la guerra civil entre él y Pompeyo. A pesar de que en determinados textos se intenta dulcificar el paso de César por Hispalis, son varios los historiadores que rebajan esas expectativas y colocan a César como epicentro de uno de los episodios más oscuros de nuestra historia en torno al año 45 a.C. Hispalis fue fiel a Pompeyo y cuando acabó la guerra y éste fue derrotado, César se vengó de la ciudad de la peor manera posible como advertencia a futuros rebeldes. De la Sevilla republicana previa a César apenas se tienen datos y por eso gana importancia el reciente hallazgo del arqueólogo Miguel Ángel de Dios y su equipo en La Florida. La vía Heráclea sería por donde César llegó a Hispalis y donde comenzaría un nuevo capítulo de la historia de la ciudad. Posteriormente esta calzada fue sustituida por la Vía Augusta, de la que se conserva un pequeño tramo junto a los Jardines del Cristina (aunque no en su lugar original).


Reconstrucción de la stoa de Atalo en el ágora de Atenas. Fuente Wikipedia


Junto a esta calzada de época republicana se han encontrado los restos de un enorme edificio porticado de unos 150 metros de largo y entre 10 y 12 metros de altura que se ha relacionado, arquitectónicamente, con la stoa de Atalo de Atenas, construida un siglo antes. El edificio sevillano, ya de época de Augusto, tendría un uso como almacén portuario y estaría ubicado precisamente junto a una de las vías de acceso principales a la ciudad, por donde también llegaba el agua proveniente de Alcalá de Guadaría a través de un acueducto que los musulmanes reconstruirían a lo largo de la actual Luis Montoto. 


Restos del pórtico del edificio portuario del Patio de Banderas


Los restos de este edificio portuario de unos mil metros cuadrados podrían ponerse en relación con las excavaciones de Miguel Ángel Tabales y su equipo en el Patio de Banderas, donde también apareció un edificio comercial porticado que sucumbió ante un desastre natural provocado por las cercanas aguas del lacus ligustinus. El hecho de que nos encontremos con edificios portuarios a tanta distancia nos puede hacer reflexionar en torno a varios aspectos. Por un lado la monumentalidad que alcanzó Hispalis en el siglo I d.C., con edificios de grandes dimensiones que atestiguan la importancia comercial de la ciudad y por otro el tamaño del puerto de la ciudad, que podría extenderse por todo el flanco este y sur de la ciudad imperial.

Los restos aparecidos en La Florida (fragmentos de columnas incluidos) ya han sido desmontados y trasladados al Museo Arqueológico, ese gran almacén a donde van a parar miles de fragmentos de nuestra historia sin que se contemple su exposición por falta de espacio. O de interés. Lo aparecido en La Florida se suma a multitud de pequeños yacimientos que se excavan, se documentan y pasan a la historia, como los potentes muros aparecidos hace unos años en la calle Martín Villa. Otros restos, como las termas de la calle Segovias, la cisterna de la Pescadería o el conjunto de la Encarnación han corrido "mejor" suerte y han sido consolidados y musealizados, aunque su conservación, sobre todo en el caso del aljibe de la Pescadería y los restos de la Encarnación dejen muchísimo que desear (en la Encarnación, por ejemplo, la mayoría de los mosaicos aparecidos así como fragmentos de pinturas murales están en paradero desconocido).


Pintura mural romana aparecida en la Encarnación (paradero desconocido). Fuente Diario de Sevilla


Ha llegado el momento de reivindicar la Historia de Sevilla desde una perspectiva científica, lejos de leyendas e historias que pasan de generación en generación. Una ciudad con una historia tan rica como Sevilla merece un espacio donde se den a conocer las diferentes épocas vividas, un lugar donde toda la labor científica atesorada durante décadas se vuelque en un proyecto museográfico, divulgativo y didáctico en el que la ciudadanía pueda rastrear su pasado. Estoy hablando, claro está, de un Museo de Historia, un espacio donde además de conservar el pasado de la ciudad se de a conocer y desde el que se monitoricen y dirijan las diferentes excavaciones realizadas en la ciudad. De este espacio podrían depender yacimientos satélite como Antiquarium, el Patio de Banderas o el aljibe de la Pescadería y entre sus principales objetivos debería estar el ir sentando las bases de la historiografía de la ciudad más allá de los ambientes universitarios. Por supuesto este proyecto es un objetivo muy ambicioso que no puede caer en el desdén con el que son tratados los equipamientos museísticos municipales y para ello tal vez haga falta un gran cambio político y administrativo que debería partir de una exigencia ciudadana. ¿Cómo era Sevilla en el siglo III a.C.? ¿Y en el siglo I d.C.? ¿Y en época visigoda? ¿Cómo se transformó la ciudad tras el comercio con América? Todas esas dudas deberían confluir en un Museo de Historia más allá de la propuesta planteada en las pasadas elecciones de convertir el Antiquarium en una suerte de Museo de Historia Antigua. Sevilla bien merece más perspectiva, una mirada crítica hacia nuestro pasado que nos impulse hacia el futuro.



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