En las próximas semanas, seguramente aprovechando el mes de agosto, desaparecerán las once melias que desde hace años dan sombra a la calle Alejo Fernández junto al antiguo mercado de la Puerta de la Carne. El único crimen que han cometido estos árboles es encontrarse con el "progreso", un "progreso" fiel a esa terrible máxima que expone que 'el fin justifica los medios'. El fin es darle uso a un edificio abandonado y los medios necesarios pasan por talar estos once árboles que los informes de Parques y Jardines califican como "en buen estado".
El proyecto de remodelación del Mercado de la Puerta de la Carne, que tras una inversión de varios millones de euros se convertirá en un nuevo centro comercial gourmet, incluye la construcción de un sótano junto al edificio donde ubicar toda la maquinaria necesaria para el funcionamiento del espacio. El escollo de los árboles que existen en esa plaza ha sido solventado rápidamente por el Ayuntamiento: se talan los árboles y todo solucionado. Esta actuación esconde la privatización de una plaza hasta ahora pública que, tras las obras, quedará ocupada por los veladores del centro comercial. Los vecinos pierden una plaza pública sombreada y a cambio ganan un solar repleto de veladores. La ciudad vende parte de su patrimonio verde a cambio del canon que pague la empresa concesionaria. Cuesta mucho trabajo entender cómo el Ayuntamiento ha podido dar luz verde a esta obra cuando su máxima prioridad debería ser, por un lado, garantizar el predominio de lo público y por otro, impedir que se sigan talando árboles en una ciudad que los necesita imperiosamente. Imagino que en los despachos municipales habrán pensado que once árboles sanos son prescindibles cuando se llevan talados en los últimos cuatro años más de 4.000 por motivos que aún no están nada claros.
Como ciudadano me siento terriblemente decepcionado con una clase política que antepone siempre el bien particular por encima del general. Independientemente de que la conversión en un centro comercial sea el mejor proyecto para este espacio o no, se podría haber desarrollado perfectamente sin tocar esos once árboles. Pero no han querido, no lo han intentado, han preferido talar once árboles sanos para ganar una nueva plaza dura más en una ciudad que no puede permitirse tanto hormigón. Y no entienden las quejas de la ciudadanía, les sorprende que no estemos de acuerdo con esta atrocidad.
Por mucho que desde el Gobierno municipal se insista en que se están desarrollando proyectos sostenibles, que Sevilla es una ciudad que apuesta por otro modelo más respetuoso con el Medio Ambiente, la realidad es la que es. Pasar de esto:
A esto:
O a esto:
No se puede defender de ninguna de las maneras, ni porque se vaya a poner en valor un edificio, ni porque se vaya a crear empleo. Y antes de que alguien diga algo sobre que se va a abrir un espacio museístico en el sótano donde exponer los restos arqueológicos encontrados recomiendo visitar el Antiquarium, el Castillo de San Jorge, la Cripta del Patio de Banderas (¿?) o el aljibe de la Plaza de la Pescadería (¿?), y entonces podréis saber qué va a pasar con los restos del Mercado de la Puerta de la Carne, porque del mismo modo que el patrimonio verde no interesa a nuestros munícipes, el arqueológico tampoco. Y otra duda, ¿qué pasará si aparecen nuevos restos arqueológicos en esta plaza?
Lo que más me duele de todo este asunto es el doble discurso, la campaña de greenwashing que está llevando a cabo el Ayuntamiento como si Sevilla fuera un ejemplo de ciudad que apuesta por la sostenibilidad cuando todos los indicadores y la realidad diaria muestran todo lo contrario.
5 comentarios:
Que pena, el cemento lo invade todo, con la connivencia y complicidad de la clase política. Pensarán que el día de mañana respiraremos cemento.
Totalmente de acuerdo, esta claro que en esta ciudad al igual que en la mayoria de ellas, lo que prima es el dinero, en la gestion, en la adjudicacion...etc
No hay una planificacion urbanistica acorde con la necesidad que tenemos en esta ciudad de arbolado y sombra, somos unos catetos y el reflejo lo tenemos en los politicos que nos gobiernan, que en vez de blindar los arboles como un bien de primera necesidad, lo desprecian como si de residuo se tratara. Vamos mal y sufriremos las consecuencias a golpe de desnaturalizacion de los espacios publicos y de "stress termico" como lo llaman ahora.
Es hora de empezar a exigir un urbanismo responsable que piense en las necesidades de la ciudadanía a largo plazo y en la emergencia climática en la que nos encontramos. Y éste no lo es. Este proyecto es otro ¨pelotazo¨ que beneficia, sobre todo, a una empresa que se lucra con el turismo, ese monocultivo que hace de Sevilla cada dia más un parque temático y expulsa a sus habitantes al extrarradio. Qué pasará cuando el turismo vuelva a su cauce? Seguiremos viviendo de veladores??
Pues nada que decir de esto otra tropelía más del ayuntamiento en contra de Sevilla, pero como bien se dice, asi llevamos cuatro años u de regalo de damos unos cuantos mas, que se puede decir a esto que ahpra le ha tocado a los arboles y anteriormente les toco a todo edificio o fachada sin miramiento alguno así que es lo que tenemos porque así lo han decidido.
Que pena me da cada vez que leo actuaciones como esta. He pasado unos días en Lisboa, y me quedo sorprendido una y otra vez al ver como otras ciudades ponen en valor y miman su patrimonio vegetal tanto en parques botánicos, jardines, parques urbanos ...etc. Nos queda mucho por avanzar y no solamente lo digo por las actuaciones catastróficas como esta última, sino como ciudadanía. Ojalá la concienciación, información y educación puedan paliar poco a poco estas situaciones tan alejadas de esa nueva política verde que solo se nos vende en periodos electorales. Un saludo.
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