martes, 26 de marzo de 2019

Concluye la restauración de la portada del Palacio Arzobispal



Me voy quedando sin adjetivos para describir las últimas restauraciones que se están llevando a cabo en Sevilla. No hay otra palabra que mejor defina la restauración de la fachada del Palacio Arzobispal que 'soberbia'. El pasado viernes se retiraban las lonas que durante los últimos meses han ocultado la fachada principal del edificio mientras se llevaba a cabo la limpieza y consolidación de los diferentes elementos que la componen y el resultado es espectacular.





La fachada principal del Palacio Arzobispal se comenzó a construir en el año 1700 según proyecto de Pedro Romero. La piedra empleada fue traída desde Carmona y en ella trabajaron los canteros Francisco Gómez Septier y Antonio Gil Gataón. Para las dos portadas principales del edificio (la central hacia la Plaza Virgen de los Reyes y la lateral de la calle Alemanes, también restaurada recientemente) se empleó piedra de Jerez de la Frontera y mármol de Mijas. Ambas se construyen entre 1703 y 1705 y en ellas trabajan Lorenzo Fernández de Iglesias y José Malaver, que se encarga de rematar el ático de la portada principal tras la muerte del primero.




La portada principal es un claro ejemplo de los complejos programas decorativos que inundaron el barroco sevillano de finales del siglo XVII y principios del XVIII, momento en el que brillará con luz propia la figura de Leonardo de Figueroa. Fachadas como la del Palacio de San Telmo o San Luis de los Franceses rivalizan en belleza y horror vacui con esta portada del Palacio Arzobispal, que tras su restauración ha recuperado algunos elementos desaparecidos con el paso del tiempo como el báculo que porta uno de los angelotes del tímpano.




Además de escudos y un gran repertorio de elementos vegetales y carnosos, la portada cuenta con dos esculturas de bulto redondo que flanquean el balcón principal y que actúan a modo de tenantes sosteniendo sendos escudos, el Papal con las llaves de San Pedro y el Real, con los característicos castillos y leones de la monarquía hispánica.




La intervención ha sido integral como consecuencia de un desprendimiento que evidenció el estado de conservación que presentaba la fachada. Además de una limpieza general, se han consolidado todos los elementos que componen la portada sellándose grietas y fisuras y asegurando la estabilidad de los sillares con peligro de desplome. La limpieza de esta portada se suma a la realizada en las fachadas renacentistas de la Catedral y en la propia Giralda convirtiendo la Plaza Virgen de los Reyes en un espacio todavía más hermoso en el que es imposible no perderse entre los detalles que han aflorado con las limpiezas.





Fuente: Archidiócesis de Sevilla (enlace)
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