Fachada principal de la Fábrica de Vidrio 'La Trinidad'. Imagen de Julián Sobrino (fuente) |
Desde su cierre en 1999, la Fábrica de Vidrio 'La Trinidad' ha esperado (y aguantado) pacientemente un destino que permita su puesta en valor como referente del patrimonio industrial andaluz. Por el camino se ha conseguido bastante, pues a día de hoy el recinto principal de la fábrica está declarado Bien de Interés Cultural, lo que garantiza su conservación.
El acuerdo al que llegaron Ayuntamiento y propietarios del terreno a principios de 2018 permitió el desbloqueo de una situación que se ha alargado excesivamente en el tiempo. Gracias a este convenio se podrán construir 200 viviendas de renta libre en parte de la parcela a cambio de que el edificio principal sea consolidado y entregado al Ayuntamiento. Sobre el futuro uso del inmueble aún queda mucho por decir, pero la presentación del libro 'Obsolescencia y oportunidad en la industria abandonada: Fábrica de Vidrio La Trinidad' pretende arrojar luz a todo el proceso.
Gran parte de la maquinaria ha desaparecido tras años de saqueos. Imagen de la Plataforma Salvemos la Fábrica de Vidrio La Trinidad |
En 2017 se celebró en Sevilla un workshop internacional en el que participaron cinco universidades europeas bajo el paraguas del proyecto Re-Fact. En cada edición de este proyecto internacional se selecciona un edificio perteneciente al patrimonio industrial de la ciudad anfitriona y se somete a varias jornadas de trabajo en las que alumnos de dichas universidades aportan su visión sobre cómo se podría rehabitar el edificio. La Fábrica de Vidrio fue el objeto de trabajo seleccionado cuando Re-Fact recaló en Sevilla y es ahora cuando se han presentado, en formato libro, las conclusiones del encuentro.
Además de contar con la colaboración del Ayuntamiento, el proyecto ha estado coordinado por los profesores de la Universidad de Sevilla Benito Sánchez-Montañés, Luis González-Boado y Manuel Viggo Castilla, a los que se ha sumado el también profesor de la Escuela de Arquitectura Julián Sobrino, gran especialista en patrimonio industrial y vicepresidente de TICCIH-España (Comité Internacional para la Conservación y Defensa del Patrimonio Industrial). En las jornadas jugó un papel fundamental la Plataforma Salvemos la Fábrica de Vidrio, auténtico ariete ciudadano que durante años ha luchado por la conservación no solo del inmueble, sino de su memoria como ejemplo de industrialización en Andalucía.
Sánchez Montañés fue el encargado de desgranar durante la presentación del libro las dos principales conclusiones a las que se ha llegado con este trabajo. La primera es que estas jornadas tienen como máximo objetivo crear un tejido productivo en torno al edificio en cuestión sobre el que se trabaja, canalizando el conocimiento desde la Universidad hacia la sociedad. La segunda es algo sobre lo que mucho se ha escrito en los últimos años, el patrimonio industrial supone un gran reto para la sociedad pero también una enorme oportunidad. Se trata de edificios de grandes dimensiones, normalmente de carácter diáfano, que con el paso del tiempo se han quedado dentro del tejido urbano consolidado. Frente a la idea existente durante gran parte del siglo XX de que estas bolsas de suelo suponían la ocasión perfecta para demoler lo construido y levantar nuevas promociones inmobiliarias, en la actualidad se aboga por reaprovechar las instalaciones para que recuperen su esencia como motor de desarrollo.
Imagen aérea de la Fábrica de Vidrio. Imagen de la Plataforma Salvemos la Fábrica de Vidrio La Trinidad |
El libro, editado en castellano e inglés para facilitar su uso, plantea una serie de cuestiones que se tendrán en cuenta a la hora de dotar de uso al edificio. Tras la aprobación por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio de las obras de consolidación, se espera que a lo largo de los próximos meses comience la recuperación patrimonial del edificio. Como espacio de convivencia entre la fábrica y las viviendas se diseñará una zona verde que sirva para realzar la arquitectura del edificio, construido entre 1900 y finales de los años veinte. En palabras del delegado de Hábitat Urbano, los próximos meses serán cruciales para definir, siempre de la mano de la ciudadanía, el futuro de la Fábrica de Vidrio. Lo que sí tienen claro en Urbanismo es que no se tratará de un proyecto que aterrice como un objeto espacial en plena Avenida de Miraflores, sino que el proyecto que se desarrolle deberá guardar relación con la historia del edificio y mejorar el día a día del barrio donde se asienta.
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