martes, 26 de septiembre de 2017

Artillería abrirá en 2018 como un gran laboratorio cultural




La semana pasada, durante la presentación de la temporada 2017/2018 de la Sala Turina, el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, hizo referencia a la apertura, a principios del año que viene, de la Fábrica de Artillería. Una vez culminadas las obras de consolidación de una parte de la Fábrica (se ha restaurado la zona de las fundiciones Mayor y Menor) se está a la espera de poder licitar los contratos de suministros, requisito indispensable para poder abrir el espacio al público. Paralelamente, desde el ICAS, se está trabajando en lo que será la programación de Artillería, un espacio de creación que además de servir de sede a algunos espectáculos de los múltiples festivales que se celebran en la ciudad (Circada, Femás, Mes de Danza, Bienal de Flamenco...) contará con zonas destinadas a la creación de proyectos culturales.



Interior de la Fábrica de Artillería


Artillería cuenta con más de 20.000 metros cuadrados. El Ayuntamiento ha llevado a cabo en los últimos años una ambiciosa restauración de algunas zonas para poder empezar a darle uso al edificio. La idea es que se pueda poner en carga una parte para que la ciudadanía haga suyo el espacio y conforme las posibilidades económicas lo permitan, se vaya ampliando la zona rehabilitada. 

¿Qué podremos ver en Artillería cuando abra sus puertas? La intención del ICAS es que la antigua fábrica acoja espectáculos de los diferentes festivales de la ciudad, lo que otorgaría al espacio de San Bernardo una agenda cultural bastante activa habida cuenta de que en Sevilla prácticamente se celebra un festival cada fin de semana. Además, Artillería contará con una programación propia en la que aún se está trabajando y de la que el Ayuntamiento no ha avanzado idea alguna, aunque sí se ha hecho referencia a otros espacios nacionales e internacionales como Matadero Madrid, La Harinera de Zaragoza o el Centquatre de París, todos ellos instalaciones industriales que han sido reconvertidos en centros culturales y que están sirviendo como referente para el nuevo espacio. Conozcamos un poco más sobre estos espacios para hacernos una posible idea de lo que veremos en Artillería.


Exposición de Keith Haring en Centquatre París (fuente imagen)


El Centquatre de París es un centro municipal ubicado en un edificio de 39.000 metros cuadrados ocupado en su día por el Servicio municipal de Pompas Fúnebres. El centro cultural está orientado a difundir las artes contemporáneas en toda su extensión, desde exposiciones a encuentros pasando por festivales o lugar de residencia para artistas. El Centquatre se puede visitar de manera libre y gratuita de martes a domingo, siendo de pago aquellas actividades culturales que se organizan en su interior. Cuenta con tiendas, cafetería y un jardín que se va ampliando continuamente gracias a la participación de los vecinos del Distrito 19 parisino. 


Plaza principal de Matadero Madrid (fuente imagen)


Matadero Madrid es una de las joyas culturales de la capital. Como su propio nombre indica el edificio sirvió en su día como matadero y mercado municipal de ganado y llegó a contar con 48 edificios y 165.000 metros cuadrados. Será a partir de 2007 cuando se inicie la etapa cultural de Matadero Madrid como foco cultural de primera magnitud definiéndose en su plan director como "un gran laboratorio de creación actual interdisciplinar". A día de hoy no sólo acoge todo tipo de actividades culturales sino que también forma parte activa de la creación cultural gracias a su vivero de Industrias Creativas o sirve de sede a la Casa del Lector, una ambiciosa propuesta de fomento de la lectura que ocupa una de las antiguas naves.


Harinera Zaragoza (fuente imagen)


La Harinera de Zaragoza es quizás el proyecto más utópico de cuantos tiene como referente el Ayuntamiento de Sevilla para Artillería. Harinera acaba de cumplir su primer año abierto al público demostrando que hay otra forma de plantear la gestión sociocultural. Este espacio cultural municipal, ubicado en una antigua fábrica, está gestionado de forma comunitaria por todo aquél que quiera participar en su día a día. 'Llámalo H' es el nombre del colectivo que se encarga de programar la actividad cultural y social del centro, que cuenta con convocatorias para la instalación de nuevos proyectos. Sin duda es un formato diferente alejado del tradicional esquema vertical al que estamos tan acostumbrados pero la gestión comunitaria también está expuesta a grandes retos para no caer en la endogamia y evitar las interferencias del político de turno o sufrir los cambios de Gobierno.

Tres proyectos que tienen en común múltiples aspectos, desde el pasado industrial del edificio a su función como generador de propuestas culturales. La apertura de Artillería supondrá un gran reto para el Ayuntamiento de Sevilla, una institución que se ha caracterizado hasta ahora por abrir espacios culturales sin pensar en la gestión posterior. Artillería se ha convertido en la niña bonita del gobierno municipal, pero no debemos olvidar que este espacio forma parte de una nutrida red que no podemos abandonar a su suerte. Todavía tendremos que esperar unos meses para saber qué va a ser Artillería y qué uso albergará, esperemos que esa prometida participación ciudadana esta vez sí sea una realidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos cordiales, Sergio:

Como suele ser común en la praxis arquitectónica actual, solo se tienen en cuenta los criterios utilitarios, técnicos y materiales a la hora de re-definir un antiguo espacio para darle nuevos usos.
Me explico: casos como los que citas del antiguo centro de pompas fúnebres francés o el matadero madrileño portan unas energías muy densas que habría que eliminar antes de construir nada encima o de darle un nuevo uso al espacio.
En Sevilla también tenemos el caso de un antiguo matadero, el Hospital de las Cinco Llagas, el antiguo cuartel de Intendencia sobre un cementerio judío, consecuencia de una masacre... No sigo por no aburrir, pero hay más casos.

Somos muy modernos y muy ignorantes: perdimos la sensibilidad energética para "oler" ambientes.

Lo de la antigua fábrica de Artillería: más de lo mismo.

Quedo a tu disposición si tienes interés en el tema.

Gracias por tu labor.

Giraldillo dijo...

Si realmente se pareciera al Matadero de Madrid es para triunfar con la Fábrica de Artillería (esperaba menos uso de la fábrica). Veremos a ver en qué queda todo...

Sergio Harillo dijo...

Hola Oudeis, pues la verdad es que me gustaría que me explicaras un poco más sobre el tema porque me temo que no he entendido lo que quieres decir. No sé si te refieres a la remodelación arquitectónica de estos espacios o a que con el cambio de uso pierden su esencia. O ninguna de las dos cosas, jeje.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Saludos, Sergio: ninguna de las dos cosas es lo que intenté transmitirte. A ver si logro explicarme bien. Es un tema bastante desconocido, como te dije. Digamos que los lugares "guardan memoria". Ejemplo: un edificio que ha sido testigo de un gran sufrimiento físico (matadero) o emocional (cementerio, hospital, cárcel, psiquiátricos...) se impregna de una frecuencia densa que se "pega" a paredes y demás estructuras. Si al cambiar de uso ese espacio no se elimina esa vibración previa no muy positiva o armónica, los futuros habitantes o usuarios del espacio sufrirán las consecuencias. el ser humano es una especie de estación de emisión y recepción de frecuencias electromagnéticas. Algunos son más sensibles al tema. Otros no tanto pero acaba afectando con el tiempo.

Sin entrar en esoterismos, seguro que muchos recuerdan el caso del solar de calle San Luis donde ahora se ubica un centro deportivo municipal...

Existe una disciplina llamada geobiología, que se enseña en algunas facultades de arquitectura en Levante y Cataluña, que trata de las energías telúricas, electromagnéticas (densas o sutiles) y cósmicas, que afectan a los seres vivos (animales y plantas incluidos).

Quedo a tu disposición si te interesa el tema.

P.D. : soy licenciado en Geografía e Historia y doctorado por la Escuela Técnica de Arquitectura, pero no me quedé con lo que me enseñaron en la facultad, como ya supondrás por mi discurso.

Un abrazo.