El Pabellón de Colombia de la Exposición Iberoamericana de 1929 se ha sometido en los últimos meses a una profunda rehabilitación que ha devuelto toda su monumentalidad a uno de los edificios mejor conservados de cuantos se construyeron para el Certamen.
José Granados de la Vega fue el arquitecto escogido por el Comité organizador de la E.I.A. para la construcción de varios pabellones, incluido el de Colombia. A la hora de participar en el Certamen, algunos países hispanoamericanos eligieron al arquitecto que debía construir su pabellón, otros optaron por estar presentes en las galerías comerciales del sector Sur y por último hubo Estados que delegaron en el Comité la elección del arquitecto. Granados de la Vega realizó un amplio trabajo de documentación para hacer del pabellón colombiano un compendio de las culturas prehispánicas de esta región centroamericana. Especialmente se inspiró en la civilización de los Quimbayas, que tuvo su apogeo en torno al siglo X y cuya máxima expresión artística fue el trabajo en oro.
El escultor Rómulo Rezo fue el encargado del programa decorativo del pabellón, desarrollando un amplio despliegue iconográfico tanto en el exterior como en el interior. Particularmente interesantes son los frisos cerámicos realizados en la fábrica trianera de Ramos Rejano, con una estética indígena que nos da una idea del nivel que alcanzaron los alfares sevillanos con motivo de la Exposición Iberoamericana, capaces de adaptarse a las necesidades del cliente aunque fuera con diseños tan alejados de la estética tradicional local.
Al margen del cambio de color llevado a cabo en los elementos decorativos de cornisas, relieves, jambas y esculturas, lo más interesante de la intervención es que se han reconstruido las piezas de la torre sur que durante años habían permanecido desaparecidas. El Pabellón de Colombia recupera, ahora sí, todo su esplendor.
>> Gracias a Marcos por el aviso de la restauración
No hay comentarios:
Publicar un comentario