La declaración como Bien de Interés Cultural de la casa natal de Luis Cernuda no daba más opción que la adquisición por parte de las administraciones públicas. En la práctica, esta protección blinda de tal manera un edificio que es complicado para un particular darle un uso privado al mismo. Para empezar, la Ley establece que los BIC deben abrirse de manera gratuita una serie de horas al mes para que la ciudadanía los visite, lo cual impide convertirlo en pisos o apartamentos turísticos, por ejemplo. Una vez declarada BIC y teniendo en cuenta la relación de la Casa con la literatura y en concreto con la poesía, era más que evidente que su mejor destino pasaba por acoger la Casa de los Poetas, institución que nació en tiempos de Monteseirín y que pasó de un primer proyecto muy ambicioso en el convento de Santa Clara a una escondida sede en el Casino de la Exposición para finalmente recalar de nuevo en Santa Clara. Su ubicación en la Casa de Luis Cernuda (1905 - 1963) supondría, por un lado, la puesta en valor de un edificio patrimonial, y por otro relanzar el proyecto de la Casa de los Poetas apoyándose en una figura capital de la literatura española.
Zaguán de la Casa de Luis Cernuda |
El grupo municipal socialista pretende llevar al próximo pleno la compra de esta casa, a la venta desde hace años por unos 600.000 euros si bien se espera poder rebajar ese precio hasta los 400.000 euros. Los propietarios en realidad no tienen muchas más opciones, ya que debido al estado en el que se encuentra el edificio, por Ley se podría llegar a expropiar si no se acometen labores de mantenimiento del mismo. Sin duda, llegar a un acuerdo entre propietarios y Gobierno muncipal sería beneficioso para ambos, tanto para los dueños del edificio como para la propia ciudad, que vería incrementado su patrimonio monumental.
La propuesta tiene todos los visos de salir adelante. Ciudadanos ya puso como condición la compra de esta casa para dar su apoyo a los presupuestos de 2017. Izquierda Unida y Participa Sevilla seguramente se opongan por lógica de partido (con tantas necesidades sociales en la ciudad, gastarse 400.000 euros en la compra de otro edificio es difícil de encajar en su línea programática) y en cuanto al Partido Popular, todo indica que se abstendrá, por no apoyar un proyecto socialista que en el fondo ellos mismos hubieran sacado adelante de estar en el Gobierno.
Con esta compra, será la segunda casa que el Ayuntamiento adquiera en los últimos meses tras la Casa Fabiola como sede del Museo Bellver. En total, nada más que en comprar ambas casas el Ayuntamiento se habrá gastado cinco millones de euros, cantidad a la que habrá que sumar lo que cuesten los proyectos culturales de ambos edificios. Montar el Museo Bellver se puede ir perfectamente al millón de euros y restaurar la Casa de Cernuda y convertirla en Casa de los Poetas podría rozar perfectamente esa misma cantidad. Llegados a este punto no puedo dejar de preguntarme, ¿qué estamos haciendo? Sí, habéis leído bien. La compra de estos dos edificios y sus proyectos aparejados (que habrá que conocer en profundidad) son una muestra más de la falta de rumbo en materia cultural de esta ciudad. Si bien valoro positivamente que se aprovechen oportunidades como la de la Casa Cernuda, no alcanzo a comprender que el Ayuntamiento se saque de la chistera siete millones de euros (compra de ambas casas más proyectos de adaptación) cuando tenemos el convento de Santa Clara necesitado de una rehabilitación MUY urgente, la Sala San Hermenegildo en grave peligro de derrumbe después de más de diez años sin una sola tarea de mantenimiento, el Casino de la Exposición con filtraciones y humedades porque no se ha reparado su cúpula o el Pabellón Real necesitado de otra MUY urgente rehabilitación. Si a eso le añadimos la situación del Antiquarium, el Centro de la Cerámica o el Castillo de San Jorge nos encontramos que el Ayuntamiento no tiene capacidad para mantener su patrimonio, pero pretende agrandarlo con dos nuevos espacios más.
Insisto, hace falta un plan de gestión del patrimonio municipal. Lo peor de todo es que ya está hecho, se llama Patrimonium Hispalense y el Ayuntamiento lo tiene guardado en un cajón desde hace dos años. Podemos seguir comprando casas y gastándonos el dinero en hacer nuevos equipamientos, pero no tiene sentido alguno cuando lo que ya tenemos se viene abajo. Los políticos tienden a querer inmortalizar sus mandatos con proyectos estrella. El problema viene cuando los proyectos estrella generan rechazo por parte de su sucesor. La ciudad, mientras tanto, permanece impasible ante la acumulación de unos espacios culturales que ni conoce ni valora por falta de proyectos sensatos de dinamización de los mismos.
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