Con la reciente incorporación del Museo Arqueológico de Granada a Twitter prácticamente todos los museos andaluces dependientes de la Consejería de Cultura tienen presencia en esta red social con la excepción de los tres museos sevillanos: Bellas Artes, Arqueológico y Costumbres Populares.
Los nuevos tiempos exigen nuevas formas de comunicarse con el público y Twitter se ha convertido, sin duda, en una de las herramientas favoritas para llegar a instituciones que de otra manera parecen inaccesibles. La participación de algunas cuentas como la de la Biblioteca Nacional comentando los episodios de la popular serie El Ministerio del Tiempo es quizás uno de los ejemplos más notorios de cómo una Institución puede aprovechar las redes sociales para divulgar el patrimonio que atesora.
En Andalucía, el Museo de Almería ha marcado un antes y un después en la relación entre una institución cultural y su público, logrando ser a día de hoy todo un referente a nivel nacional por su total implicación en la red del pajarito azul. En la entrevista que pude hacerle a su director, Arturo del Pino hace unos meses, le pregunté por la apuesta que el Museo estaba haciendo por las redes sociales y su respuesta no pudo ser más clara: "Para nosotros las redes sociales son fundamentales a la hora de llegar al público. No sólo nos limitamos a compartir o difundir nuestra información, sino que interactuamos con él, le pedimos su opinión u organizamos visitas para ellos. Somos muy cercanos, accesibles, huimos de las distancias, de los formalismos, de tener que pedir cita para hablar con nosotros. Somos calle y ofrecemos servicios para la calle, para la gente común y corriente". Internet se ha convertido en el medio que utilizamos millones de personas en todo el mundo para acceder a la información y como institución cultural, los museos deben adaptarse a los nuevas necesidades del público para no parecer espacios acotados para unos privilegiados.
Así lo han entendido los museos de Huelva, Jaén, el Arqueológico y el de Bellas Artes de Córdoba, el de Cádiz, el Arqueológico y el Bellas Artes de Granada y por poner un par de ejemplos más, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y el Picasso de Málaga, que aunque dependen de la Consejería de Cultura tienen cierta independencia y autonomía. No todos son igual de dinámicos y algunos aún tienen que adaptarse a la inmediatez que exige Twitter, pero al menos han dado el paso. Sin embargo el Bellas Artes, el Arqueológico y el Costumbres Populares sevillanos se resisten a entrar en esta dinámica. ¿Qué les impide adentrarse en Twitter? Los tres museos tienen sus correspondientes perfiles públicos en Facebook, una red mucho más estática que facilita volcar información pero es menos dinámica. De los tres museos, quizás sea el Bellas Artes el que más juego le dé a Facebook, con una interacción bastante alta con los visitantes por medio de los comentarios, pero a los otros dos museos les cuesta todavía implicarse de manera total en las posibilidades que ofrece este medio.
Tener presencia en una red social por el simple hecho de estar puede llegar a convertirse en algo contraproducente. Es preferible no estar a tenerla abandonada por la imagen tan negativa que se puede llegar a dar. Sobre redes sociales y cultura podéis leer largo y tendido en el fantástico blog La Cultura Social, dedicado casi en exclusiva al tema, pero lo que sí podemos sacar en claro es que hoy en día, con tantísima información fluyendo por todas partes, mientras más canales se utilicen desde una institución cultural, más posibilidades habrá de llegar al público. Contar con una cuenta en Twitter seguramente no va a aumentar el número de visitas al museo (o sí, todo depende de cómo se gestione) pero desde luego contribuirá a crear una comunidad de seguidores en torno a dicha institución. La forma de comunicarte con tu público exige la redacción de un plan de comunicación en el que se atienda desde la información que se publica en la web hasta el tiempo que se tarda en contestar un mail. Todo influye en conseguir lo primordial, que es que el usuario tenga una experiencia satisfactoria con la institución cultural en cuestión. Estar presente en las redes sociales exige tiempo, dedicación y profesionalidad, pero es algo que ya está ahí y que hay que abordar para no quedarte atrás. Sobre todo si, como en el caso de nuestros museos andaluces, las páginas web son tan incómodas y obsoletas.
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