Había muchas expectativas y todos hemos salido con una sensación más agria que dulce. Esta mañana Juan Espadas y su delegado de Cultura, Antonio Muñoz, presentaban ante los medios lo que podríamos denominar como el arranque de los preparativos para la celebración de Murillo 2017. El motivo de la convocatoria era anunciar la creación del Comité Científico (grupo de expertos) que se encargará de elaborar la hoja de ruta sobre los fastos que la ciudad le dedicará a uno de sus pintores más reconocidos en una fecha todavía por determinar.
A la espera de que haya un proyecto en firme, el alcalde no ha querido desvelar muchos detalles sobre cómo será la celebración del IV centenario del nacimiento de Murillo, tan sólo lo ha definido como "el primer gran homenaje que la ciudad le dedica al pintor", al margen de exposiciones como la celebrada en 1982 o la más reciente que puso en valor su primera etapa. El objetivo del Centenario de Murillo es hacer de la ciudad un gran contenedor donde se dé a conocer no sólo la trayectoria de Murillo, sino su época y la importancia que Sevilla tuvo en el siglo XVII en el panorama artístico, cultural, económico o científico.
El plantel de elegidos para establecer la base intelectual del programa de actividades depara algunas sorpresas. Nombres como Benito Navarrete (ideólogo de la conmemoración en el anterior mandato municipal), Enrique Valdivieso o Valme Muñoz (directora del Museo de Bellas Artes, institución que ya trabaja en una gran exposición que girará en torno al ciclo pictórico del Convento de Capuchinos) eran lógicos en un comité de estas características. Sin embargo, la inclusión de otras figuras como Julián Sobrino, gran experto y defensor del patrimonio industrial y de la reutilización de espacios infrautilizados o Esther Regueira, directora de publicaciones de Manifesta, la Bienal Europea de Arte Contemporáneo, puede darnos algunos detalles sobre actividades paralelas que podrían celebrarse entre 2017 y 2019. Resulta interesante que a la hora de celebrar un evento de estas características no fijemos el foco de atención únicamente en montar una serie de exposiciones, un simposio y editar varias publicaciones sobre la figura homenajeada, sino que se aprovechen las circunstancias para crear eventos paralelos que dinamicen la ciudad y multipliquen las posibilidades. El resto de miembros del Comité son Javier Portús, conservador del Museo del Prado, Alfredo Morales, catedrático de la Universidad de Sevilla y gran especialista en conservación y tutela del Patrimonio, Aurora Egido, miembro de la Real Academia Española de la Lengua, Luis Martínez Montiel, profesor de la Universidad de Sevilla, Alfonso Pleguezuelo, catedrático de Historia del Arte de la misma Universidad y Rafael Valencia, director de la Academia de las Buenas Letras de Sevilla.
Por lo demás, el alcalde ha insistido en que existe una voluntad de cooperación entre las tres administraciones (Estado, Junta y Ayuntamiento) para sacar adelante el proyecto junto con otras entidades como el Arzobispado, la Diputación o las universidades con sede en la ciudad, que no se ha parado en ningún momento de trabajar en Murillo2017 en los últimos meses y que ya se ha solicitado que el evento sea declarado de excepcional interés público para que pueda contar con una serie de beneficios fiscales de cara a patrocinios y participación empresarial.
Y poco más. Como digo, la rueda de prensa se ha quedado bastante corta si la comparamos con el despliegue que el anterior alcalde hizo en los salones góticos del Alcázar a escasas semanas de la celebración de las elecciones que lo colocaron en la bancada de la oposición. Desde luego se valora la prudencia, pero estamos a un año y medio de la efeméride y de momento lo único que se sabe es que el Bellas Artes organizará una exposición. Como decía en un anterior post dedicado al tema, es momento de hacer de la necesidad, virtud, y lograr entre todos el mejor proyecto para celebrar el IV centenario del nacimiento de Murillo. Lejos de los grandes fastos que pasan a la historia a gran velocidad, este acontecimiento debería servir para mejorar determinados aspectos culturales, históricos e incluso urbanísticos de la ciudad (se me ocurre la remodelación de la calle Mateos Gago para llegar a la Casa de Murillo, en el barrio de Santa Cruz). La elección de Julián Sobrino quizás es reflejo de que estamos ante un proyecto que puede deparar muchas sorpresas. De momento, habrá que esperar para conocer más detalles.
1 comentario:
Espero que tengan la decencia de incluir al que casi ha dado la vida por la reivindicación de su obra, por muy vallisoletano que sea.
Un abrazo.
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