Reconstrucción virtual del Santuario del Carambolo. Imagen de 'La Huella en barro de un valle' |
A mediados del pasado mes de enero saltaba la noticia de que la Junta de Andalucía estaba ultimando la declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Yacimiento Arqueológico del Cerro del Carambolo, una protección que incluiría una serie de piezas depositadas en el Museo Arqueológico Provincial, como son el Tesoro del Carambolo, la figurilla de Astarté y varios elementos encontrados en las excavaciones realizadas a finales de los años cincuenta del siglo XX.
La declaración como Bien de Interés Cultural del Cerro del Carambolo no sólo llega demasiado tarde, sino que muestra, una vez más, que la máxima catalogación que permite nuestra Ley de Patrimonio no es sinónimo de salvaguarda del elemento en cuestión. A día de hoy el yacimiento del Carambolo es un basurero, con parte de los restos muy dañados por haber estado al aire libre sin protección alguna y con una situación jurídica particular. Los terrenos son de propiedad privada desde que en el año 2.000 el Ayuntamiento de Camas se los vendiera a la constructora de Gabriel Rojas, que proyectó, con todos los parabienes administrativos, la construcción de un hotel de 150 habitaciones que llevaría aparejado un centro de interpretación de los restos arqueológicos. Un cambio político motivó que el proyecto quedase paralizado, lo que originó una batalla legal que a día de hoy está en el Tribunal Supremo, tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que dio en parte la razón a Gabriel Rojas en su solicitud de una indemnización por la paralización de los trabajos. La Junta de Andalucía se negó a pagar y el empresario no quedó conforme con la cantidad, a la baja, establecida por los Tribunales, así que el tema está en el Supremo por tiempo indefinido.
La situación es paradójica y surrealista. Un terreno que era público, donde se sabía perfectamente que había un yacimiento arqueológico de gran importancia, es vendido a un particular para que construya un hotel para después paralizarle el proyecto y que el terreno termine siendo Bien de Interés Cultural, lo que implicaría una más que probable expropiación. Durante estos quince años el yacimiento no sólo ha sido estudiado en profundidad, sino que ha sido abandonado, maltratado y parcialmente destruido. Para cuando sea declarado BIC estará en peores condiciones que antes de ser protegido.
Pero, ¿qué hay en el Cerro del Carambolo y por qué es tan importante su conservación? Para conocer mejor la relevancia arqueológica e histórica no sólo del Carambolo, sino de toda la cornisa del Aljarafe (Valencina de la Concepción y sus estructuras megalíticas, Coria del Río y sus asentamientos fenicios) recomiendo la lectura de este informe realizado por Isabel Santana Falcón para el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. En la página seis se hace un repaso de los diferentes períodos históricos en los que el Cerro del Carambolo ha tenido presencia humana, remontándose al Calcolítico. En diferentes puntos del Cerro han aparecido una serie de fosas "que según los estudios radiocarbónicos pueden fecharse entre 1.400 y 1.000 ANE -(antes de Nuestra Era)- y a las que los excavadores otorgan también cierto carácter ritual, así como niveles de hoguera y un enterramiento infantil". El máximo período de esplendor del yacimiento llegaría con la construcción del edificio monumental conocido como Complejo Monumental A, que con sus más de 2.000 metros cuadrados, tendría un uso de culto, como queda patente en la aparición de varios altares. Este edificio podría fecharse entre mediados del siglo VIII y el VI a.C., cuando sería abandonado. El 'templo' fue creciendo en diferentes fases llegando a ocupar una gran superficie del Cerro, lo que ha llevado a los investigadores a plantear la hipótesis de que este lugar de culto tuviera una relevancia territorial y fuese un lugar de referencia para un gran número de personas más allá de la zona del Aljarafe. Posteriormente el Cerro sería abandonado hasta el siglo XIX cuando tendría un carácter defensivo y ya en el XX se construiría el edificio de la Real Sociedad de Tiro a Pichón, cuyo derribo motivó la aparición del famoso tesoro, sobre el que también existen múltiples teorías debido a su calidad, técnica y motivos decorativos que lo relacionan con culturas orientales.
Como vemos, la importancia del Carambolo y del Aljarafe en general, es fundamental para entender la evolución del territorio sevillano desde tiempos inmemoriales, pudiéndose concentrar en este punto el germen de la actual Sevilla, cuando el valle del Guadalquivir era un espacio marítimo y la cornisa del Aljarafe actuaba como lugar privilegiado de control de todo el valle. Esa relevancia paisajística y mítica debe ser conservada y difundida de la misma manera que se ha hecho con otros yacimientos de la época, como el extremeño de Cancho Roano. Como he repetido una y otra vez, sólo se valora aquello que se conoce. Que el Carambolo sea a día de hoy un basurero dice mucho de nosotros como sociedad y de nuestros políticos como garantes de la protección del Patrimonio. Debemos empezar a cuidar de nuestro patrimonio, ya que forma parte de nuestra identidad como personas y colectivo.
2 comentarios:
Hay un refrán, que le viene muy bien:
Nunca es tarde si la dicha es buen.
MANOLO
.
Ojalá sea así y se pueda poner en valor el yacimiento.
¡Un saludo!
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