El actual alcalde y candidato por el Partido Popular Juan Ignacio Zoido convocó ayer a prensa y agentes culturales de la ciudad para la presentación de su programa cultural para los próximos cuatro años. O al menos eso era lo que ponía en la convocatoria, porque de lo primero hubo mucho (se llenó el Café del Casino de la Exposición) pero de lo segundo, poco. Durante la hora larga que duró el acto no se desveló ni una sola propuesta del programa cultural del Partido Popular, pero sí que hubo tiempo para alabanzas al equipo de Gobierno. No sólo se echaron en falta propuestas, sino un mínimo de autocrítica y más viniendo de un alcalde que presumió de ser el primero en reconocer sus errores.
Para el Partido Popular este mandato ha sido un período de prosperidad cultural en el que la Cultura ha estado en manos de profesionales, sin directrices políticas y en el que se ha buscado por encima de todo la excelencia, huyendo en todo momento de la mediocridad. En esta tesis coincidieron varios de los asistentes al acto, que no dudaron en alabar la gestión de la delegación de Cultura durante estos cuatro años, pero también hubo alguna que otra sugerencia de cara a la próxima legislatura. Ventura Rico, de la Orquesta Barroca de Sevilla, agradeció públicamente a María del Mar Sánchez Estrella y a José Lucas Chaves (director de Infraestructuras del ICAS) su labor y apoyo para que la Orquesta pueda contar con un temporada estable que a partir de ahora tendrá su sede en el Lope de Vega. Rico fue quizás el más beligerante (con esa elegancia que siempre le caracteriza) al pedirle al alcalde que desista de la política cultural a base de grandes eventos que son pan para hoy y hambre para mañana, afirmando que "las políticas de fuegos artificiales deben ser desterradas de la vida pública porque son insostenibles". Teniendo en cuenta que el programa cultural para los próximos cuatro años del Partido Popular se basa en los grandes eventos, la crítica es evidente. También felicitó a la delegada y su equipo Pedro Álvarez-Ossorio, director de la Sala La Fundición y representante del sector escénico sevillano. Álvarez-Ossorio confesó que la legislatura empezó muy mal con una tensa relación entre los espacios escénicos de la ciudad y el Ayuntamiento, pero admitió que en estos cuatro años se habían limado muchas asperezas. Entre sus propuestas, pidió la creación de un Consejo Local de la Cultura donde estén presenten profesionales del sector, elaborar un plan de espacios municipales para ponerlos al servicio de los creadores, la revitalización de la línea de ayudas al sector, una mayor transparencia en la gestión de los espacios públicos cuyos responsables deberían ser escogidos por méritos en cumplimiento del Manual de Buenas Prácticas del sector cultural y un nuevo plan de comunicación que recoja la programación tanto municipal como privada.
Durante su turno de palabra, Zoido agradeció las propuestas presentadas por Ventura Rico y Álvarez-Ossorio para después pasar a hacer un repaso de sus cuatro años de gestión, destacando su apuesta por el Festival de Cine cuando muchos le pedían que lo eliminara (¿?), haber puesto en valor el Espacio Santa Clara con exposiciones de primer nivel y haber abierto a la ciudadanía edificios como el Palacio de los Marqueses de La Algaba, sede del Centro del Mudéjar, el Centro de la Cerámica o las mejoras realizadas en el Antiquarium (espacio que, por cierto, lleva meses cerrado). Entre los deseos del regidor para los próximos cuatro años están la puesta en valor de la Fábrica de Artillería (no se explicó qué se pretende hacer con este edificio, su futura gestión o plazos), la recuperación del Pabellón Real como sede del Museo Bellver (tampoco se dijo nada sobre su futuro funcionamiento) que contribuya a poner en valor la Plaza de América como Plaza de los Museos o la rehabilitación de las Atarazanas, edificio que, en su opinión, debería contar con una gestión compartida entre todas las administraciones, una idea que también pidió para el Bellas Artes y el Arqueológico.
Y poco más. Muchos aplausos, mucha gente pero ninguna propuesta. Si hace cuatro años Zoido prometía un Pompidou, ahora simplemente hace balance de estos cuatro años, sin anunciar medidas concretas ni propuestas de mejora. El acto de ayer podría haber dado mucho más de sí, al menos son muchos los que esperaban algo más concreto.
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