Las Naves de Renfe de San Jerónimo son ese comodín del que nadie se acuerda durante cuatro años pero del que de repente, en período de elecciones, todo el mundo tira. Hace cuatro años los dos principales candidatos, Espadas y Zoido, abogaban por su recuperación como equipamiento para el barrio y como impulso económico para la ciudad. A pesar de las promesas, las Naves siguen completamente abandonadas y, de nuevo, vuelven a aparecer en los programas electorales de los (por ahora) principales partidos políticos.
El candidato socialista, Juan Espadas, recoge en su programa la intención de realizar "un plan de patrimonio histórico e industrial" que, entre otros edificios convertiría las naves de Renfe en un nuevo espacio cultural al estilo de La Térmica de Málaga, un referente para los creadores culturales que dispondrían de zonas de trabajo y diferentes espacios comunes abiertos a la ciudadanía. Poco más se avanza de este proyecto en el programa electoral socialista.
Más detallado está el proyecto para este edificio en el programa electoral del candidato del Partido Popular, Juan Ignacio Zoido, seguramente porque es una copia del mismo proyecto que presentó hace cuatro años. Zoido propone crear "un espacio de coworking de industrias creativas y culturales sobre la base digital (...) a disposición de pequeñas empresas y emprendedores", y para el que se facilitarán "equipamientos de estudios de grabación, rodaje, laboratorios dotados de tecnología digital y salas de 3D Motion Capture". Además se incluye un interesante apunte para el entorno de las naves que se convertirán en zona verde apostando por el traslado del transformador de Endesa que hay en la zona para convertir el edificio en un espacio a disposición de la ciudadanía, con salón de actos, biblioteca, salas expositivas y un espacio dedicado a la hostelería.
El objetivo de ambas propuestas es terminar de una vez por todas con el aislamiento urbanístico que padece el barrio de San Jerónimo actuando en uno de sus principales accesos. Lo más curioso de todo el asunto es que estando de acuerdo ambos partidos en un proyecto similar que hubiera sido todo un revulsivo para el barrio, no se haya puesto en marcha en estos cuatro años. En este caso no hubiera habido confrontaciones y ya podríamos estar disfrutando de este espacio. ¿Por qué no se ha hecho? ¿Podemos confiar en que ahora, cuatro años después, se cumpla la misma promesa? ¿O estaremos ante otra ilusión electoral?
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