La historia de las losas que conforman la calzada romana de Puerta Jerez ha sido un despropósito desde que aparecieron en las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la avenida de Roma. Durante las excavaciones, las piedras fueron extraídas y llevadas al Museo Arqueológico, pero al parecer se amontonaron allí sin ningún orden ni inventario. Varios años después, durante la remodelación de los Jardines del Cristina se decidió colocar de nuevo las losas romanas como testigo del pasado de la zona. Las piedras regresaron a Puerta de Jerez pero no fueron colocadas en su lugar original, ni tan siquiera en el orden en que estuvieron, quedando más como un elemento decorativo que como un resto arqueológico. Para colmo, no se dispuso información sobre su valía y poca gente sabe lo que realmente son.
Por encima de las milenarias piedras pasan coches, motos y coches de caballo, por lo que con el paso del tiempo se han ido levantando y rompiendo. La última decisión del Ayuntamiento ha consistido en fijarlas con cemento para evitar nuevos destrozos, como si de adoquines se tratase. El resultado deja muchísimo que desear y supone un nuevo desprecio hacia nuestro patrimonio. Visto el resultado, más vale que las piedras se hubieran quedado en los sótanos del Arqueológico, o que ni siquiera hubieran salido a la luz.
Gracias a J.E. por las fotografías
10 comentarios:
¡Qué barbaridad! Desde luego que lo mejor hubiese sido dejarlas en el museo. Saludos. Mercedes.
O si querían volver a ponerlas en Puerta Jerez, al menos haberlas musealizado de alguna manera para que la gente sepa lo que son.
Un saludo!
Fijo que pensaron que tenían mucha mierda acumulada en el museo, y algo había que quitar de enmedio. Da vergüenza ver cómo despreciamos nuestro propio patrimonio
Sergio, en otro post hablamos de la (nula) política cultural del Ayuntamiento. Con actuaciones como esta, qué hacemos? qué decimos? Es realmente una vergüenza. Aquí sólo importa lo que importa...
¿Qué podemos hacer? Poco, salvo aportar cada uno nuestro granito de arena y concienciar a las personas que tenemos alrededor de que esa actuación está mal hecha y de que el patrimonio debe ser tratado de otra manera. Quizás de este modo poco a poco se vaya extendiendo la idea.
Intentar convencer a un político es imposible, no se bajan del burro (viven en su torre de marfil ajena a la humanidad). Fíjate todo el movimiento que ha habido en contra de las talas de árboles con expertos diciendo que el problema es que se podan mal los árboles. Bueno, pues hace un par de días el Ayuntamiento volvía a mandar nota de prensa elogiando que la poda se ha multiplicado por no sé cuantos durante el mandato de Zoido. Es decir, se felicitan de algo que está mal hecho e ignoran a los expertos que dan su opinión para mejorar las cosas.
¡Saludos!
Yo sabia de su existencia desde hace meses y me llamaba la atención sin saber lo que era, aunque me intrigaba. Tras leer este (magnífico) blog ya le tengo más respeto cada dia que paso por delante. Por cierto, me he fijado con detenimiento y la piedra que hay abajo a la derecha, mirando a la fuente (desde donde está tomada la foto) hay una inscripcion que explica un poco de qué se trata, pero hay que descifrarlo para entenderlo. Saludos!
Muchas gracias por tus palabras, Guille.
En cuanto a la calzada, tu ejemplo es la evidencia de que con poner unas letras en una piedra a nivel del suelo no basta para que la ciudadanía en general sepa lo que es, hace falta señalizar este elemento patrimonial de otra forma para que se pueda comprender y valorar.
Si bien no dejan de ser una serie de piedras (como cualquier otra calzada romana), el hecho de que hayan sido expuestas ahí denota un interés por ponerlas el valor por lo que carece de toda lógica que pasen por encima taxis y coches de caballo.
¡Un saludo!
Yo las pise el otro día sin saber que eran romanas al leer esto me ha dado una rabia vaya tela tiene la cosa.
No te apures, Iván, realmente están hechas para ser pisadas desde su concepción. Lo malo es exponer un elemento patrimonial para su supuesta puesta en valor y tratarlo como si fueran cuatro piedras, sin contextualizarlo y sin explicar lo que es.
¡Saludos!
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