Cultura de Sevilla cumple siete años

En los cursos sobre Cultura 2.0 o nuevas tecnologías aplicadas a la Gestión Cultural se acude normalmente a los blogs como ejemplo de dinamización y difusión de la Cultura, pero se advierte de que es fundamental implicarse de forma real y que no sea un mero espacio donde colgar la misma información que podrías encontrar en una página web. Construir un Blog no es tarea fácil, hay que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo, por no hablar de las otras patas del banco: las redes sociales y la documentación. Al final, cuando te das cuenta, llevar un Blog es prácticamente un trabajo que no te aporta nada económicamente pero que te hace inmensamente feliz por poder compartir con otras personas aquello que sientes o te gusta.

Cultura de Sevilla cumple hoy siete años. La media de vida de un Blog no suele sobrepasar los dos años, a partir de ese momento suele empezar a decaer, las entradas se van espaciando en el tiempo y al final se queda como un bonito recuerdo. Desde que abrí este Blog me he implicado mucho en él, quizás demasiado y este año ha sido particularmente duro. Como muchos sabréis hace poco más de un año decidí cerrar el espacio cultural al que tanto esfuerzo le había dedicado y centré toda mi atención en el Blog. No ha sido difícil dedicarle tiempo ya que en todo este año no he conseguido encontrar trabajo, por lo que otra cosa no, pero tiempo libre tengo muchísimo. Durante este año he llamado a muchas puertas, he mandado muchos currículums y todo ha sido en balde, con un paro juvenil que supera el 50% tampoco puedo esperar mucho más, pero agota ver cómo pasan los días sin que te llegue una oportunidad. Te formas, te sigues formando y acumulas una cantidad de cursos, talleres y demás parafernalia que llega un momento en el que piensas que poco te queda por aprender, lo que quieres es poner en práctica la teoría que ya sabes. En este año he estado a punto de dejar de escribir en el Blog en dos ocasiones, una por una profunda crisis en la que me pregunté para qué servía dedicarle tanto tiempo a algo que me genera muchos disgustos y la segunda porque me planteé seriamente irme de Sevilla, una ciudad ingrata (y sí, lo digo tal y como lo siento) con la Cultura. Al final me pudo más la satisfacción de creer que algo aporto a esta ciudad, aunque la ciudad me haya tratado francamente mal. Es una relación amor-odio que no sé hasta qué punto es sana. Cuando te implicas tanto en algo, sufres mucho más cuando las cosas van mal y el ver determinadas prácticas en esta ciudad hace que me hierva la sangre.

Os preguntaréis entonces que por qué sigo escribiendo en este Blog, si tanto sufro, quizás lo mejor sería dejarlo y disfrutar de la vida. Os diré lo mismo que le digo a mis amigos cuando me aconsejan que deje de ver las noticias para no sufrir más: para cambiar el mundo, hay que estar en él y si quiero que las cosas mejoren, lo único que puedo hacer es estar informado para plantear soluciones. Eso es Cultura de Sevilla, una plataforma en la que se plantean soluciones, que quizás caigan en saco roto, pero que me consta que a muchas personas les sirve para saber que hay otra forma de pensar en esta ciudad, que no están locos cuando piensan que otra Sevilla es posible y que las cosas no siempre se tienen que hacer de una manera determinada, sino que se pueden plantear alternativas.

Los que seguís el Blog habréis notado que en los últimos meses ha cambiado el enfoque del mismo, ya no hay tanta agenda cultural y sí mucha crítica, denuncia y alternativas. Es el resultado de tantos años viendo cómo funciona la Cultura en esta ciudad, un aprendizaje que me ha servido para saber que difícilmente trabajaré en el sector cultural en Sevilla porque está todo el pescado vendido, pero al menos me quedará la satisfacción de que intenté cambiar las cosas.

Gracias a todos los que estáis ahí y leéis el Blog, sin vosotros no sería lo mismo.