El diario El Mundo adelantaba el martes la noticia de que el Ayuntamiento está trabajando para cerrar más pronto que tarde la cesión de la Colección Bellver a la ciudad de Sevilla para su exposición en el Pabellón Real, que dejaría de tener un uso administrativo para recuperar el que tuvo durante la Exposición Iberoamericana de 1929. A falta de más detalles por parte del Ayuntamiento, de confirmarse la noticia, se daría por concluida una intensa negociación que se remonta a quince años atrás, cuando el coleccionista Mariano Bellver planteó la posibilidad de ceder su valiosa colección valorada en más de diez millones de euros a la ciudad. Tras muchas promesas y desplantes por parte de delegados de cultura y consejeros autonómicos varios, todo parece indicar que el destino final de las más de quinientas obras de arte será un edificio municipal.
La feliz noticia de la exposición de estas obras de arte despierta, no obstante, una serie de interrogantes que deberán ser aclarados por parte del Ayuntamiento cuando se presente el proyecto. El primero es evidente; se habla de reutilizar el Pabellón Real, pero ¿en qué estado? El edificio necesita una gran restauración en su exterior como ya se ha denunciado en este Blog y prácticamente una reconstrucción en el interior. Estamos hablando de más de un año de obras (quizás dos o tres) y una cantidad importante de dinero. Si el Ayuntamiento quiere hacer bien las cosas, el edificio necesitará una profundísima rehabilitación que costará varios miles de euros y que llevará bastante tiempo. La ubicación de un museo en el Pabellón Real pasa por derribar todo el interior y hacerlo nuevo, cualquier otra opción sería bastante cuestionable teniendo en cuenta el estado del edificio y las medidas mínimas de conservación que las obras de arte requieren. Sólo hay que mirar al vecino Museo Arqueológico para ver los efectos de la desidia.
Una vez solventados los trámites burocráticos y la financiación para la puesta a punto del edificio deberíamos entrar en un segundo punto fundamental para el éxito de la iniciativa. ¿Qué tipo de museo quiere hacer el Ayuntamiento? Hay dos opciones, o se opta por un museo en condiciones con su director, su personal, su equipo gestor, etc., o se hacen las cosas a la sevillana manera: "lo abrimos y ya se verá". Así es como funcionan los últimos museos abiertos en la ciudad en los que ni hay personal, ni difusión, ni una planificación para hacerlos atractivos. Tenemos el Centro del Mudéjar, sin personal alguno, el Castillo de San Jorge, también sin personal y con los contenidos estropeados, al igual que el ascensor, o el Antiquarium, dónde sí que hay un personal pero ni mucho menos se explotan sus capacidades. La apertura del Museo de la Cerámica, postergada una y otra vez, anuncia la misma hoja de ruta: un personal mínimo y que aguante lo que pueda. Cuando se habla de crear un museo, no habría que alentar falsas esperanzas. Un museo tiene un director, personal que se ocupe de la conservación de sus piezas, personal que atienda al público, exposiciones temporales, una difusión.... lo demás podrá tener el nombre de 'Museo' pero no cumplirá las mínimas exigencias del público.
Queda un último detalle por analizar, la cuestión del espacio. La Colección Bellver tiene más de quinientas piezas entre pinturas (más de trescientas), mobiliario, esculturas y demás objetos, ¿caben en el Pabellón Real? Habrá que seleccionar mucho lo que se expone porque es evidente que en ese pequeño edificio no cabe ni la mitad, por no hablar de espacios necesarios para el correcto funcionamiento de un museo o servicios como una cafetería, tienda... que generen ingresos para la financiación del centro. Son muchos detalles que deberán ir aclarándose para que este proyecto sea un atractivo más en una ciudad que aún tiene mucho que aprender en cuanto a gestión cultural se refiere. La firma de la cesión de estas piezas podría ser la oportunidad para hacer un proyecto magnífico en el Pabellón Real, esperemos que no se quede en otro intento fallido.
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