El Diseño Andaluz lucha por unos Estudios Superiores públicos de calidad

Andalucía se sumaba hace dos años a las enseñanzas públicas de Diseño. Lo hacía con retraso con respecto a otras comunidades autónomas ya que ha sido la última en adoptar estas disciplinas.

Con carácter experimental diez Escuelas de Arte de toda la Comunidad (en las ocho capitales, además de Jerez y Algeciras) asumieron las cuatro áreas en que se dividen las enseñanzas de Diseño: Diseño Gráfico, Diseño de Interior, Diseño de Productos y Diseño de Moda. Toda la labor de creación de los planes de estudio así como la formación de los nuevos alumnos recayó en las escuelas, que asumieron esta responsabilidad para adaptar sus enseñanzas a la vida real y para evitar que los andaluces interesados en estas disciplinas tuvieran que irse a otras partes de España a estudiar.

Pasados estos dos años, el pasado 23 de abril, la Consejería de Educación decidió que tan sólo las escuelas de Cádiz y Almería tendrían la categoría para ofertar los Estudios Artísticos Superiores de Diseño. No se han dado explicaciones de por qué se han elegido estos dos centros ni por qué se ha dejado sin estos estudios a una amplia capa de población andaluza. Se da la circunstancia, además, de que en Sevilla, Málaga y Granada existen centros privados en los que se ofertan los Estudios de Diseño por lo que salta la duda de si en esta decisión ha pesado favorecer a la enseñanza privada en detrimento de la pública. Por otro lado, ante la altísima demanda que han tenido estas disciplinas en los últimos dos años, no tiene lógica alguna que sólo dos centros asuman tal presión ya que será imposible que, por capacidad, puedan ofertar plazas suficientes. En el último curso, por ejemplo, se presentaron más de 200 solicitudes por centro, cuando la capacidad máxima era de 40 plazas en cada uno.

Ante esta incomprensible situación, las Escuelas de Arte así como sus estudiantes y personas vinculadas al sector, están llevando a cabo una serie de iniciativas para denunciar este atropello a la Educación pública en un momento en el que la falta de perspectivas laborales en la comunidad ha animado a un gran número de estudiantes a buscar una formación alternativa. Con esta decisión no sólo se corta las alas a una disciplina en pleno auge, sino que se acaba con las esperanzas e ilusiones de jóvenes que, o bien no pueden estudiar en los centros privados o no tendrán más remedio que emigrar a otras comunidades autónomas, generando riqueza en otras ciudades en lugar de contribuir al desarrollo de sus lugares de origen.