Ayer se inauguraba en la sede de la Fundación Cajasol de la calle Laraña una pequeña y selecta exposición con un gran significado. Apenas ocho cuadros y tres tapices componen la muestra con nombres de primera fila como Alonso Cano, Zurbarán, Murillo o Valdés Leal.
'Los Maestros del Barroco de la Colección Cajasol' es sólo una pequeña muestra de la extensa colección artística que atesora la Institución, más de cuatro mil piezas fechadas desde el siglo XVII hasta nuestros días. Con la fusión de las antiguas cajas de ahorro El Monte y San Fernando, se formó la que está considerada como una de las mejores colecciones artísticas de Andalucía tanto por la nómina de artistas que la componen como por el número de piezas. En su momento, El Monte se centró en el arte antiguo mientras que San Fernando optó por el arte contemporáneo. El resultado es una colección rica y variada que bien podría formar parte de un museo. Cajasol anunció en 2010 la creación de un espacio museístico donde mostrar su colección en el edificio que posee en la calle Sierpes. La crisis y su adquisición por parte de CaixaBank dieron al traste con este proyecto que ahora se ha retomado en una versión light, el museo se hará, pero en una parte del edificio de la Plaza de San Francisco, serán 3.000 metros cuadrados donde poder contemplar tanto la colección permanente de Cajasol como exposiciones temporales.
'Maestros del Barroco' es una primera toma de contacto con este futuro museo al que aún le queda un largo recorrido hasta su puesta en marcha. Varias obras de Murillo, una de Zurbarán, otra de Alonso Cano, un par de anónimos, tres tapices y la que se puede considerar la pieza maestra de la exposición, el Cristo atado a la columna de Valdés Leal, obra de gran calidad, conforman la propuesta.
El carácter reducido de la muestra permite degustar con calma cada una de las obras (unas mejores que otras) y detenerse en sus detalles. Muy interesante es la vista del barrio de Triana fechada en el siglo XVII, uno de los pocos paisajes que miran desde Sevilla en lugar de hacia Sevilla y que permite conocer la entidad urbanística del barrio desde hace siglos. Una vez más, las salas del centro cultural de Cajasol demuestran su incomodidad para mostrar exposiciones por su estrechez y, sobre todo, por su extraño montaje en esta ocasión. A pesar de que te obligan a empezar la visita en la primera planta, subiendo por el ascensor, es en la planta baja donde aparece el texto introductorio de la exposición por lo que, al llegar a la primera planta te encuentras directamente con los cuadros sin saber muy bien el sentido de la misma.
La exposición estará abierta hasta el 5 de enero de martes a sábado de 11 a 14 y de 18 a 21 y los domingos de 11 a 14 horas.
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