jueves, 8 de agosto de 2013

Plaza Rafael Salgado o cómo no reurbanizar una plaza


Aún no se ha inaugurado y la plaza Rafael Salgado ya es una herida urbana en el corazón del barrio de Bami. La historia se repite en nuestra ciudad, comienzan las obras de un aparcamiento subterráneo necesario para vecinos y ciudadanos en general y el resultado es una terrible reurbanización que crea un espacio inhóspito que produce desasosiego y no invita a disfrutarlo. Lo vimos en la avenida Virgen de Luján donde se arrasó con toda su arboleda para dejar una calle desierta, pasó en la placita que hay junto a la calle Castillo Lastrucci donde también se construyó un aparcamiento subterráneo y tenemos el ejemplo de la trasera de Plaza de Armas, espacio inhóspito donde los haya. En Sevilla, aparcamiento subterráneo es sinónimo de plaza dura desangelada salvo en contadas ocasiones como Plaza de Cuba o los Jardines del Cristina (y porque son unos Jardines Históricos, que si no...)




En Bami ha pasado lo mismo, se ha hecho un aparcamiento subterráneo y el resultado es esto. Comparar el antes y el después es echarse a llorar, donde había árboles que convivían con el aparcamiento indiscriminado en superficie, ahora sólo vemos hormigón, vallas metálicas y dos terribles casetas blancas de acceso al aparcamiento. Por supuesto hay bancos, unos juegos infantiles y algún que otro parterre, pero ¿para qué? ¿Acaso alguien va a querer sentarse a tomar el sol ahí? ¿O llevar a sus hijos a jugar para que les dé una insolación? ¿Árboles? ¿Para qué, eso qué es?


El resultado es una herida urbana que jamás cicatrizará, un espacio sin solución que se sumará a la larga lista de despropósitos urbanísticos de la ciudad. Uno más. El urbanismo de los años sesenta y setenta sigue intacto en nuestra ciudad sin que nadie le ponga remedio. ¿De quién es la culpa? Pues podemos repartir responsabilidades, el primer culpable es la constructora y el "diseñador" del espacio, evidentemente. Se ha ido a lo barato y cutre y éste es el resultado. El segundo responsable es el Ayuntamiento, claro está, el de antes y el de ahora. Este aparcamiento viene de la era Monteseirín que lo aprobó y ha sido terminado en la época de Zoido. ¿Nadie vio cómo iba a quedar esta plaza? ¿Nadie comprobó los planos para ver qué se iba a hacer en un espacio tan delicado y con tantas posibilidades? Mal por la constructora, mal por el que aprobó el proyecto y mal por los que han continuado las obras sin revisar absolutamente nada. Me imagino que Zoido estará esperando a que pase el calor para poder inaugurar este aparcamiento, de lo contrario, podría freírse en mitad de este desierto mientras proclama a los cuatro vientos su "maravilloso" legado. El alcalde sabe que esta plaza es terrible, pero como no está en el centro, le da exactamente igual. Si esto fuera la Alfalfa o la Plaza del Pan.... ¿Se podrían haber hecho las cosas de otro modo? Pues sí, pero para eso hay que saber algo de Urbanismo y tener buen gusto; un ejemplo, Bilbao.


Sólo nos queda dar el pésame a los vecinos de la zona por el nuevo engendro que les han colocado en el barrio. Al menos podrán disfrutar del aparcamiento, pero ¿a qué precio?


2 comentarios:

wabisabigallery.com dijo...

Muy lamentable. Está claro que a la hora de cuidar espacios no se usan las mismas varas. Aunque el centro tampoco es que sea el adalid del buen gusto, lo es por como es Sevilla, no por los esfuerzos que hagan los distintos políticos por dejar su impronta sobre el terreno. Cuanta oportunidad perdida y cuanto dinero derrochado para hacer y rehacer con nula transparencia algunas obras de la ciudad, y por otro lado resolver de forma tan tosca y tan "cutre minimal" otras. Gran artículo, como de costumbre.

Sergio Harillo dijo...

Gracias por vuestra opinión :)

Un saludo!