lunes, 13 de mayo de 2013

Predicar en el desierto


En Cultura de Sevilla hemos denunciado en varias ocasiones la falta de tacto hacia nuestro patrimonio verde. Especialmente delicados son los nuevos árboles que se plantan en la ciudad. Por razones climáticas, los primeros meses de vida de un árbol tras su transplante a una calle o zona verde son cruciales, necesitan mucho cuidado y mimo para 'agarrar' bien y poder crecer fuertes y sanos. Es evidente, por tanto, que hay que respetar escrupulosamente las épocas de transplante y que mientras más nos acerquemos al verano, más posibilidades tiene el árbol de secarse.

En los últimos meses se han hecho multitud de plantaciones por toda la ciudad. Uno de los puntos donde más ejemplares se han plantado es en el nuevo Parque de San Jerónimo y es precisamente allí donde empezamos a ver cómo algunos ejemplares se están muriendo por la falta de riego y mantenimiento. Al margen de las poco sostenibles praderas de césped (que antes o después desaparecerán porque es imposible que sobrevivan, no estamos en Reino Unido) el Ayuntamiento debería cuidar de estos nuevos ejemplares, regándolos durante los primeros meses y sobre todo a lo largo del verano para que no se sequen. 

Quizás habría que plantearse plantar menos árboles si de ese modo se pueden tener controlados. Si Sevilla no es capaz de mantener su patrimonio verde, al menos que no lo aumente, no hay peor imagen para una ciudad que sus parques y zonas verdes mal cuidados. Por eso Sevilla nunca está en las listas de ciudades sostenibles y respetuosas con el Medio Ambiente.

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