jueves, 11 de abril de 2013

Patrimonio en peligro: Humilladero de San Onofre (II)


La visita del domingo a San Jerónimo nos ha proporcionado material para llenar Cultura de Sevilla de reportajes durante prácticamente una semana (y eso que no hicimos parada en las naves de Renfe ni en el cementerio de San Fernando). El broche de latón lo pone el Humilladero de San Onofre. ¿Por qué de latón? Por la terrible situación en la que está uno de los monumentos más antiguos de la ciudad.


No se sabe a ciencia cierta cuándo fue construida esta maravilla gótica, pero se fecha a finales del siglo XV y su función era marcar los límites territoriales del Monasterio de San Jerónimo, del que dependía. Se encontraba en un cruce de caminos y, siglos después, sigue estando en un cruce, pero de comunicaciones que lo agobian y lo marginan (las vías del tren, carreteras, puentes, un canal desviado).


Su ruina es evidente. Las grietas son tremendas y anuncian su inminente desplome. Actualmente se están llevando a cabo labores de limpieza y conservación, tal y como publica hoy Diario de Sevilla, pero lo que necesita San Onofre es una intervención en profundidad, como la que se llevó a cabo en el Templete de la Cruz del Campo.


El futuro de esta joya es problemático. ¿Qué hacemos con él? ¿Dejarlo donde está y condenarlo al olvido? ¿Trasladarlo piedra a piedra a un lugar más decente? Con la Ley en la mano, el templete debe quedarse donde está, es un Bien de Interés Cultural y debe permanecer en el sitio para el que fue creado, porque en ello radica parte de su importancia, en que ha estado en ese mismo lugar durante siglos y se construyó para marcar unos límites territoriales. Si lo movemos, perdería esa carga histórica, se convertiría en un objeto artístico desubicado, en una pieza de museo. Pero dejarlo donde está, con esos accesos (literalmente hay que jugarse la vida para llegar hasta él) y ese entorno, es condenarlo a la desidia. Poco se puede hacer para mejorar su entorno, aunque se hiciera un pequeño parque a su alrededor, aunque se construyera un puente de acceso más digno, seguiría estando arrinconado y sufriendo la vibraciones del tráfico, tanto de vehículos como ferroviario. Sinceramente, me costaría mucho tener que tomar una decisión sobre este bello edificio.


De momento se están invirtiendo 58.000 euros en su restauración para evitar el colapso del edificio y su derrumbe. Ojalá sea la primera fase de un proyecto que ponga en valor este monumento, tal y como se ha pedido durante años desde diferentes frentes, tanto vecinales como ciudadanos.


Una vez más, os dejo el enlace al Blog Sevillanadas para que conozcáis la historia del edificio. Conocerlo es el primer paso para valorarlo. Eso sí, si os decidís a visitarlo in situ, os ruego mucha precaución porque el acceso es de lo más peligroso.


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