Imagen de Alejandro Cartagena
¿Os imagináis que la Plaza de España actuara como un gigantesco árbol que neutralizase la contaminación a su alrededor? Pues algo parecido han conseguido con un edificio en Ciudad de México. La relación con nuestra Plaza de España viene porque el material utilizado en la fachada del edificio mexicano es un tipo de cerámica recubierta con dióxido de titanio superfino, una tecnología que logra eliminar la contaminación cuando recibe la luz natural.
En una ciudad como Sevilla, donde la cerámica ha tenido tantísima importancia, siendo reconocida universalmente las piezas que salieron de los alfares de Triana, sería más que interesante que se desarrollasen y se alentasen este tipo de investigaciones. En nuestra ciudad la cerámica y la arquitectura han estado íntimamente ligadas desde hace siglos, de arcilla está hecha la Giralda y de cerámica serán las lamas que recubran la Torre Pelli. Sin embargo, una tradición tan importante se va perdiendo a pasos agigantados, ya apenas quedan talleres de cerámica en Triana, la empresa Pickman tiene un futuro de lo más incierto y en arquitectura, el hormigón y el vidrio han sustituido al material con el que se levantaron templos y palacios. ¿Por qué no aunar tecnología y tradición para darle un nuevo enfoque a algo tan característico de nuestra ciudad?
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