Escapada a Cádiz

Aprovechando el buen día que hacía ayer, Cultura de Sevilla se fue de visita a Cádiz. Siempre es un placer pasear por la tacita de plata y disfrutar de la brisa marina. He de reconocer que llevaba tiempo queriendo volver a Cádiz para visitar el Café Royalty, un emblemático e histórico establecimiento que ha reabierto sus puertas con el mismo esplendor con el que fue inaugurado en 1912. 

Algo tienen los cafés históricos que cuando entras pareces trasladarte a otra época. La historia del Café Royalty ha estado plagada de contratiempos que parecían abocarlo a su desaparición; su cierre en los años treinta, su posterior conversión en bazar y su total abandono durante décadas lo dejaron en un estado de lo más lamentable. Sin embargo, la iniciativa privada ha conseguido recuperarlo y devolverle toda su belleza. Tomarte un café y una porción de tarta en este recoveco de la Plaza de la Candelaria implica detenerte en sus mil y un detalles, empezando por las pinturas del techo y terminando por los cuartos de baño, todo es susceptible de ser fotografiado.

Cada vez que visito uno de estos cafés me pregunto por qué en Sevilla no se han conservado interiores de este tipo. Sí que es cierto que tenemos un magnífico ejemplo de decoración de principios de siglo XX en la Joyería Reyes, pero en cuanto a cafés, o se han perdido o bien nunca los tuvimos. Una pena en cualquiera de los dos casos. Sevilla es una ciudad en la que el fachadismo ha hecho mucho daño. Me viene a la mente el maravilloso Café París, en La Campana, brutalmente mutilado y derribado. O el Laredo, en cuya última "restauración" no se conservó absolutamente nada original e incluso se retiraron sus letreros art decó. Lo más parecido que podemos encontrar en Sevilla es la Cafetería La Campana o el Bar Europa, pero en ninguno de los dos casos llegamos a esta exuberancia. Aún estamos a tiempo de conservar los pocos interiores históricos que se conservan en Sevilla, pero para ello debemos empezar a valorar nuestro patrimonio y dejar de pensar en él como un mero decorado de cartón piedra.

La visita a Cádiz nos sirvió para comprobar, una vez más, el exquisito cuidado con el que se mantienen sus espacios públicos. Parques y jardines en perfectas condiciones, plazas pavimentadas con tesón y buen gusto, fuentes limpias de aguas cristalinas.... ¿por qué en Sevilla no podemos tener todo esto?

Llama poderosamente la atención la cantidad de equipamientos culturales que se han abierto en Cádiz en los últimos años. El Centro Cultural Reina Sofía, el Espacio de Creación Contemporánea, los castillos de San Sebastián y Santa Catalina o la Casa del Obispo son sólo algunos ejemplos del potente entramado cultural gaditano. Ignoro si los ciudadanos han hecho suyos todos estos espacios, pero lo cierto es que turismo no les falta; dos grandes transatlánticos (porque ante semejantes proporciones, hablar de 'barcos' o 'cruceros' es quedarse cortos) estaban fondeados en el puerto, nutriendo a las estrechas calles gaditanas de multitud de visitantes mapa en mano.