El director del Museo del Prado ha visitado esta semana Sevilla para inaugurar la exposición sobre el Paisaje nórdico y lo hizo acompañado del consejero de Cultura y los delegados territoriales de La Caixa. Era evidente que la liebre iba a saltar ante semejante cóctel. Dos temas de gran actualidad en la ciudad le quitaron el protagonismo a Rubens, Brueghel, Lorena o Poussin. Un poco injusto, pero es que últimamente las altas instancias no son muy amigas de hablar con los medios y éstos aprovechan la más mínima ocasión para obtener declaraciones.
Miguel Zugaza fue preguntado por la Inmaculada de los Venerables de Murillo y su posible regreso a la ciudad para la que fue pintada y donde permaneció hasta que fue robada y expoliada por los franceses en 1810. Tras la reciente visita del cuadro con motivo de la exposición dedicada a Justino de Neve en la Fundación Focus, la sociedad civil (primero la Asociación Sevillasemueve, luego Velázquez por Sevilla) solicitaron que el cuadro regresase al lugar de dónde fue robado. Posteriormente se sumaron los políticos, el PA y luego la Diputación en Pleno, pero la iniciativa surgió de la ciudadanía y es justo reconocerlo. La respuesta del director del Prado fue clara: no hay intención alguna de que el cuadro regrese a Sevilla, su regreso a España fue posible gracias al intercambio que realizó el Museo por una obra de Velázquez y, en palabras de Zugaza, "su sitio es el Prado ya que es una de sus obras principales".
La respuesta ha sentado como un jarro de agua fría (o quizás no tanto) en Sevilla aunque era bastante probable. Efectivamente el cuadro fue robado en Sevilla, pero actualmente pertenece al Museo del Prado y era muy difícil que una obra de esta importancia se cediese a una institución privada (como lo es la Fundación Focus). Además, esta cesión sentaría un oscuro precedente y daría alas a muchas ciudades y entidades que se lanzarían en tropel a reclamar obras que están en museos de la capital. El caso más cercano es la Dama de Elche, reclamada por la ciudad levantina desde hace décadas sin éxito. Puede dolernos más o menos, pero en el fondo es lo más lógico (y quizás lo mejor) para todos. Ceder a esta petición, por muy legítima que sea, supondría un riesgo y quizás muchas ciudades entrarían en una lista negra donde museos e instituciones de todo el mundo se plantearían la viabilidad de exponer temporalmente ante el riesgo de reclamaciones. Por otro lado, habría que valorar si realmente la ciudadanía sevillana valora o es capaz de apreciar este tipo de cuestiones cuando está dejando languidecer al Museo Arqueológico o no pide la necesaria ampliación del Bellas Artes. Quizás deberíamos valorar lo que tenemos antes de reclamar más patrimonio.
La rueda de prensa dio para mucho más. Estando en la misma mesa la Consejería de Cultura y La Caixa, era difícil que no saliera el tema de las Atarazanas. Sobre la mesa hay un supuesto acuerdo por el que ambas instituciones sacarían adelante un proyecto para el histórico astillero, pero a la hora de la verdad, poco se ha concretado (y seguramente, poco se concretará en próximos años). La Asociación Velázquez por Sevilla se ha sumado a las reclamaciones y ha solicitado que el Museo de América, actualmente en Madrid, se instale en Sevilla. A juicio de la asociación (y con bastante lógica) que Sevilla no cuente con ningún museo nacional es una injusticia que se podría subsanar trayendo el Museo de América que, además, en Madrid recibe pocas visitas. El hecho de trasladar el museo a Sevilla no tiene por qué significar un aumento de las visitas pero sí que es cierto que las Atarazanas por sí mismas ya serían suficiente atractivo para visitar este hipotético museo. Sin embargo, desmantelar un centro expositivo y mudarlo de ciudad es una decisión que no se pueda tomar a la ligera y seguramente tanto los propios dirigentes del museo como el Ministerio de Cultura no estarían muy por la labor.
En ambos casos nos encontramos ante una historia similar. Si bien es del todo lícito que estas entidades ciudadanas lancen propuestas, creo que en Sevilla tenemos problemas mucho más urgentes a día de hoy. Hay tantos frentes abiertos (Fábrica de Artillería, Museo Arqueológico, Costumbres Populares, Bellas Artes, Altadis, Fábrica de Vidrio, Mercado Puerta de la Carne, antigua Estación de Cádiz, Pabellón del Futuro, etc.) que deberíamos empezar por concienciar a la ciudadanía de la importancia de nuestro patrimonio y educar para que se valore, se cuide, se respete y se exija a las administraciones y particulares que esté en las mejores condiciones posibles. Como ya hemos comentado en repetidas ocasiones en el Blog, Sevilla, en general (siempre hay excepciones) es bastante insensible a estos temas y sólo sabe lamentarse del pasado sin prestar mucha atención al presente.
1 comentario:
¿no valen las atarazanas lo suficiente por si solas como monumento que se explica a si mismo, como el alcázar?
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