domingo, 3 de junio de 2012

El WHC pide que Sevilla se declare Patrimonio en Peligro


Se acerca la reunión anual del Comité de la Unesco y ya se conocen todos los detalles de los temas que se tratarán en San Petersburgo. El Centro de Patrimonio Mundial ha solicitado a la UNESCO que los bienes Patrimonio Mundial que hay en Sevilla (Alcázar, Archivo de Indias y Catedral) sean incluidos en la Lista de Patrimonio en Peligro por las obras de la Torre Pelli. En el informe, a pesar de dejar claro que la torre se encuentra fuera de la zona buffer de protección de estos tres bienes, a 1600 metros de la Giralda, se incide en que hay que buscar la fórmula para parar las obras (una recomendación que se ha realizado hasta en tres ocasiones) y redimensionar el proyecto. Se asume, por tanto, el dictamen de ICOMOS aunque al menos se dan datos correctos ya que el informe que presentó ICOMOS hace unos meses estaba plagado de errores sustanciales.

Sevilla se arriesga, por tanto, a salir del selecto club que conforman los bienes Patrimonio Mundial. La pelota está ahora en manos de las administraciones españolas que deben demostrar (y no es difícil) que la Torre no afecta a los tres bienes, algo que ya se ha demostrado en varios informes enviados a la UNESCO. Deberíamos preguntarnos para qué ha servido tanto informe si finalmente el Organismo Internacional hace caso omiso de los mismos cuando el resultado no concuerda con la postura del todopoderoso ICOMOS. Tampoco parecen importar las declaraciones de George Zouain, ex director del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO (la misma entidad que ahora solicita el castigo a la ciudad) que llegó a decir que "el impacto de la torre será positivo, pues su conclusión tiene que ver con su ubicación, a extramuros del casco antiguo, al otro lado del río y en el extremo sur de Cartuja93, en los terrenos de la Expo. Un espacio dedicado a la misma actividad terciaria que tendrá la torre de Cajasol, oficinas y comercio" o del arzobispo de Sevilla, titular por tanto de la Catedral y la Giralda y que ante la pregunta realizada en una entrevista en el Diario El Mundo "¿Le preocupa que la Catedral pueda perder su condición de Patrimonio de la Humanidad por el rascacielos de la Cartuja?", contestó: "la Catedral de Sevilla no necesita ser reconocida por nadie, se explica a sí misma por su envergadura, con su hermosura, con su buen estado de conservación. No sé si la condición de Patrimonio Mundial trae alguna ventaja. No lo sé. Pero a mí también me gustaría que brillara, por ejemplo, por esa torre. A mí no me molesta el rascacielos, ni me hace daño. Es un signo de modernidad, como lo son los de Madrid y creo que es compatible con la condición de Patrimonio de la Humanidad de la Catedral".

Dicho todo esto, sólo queda esperar el dictamen del Comité que se reunirá en Rusia a finales de mes aunque resulta frustrante que a Sevilla se la trate como a una ciudad de segunda categoría. Ejemplos de rascacielos junto a zonas protegidas los hay por decenas, pero baste recordar estos tres ejemplos para ver que la UNESCO trata con diferentes varas de medir a otras ciudad como Barcelona y su torre AGBAR, a 800 metros de la Sagrada Familia:


Londres, y su torre 'The Shard', de 310 metros de altura a apenas unos metros de la Torre de Londres, un edificio también protegido. Precisamente, en el mismo documento que se recomienda declarar a Sevilla como Patrimonio en Peligro, en el caso de Londres sólo se aconseja que en futuras construcciones se tenga mayor cuidado con la altura.


O la eurovisiva Bakú, en Azerbaiján, cuyo casco histórico es Patrimonio Mundial sin que ello haya impedido que se construyan altos rascacielos visibles desde el mismo. En el documento, tampoco se pide que esta ciudad se incluya en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro.


Sevilla podría pasar a la historia como la segunda ciudad occidental (Dresde fue la primera) con sus bienes en la temible lista negra, pero también es de destacar el nulo interés de las administraciones españolas por defender y demostrar que Catedral, Alcázar y Archivo de Indias se encuentran en un estado de conservación magnífico y que la construcción de un rascacielos al otro lado del río no afecta, en absoluto, a su contemplación.

Puedes conocer el documento del Centro de Patrimonio Mundial íntegro en este enlace, página 167.

5 comentarios:

Jotaeme dijo...

Yo he llegado a la conclusión de que en esas otras ciudades que pones de ejemplo (Londres,...) no hay un grupo de interés presionando para meter a la ciudad en esa lista de patrimonio en peligro. Y lo "made in Sevilla" va a ser que lo van a conseguir y la torre va a terminarse tal y como está proyectada.

Giraldillo dijo...

Me encanta la respuesta del Arzobispo, no se puede tener más razón, poco más que comentar salvo que las administraciones y los sevillanos (Túmbala y amigos) en vez de defender que la torre no afecta a sus monumentos y que estos no perderán su valor intrínseco, se dedican a intentar que la UNESCO pare la torre, como si quisieran castigar a su propia ciudad. Una pena.

Rafael dijo...

Me remito a mis anteriores comentarios con respecto a la torre. Si bien la torre no creo que haga daño alguno al espacio visual de la ciudad, ¿por qué empeñados en construirla en la zona que más afecta el tráfico? La Cartuja es un espacio amplísimo, y si bien me gusta las respuestas que ambas autoridades dieron para defender la torre, en ellos no hay ápice alguno de la afección que ellos mismos pueden sufrir por su emplazamiento. Que nos den a los aljarafeños. Y si, se podría optar por el transporte público en masa, pero eso a día de hoy es una utopía en la ciudad de Sevilla, donde todos quieren aparcar en la puerta y recorrer 100 metros con el coche para evitar la caminata.

Sergio Harillo dijo...

El problema del tráfico hay que tenerlo muy en cuenta, efectivamente, y más con la crisis que tenemos encima y que impedirá construir, en un futuro cercano las líneas de metro que Sevilla necesita o la ampliación del Cercanías hasta Blas Infante como está planeado. Quizás el Consorcio de Transportes debería mejorar el servicio de autobuses metropolitanos y hacer una verdadera campaña que favorezca el uso del transporte público.

De todos modos, si el proyecto de la Torre Pelli no hubiera tenido un aparcamiento subterráneo, ¿no habría críticas y se dejaría construirse sin más? Lo dudo. Lo del tráfico no es más que una de las tantas excusas para intentar paralizar y empeorar la imagen del proyecto. El propio alcalde ha dicho en varias ocasiones que Sevilla necesita aparcamientos subterráneos, incluso quiere construir uno en la Alameda de Hércules. Bueno, pues ahora vamos a tener un gran aparcamiento a las puertas del Casco Histórico, a ver si se utiliza.

Saludos!

Rafael dijo...

Por supuesto que, tanto tendría críticas como que se seguiría construyendo, pero no es ese el caso. Y Excusas siempre hay en ambos bandos para justificar sus respectivas ideologías, pero que el alcalde proponga un aparcamiento en la Alameda no va sino en contra de lo que todos nosotros ya sabemos: que Sevilla no es una ciudad de tranporte público, que se prefiere continuar con la práctica del sevillanito en coche que promover y abaratar los los medios públicos. Y esa misma va a ser la razón del futuro y más que previsible colapso que diariamente sufrirá el aljarafe, y de ahí mi actual oposición a la torre.

Y con respecto a la campaña del Consorcio de Transporte... bueno, creo que lo nuestro es una cuestión de actitud, de una mentalidad decimonónica (o anterior), en la que nos hemos acostumbrado a hacer el mínimo esfuerzo y a salirnos con la nuestra. En una ciudad donde sin problema ninguno se corta el tráfico y se paralizan las comunicaciones para dar paso a un grupo de fiesterillos religiosos trasnochados como los rocieros no se puede pedir que se promuevan acciones que doten a la ciudad de la calidad de vida de países como Holanda o Dinamarca.