Las recientes declaraciones del gerente de Urbanismo sobre la posibilidad de que la Fábrica de Artillería sea ocupada por la propia Gerencia y las delegaciones de Hacienda o Cultura, han abierto el debate sobre el uso público de los edificios municipales. La cesión del edificio, con más de 20.000 metros cuadrados, al Ayuntamiento, fue un negocio redondo para el Ministerio de Defensa al deshacerse de un inmueble costoso de mantener. Una vez cedido al Ayuntamiento, recayó en la administración municipal la tarea de su restauración, presupuestada en un mínimo de setenta millones de euros. Desde entonces, han sido múltiples y variadas las ideas para darle un nuevo uso a la fábrica: sede de diferentes archivos, Escuela de Arquitectura, Ciudad de la Justicia, complejo cultural al estilo del Círculo de Bellas Artes de Madrid y ahora, sede administrativa.
Siempre he estado en contra de la privatización del patrimonio convirtiéndolo en oficinas administrativas, se consigue darle un uso a los edificios, pero a cambio de cerrarlo a la ciudadanía que ignora lo que se conserva dentro y no puede disfrutar de un patrimonio que mantiene gracias a sus impuestos. La idea de convertir Artillería en la Gerencia de Urbanismo no me atrae en absoluto, pero también entiendo que es preferible darle un uso ya a tener el edificio abandonado a su suerte. Por ello, tras leer las palabras del delegado me vino a la cabeza el artículo que posteó el compañero Maese sobre el actual Ayuntamiento de Madrid en su Blog.
El Palacio de Cibeles, antigua sede central de Correos en Madrid, fue comprado por el Ayuntamiento para ubicar en él la sede principal del mismo. La inversión ha superado los 460 millones de euros, una cantidad astronómica que ha sido muy criticada sobre todo por los tiempos de crisis en los que nos encontramos. Sin embargo, ahí está el edificio, restaurado y espléndido. Y lo mejor de todo, abierto al público.
El nuevo Ayuntamiento está abierto al público durante todo el día para que todo aquél que lo desee pueda conocer su interior, disfrutar de sus espacios o incluso subir a su mirador, a setenta metros de altura, para contemplar la ciudad.
Además de despachos y oficinas, se han habilitado más de 8.000 metros cuadrados para exposiciones (divididas en diferentes plantas), un auditorio para 300 espectadores, el citado mirador y espacios de uso ciudadano donde es posible consultar la prensa o disponer de wifi.
La zona posterior del edificio, donde existía un gran patio, se ha cubierto con una estructura de cristal (que recuerda bastante al British Museum de Londres) que permite destinar este espacio a todo tipo de eventos.
Nos encontramos por tanto en el Palacio de Cibeles una sede administrativa, un punto turístico importante (subir al mirador cuesta dinero), espacios culturales y sociales y zonas de gran atractivo para eventos privados. Un modelo que bien se podría seguir en la Fábrica de Artillería. En el caso de nuestro edificio, la transformación puede ser algo más complicada al tratarse de grandes naves monumentales de difícil compartimentación, pero el resultado, si se escoge un estudio de arquitectura bueno, puede ser muy interesante. De este modo, además de tener una magnífica sede administrativa, se ganaría un nuevo espacio ciudadano, abierto al público para su conocimiento y con la interesante inyección económica de los eventos que se pudieran celebrar en su interior.
1 comentario:
Es una magnífica idea. En mi post propuse que se aplicara ese modelo a la Plaza de España, otro importante trozo del patrimonio sevillano indignamente tratado. Pero sin duda que la Fábrica de Artillería es un caso idóneo para hacer algo así.
En cuanto a lo que comentas de privatizar el patrimonio, se puede comprender que el patrimonio sevillano es enorme y sería imposible mantenerlo todo en buen estado y solo con usos culturales y sociales. Pero también es verdad que hay edificios especialmente importantes que son ajenos a la sociedad o de muy difícil acceso. Esta claro que para todo hay un correcto equilibrio, que sin duda está más cerca de lo que propones en este artículo que de lo que se ha hecho con San Telmo, con el Palacio de Altamira o incluso el Parlamento de Andalucía, por poner algunos ejemplos.
Un saludo.
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