Sevilla cuenta desde el pasado mes de enero con un nuevo atractivo cultural y turístico que recupera uno de los grandes edificios construidos para la Exposición Universal. El Pabellón de la Navegación ha reabierto sus puertas como nuevo centro cultural y de congresos, a orillas del Guadalquivir, con una exposición permanente que narra la evolución de la navegación, amplios espacios para exposiciones temporales y la Torre Schindler, una atalaya recuperada para la ciudad desde la que gozar de magníficas vistas.
Como suele ocurrir en esta ciudad, los grandes estrenos vienen acompañados de dos reacciones fundamentalmente por parte de los sevillanos; o bien la más absoluta indiferencia (caso del Castillo de San Jorge) o la crítica despiadada. En el caso del Pabellón, han sido muchas las críticas hacia el nuevo contenido y su coste. Muchos esperaban ver de nuevo lo que hubo en la Exposición universal y no han valorado en su justa medida el nuevo camino emprendido por el Pabellón. El tiempo pondrá las cosas en su sitio y demostrará la viabilidad de este espacio.
De momento, la encuesta que ha realizado Cultura de Sevilla tiene un claro sentido crítico ya que la mayoría de los votantes, el 37% (13 votos) valoran como 'Mejorable' la visita. Un 11% (4 votos) elige 'Magnífica', un 20% (7 votos) escoge 'Buena', la misma cantidad que opta por 'No está mal' mientras que un 11% (4 votos) piensa que el nuevo centro carece de interés. En total 35 votos, pocos para hacer un balance general, pero estoy absolutamente convencido de que con el tiempo, el Pabellón de la Navegación terminará ganándose el corazón de los sevillanos al igual que lo hizo hace ahora veinte años.
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