La calle Redes esconde un pequeño universo tras una de sus ventanas. Como si del agujero por el que cae Alicia dando con sus posaderas en el País de las Maravillas se tratase, al cruzar la puerta del número 37 nos adentramos en el estudio taller de nuestro artista del mes, Antonio Álvarez Gordillo.
Tras atravesar el delicioso zaguán (qué palabra tan bonita y qué olvidada la tenemos) nos adentramos en la wunderkammer particular de Antonio. Abigarrados hasta más no poder vemos todos sus trabajos, grabados en sepia, otros iluminados, pinturas... lástima que no haya dado el salto a la escultura.
Nuestros ojos se van posando, uno a uno, en los diferentes universos creados por el artista, mundos que nos recuerdan a nuestra niñez y que gracias al silencio que impera en la calle, podemos disfrutar regodeándonos en ellos.
Una segunda puerta nos lleva al taller, donde ya vimos cómo se producía la magia. Pero aún quedan muchos detalles por descubrir en esta inusual sala de exposiciones en la que parece que todo esté perfectamente organizado para que nada sobre, para crear una armonía rota únicamente cuando se produce la venta de una obra. Sin duda una gran pérdida para este pequeño universo que ve como una de sus partículas se aleja para establecer una embajada en el hogar del comprador.
Con esta nueva incorporación al Baúl añadimos una tacita de arte a esta particular sección que poco a poco creará una red de espacios culturadesevillanados (palabrota que me acabo de inventar pero que me viene como anillo al dedo). Sevilla se abre al mundo en cada uno de sus rincones y es una delicia poder conocerlos y disfrutarlos.
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2 comentarios:
Una vez mas agradecerte el cariño y los buenos ojos con los que me ves.
Un placer, Antonio. Eso sí, ya es el último reportaje, jeje.
Un saludo!
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