miércoles, 10 de agosto de 2011

La Sevilla turística


Recientemente se han dado a conocer los resultados de la última encuesta realizada a los turistas que visitan la ciudad. La nota con que califican su estancia roza el sobresaliente, con un 4'78 sobre 5, además, un 92% asegura que volverá a Sevilla en un futuro. Sin duda son unos datos magníficos para el sector turístico en particular y para la ciudad en general.

Pero ¿qué se encuentran los turistas cuando llegan a Sevilla? ¿Saben realmente qué es lo que se puede visitar y disfrutar en la ciudad? ¿Llegan con una idea preconcebida?

Vayamos a lo básico. Los turistas llegan a Sevilla atraídos por su historia, su patrimonio y su cultura. Una ocasión perfecta para dar lo mejor de nosotros mismos y mostrar una ciudad moderna orgullosa de su pasado. Sin embargo, lo que los turistas se encuentran es un producto enlatado dispuesto para el consumo. Sevilla bien se podría resumir en el triángulo Catedral-Reales Alcázares-Barrio de Santa Cruz. Sin embargo, la ciudad es mucho más, y no siempre somos capaces de ofrecer todo lo que tenemos. ¿Conocen los turistas la arquitectura contemporánea que se levanta en el antiguo recinto de la Expo, el Parque Tecnológico con mayor facturación a nivel nacional? ¿Visitan el Castillo de San Jorge? ¿Saben que el Centro Velázquez alberga una colección que es una auténtica maravilla? ¿Cruzan el río para empaparse de arte contemporáneo en el CAAC?

Una de las mejores formas de vender la oferta de una ciudad es por medio de las tarjetas turísticas. Comparando con otras ciudad, la SevillaCard se queda en pañales. Actualmente existen hasta cuatro modalidades diferentes en función de los días que se pasen en la ciudad. La básica, de 24 horas, tiene un precio de 29€ ; también existen de 48 horas (47€), 72 horas (60€) y de 120 horas (80€). ¿Qué incluye la tarjeta? Pues la básica de 24 horas da acceso a dos museos y a un crucero por el río. Conforme se va pagando más, se adquieren más servicios incluyendo entrada gratuita a todos los museos, crucero, bus turístico e Isla Mágica.

Curiosamente la tarjeta turística de Barcelona pertenece a la misma empresa pero ofreciendo unos precios mucho más competitivos: 2 días (27€), 3 días (30€), 4 días (34€) y 5 días (40€). La diferencia es abismal, pero es que además, en Barcelona la tarjeta turística incluye desplazamiento ilimitado en todos los transportes públicos (metro, bus, tram y cercanías) además de gratuidad o descuentos en más de treinta museos.

Granada es otra ciudad donde la tarjeta turística es más competitiva que en Sevilla ofreciendo mucho más por menos dinero. Existen únicamente dos modalidades, la de 3 días (25€) y la de 5 días (30€). Ambas incluyen la entrada a la Alhambra con prioridad de acceso, gratuidad en otros museos y monumentos, así como diferentes viajes en transporte público y bus turístico.

La última ciudad que analizaremos es Valencia. La capital del Turia tiene unos precios ridículos en comparación con los sevillanos. Tres modalidades diferentes se encuentran los turistas cuando llegan a Valencia, 24 horas (12€), 48 horas (18€) y 72 horas (22€). La tarjeta incluye transporte urbano gratuito, una larga lista de museos gratuitos y descuentos en los principales centros de ocio de la ciudad como el Oceanográfico.

Viendo los precios de las diferentes ciudades comprobamos que en ningún caso se sobrepasan los 40€ mientras que en Sevilla se dobla esa cantidad para la tarjeta de cinco días. Sólo hay que echar números para ver que la tarjeta sevillana no es muy rentable. Los museos más caros de la ciudad son el del Baile Flamenco (10€) y los Reales Alcázares (8'5€) que sumados no alcanzan, ni de lejos, los 29€ que cuesta la tarjeta, si bien es cierto que incluye un crucero por el río Guadalquivir (con un precio general de 16€). Lo más sorprendente de todo es que la SevillaCard no incluya transportes urbanos gratuitos, algo con lo que cuentan la mayoría de tarjetas turísticas en otras ciudades.

Sevilla es una plaza turística segura y precisamente una de sus grandes fuentes de ingresos es el turismo. Es por ello que debe empezar a mejorar la calidad de lo que ofrece a los visitantes. Sevilla debe vender otro tipo de oferta complementaria al margen del conocido triángulo declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Para ello es fundamental analizar el sector, no dormirse en la autocomplacencia y mejorar día a día para seguir siendo competitiva.

Una programación estable de flamenco de calidad, un mayor horario en las oficinas de turismo o una mejora estética del entorno de los principales monumentos, así como cartelería específica para sevillanos y visitantes, son sólo algunos ejemplos de cómo mejorar la calidad del producto turístico denominado Sevilla; un producto que debe ampliarse consolidando sectores fundamentales hoy en día como puedan ser el turismo de congresos o el medioambiental.

7 comentarios:

Dulce Desazón. dijo...

Hay tanto de Sevilla que no se conoce, una ruta de iglesias barrocas, un fortalecimiento del bellas artes, del que la mayoría de los turista no sabe nada. Palacios, barrios distintos al de Santa Cruz, ahora el metropol parasol con el antiquarium, en el futuro el pabellón de la navegación, el acuario etc etc. Para mi, Sevilla tiene un renombre que la vende sola, y es precisamente eso lo que hace que siempre se visite y se conozca lo mismo, terminando por dar una imagen en cierta manera de mediocridad por falta de innovación, a ojos extranjeros. Espero que el nuevo equipo de gobierno tome otra ruta.

Anónimo dijo...

Trabajo en una recepción de un hotel desde hace más de treinta años. No quiero saber más que nadie pero los datos que aportaré serán esclarecedores:
La visita media de un turista en Sevilla no llega a 2 días - 1,92 -
Sevilla se vende principalmente por la "AMABILIDAD" de sus moradores - extraño pero cierto -. Y
Tiene, quizá, la mejor calidad/precio de una "sobresaliente" oferta hotelera que no sabemos valorarla; los turista sï.

El turista es variopinto, aquí y en San Pernanbuco, por lo que poco tiene que ver su patrimonio cultural, que es mucho más de lo que el artículo dice, con la gran influencia que tenemos... ¿ Por qué será ?.... He ahí la cuestión.
Y , por favor, dejemos de poner siempre a SEVILLA a bajar de un burro, pues como en otros comentarios he expresado, conozcan Europa y comparen ......
Lo siento si alguno no le gusta la "realidad turística".

Anónimo dijo...

Soy el anónimo anterior:
El único producto enlatado y de "negocio - no de ocio -" es esa tarjeta turística por empachosa e ineficaz.
Si usted va a Madrid tres días ¿qué visitaría?. Yo estuve cuatro el pasado mes y tras visitar el Museo Lázaro Galdeano, el Convento de las Descalzas Reales, la Catedral de la Almudena y tres salas dedicadas a la pintura Flamenca de los siglos XIV y XV en el Museo del Pardo ya no pude ni quise ver más pues empacharse de cultura no es nada recomendable sino al contrario erróneo. Claro, me hubiera gustado ver más y más y más y mucho más....
Si yo compro la tarjeta turística estoy obligado a empacharme y al final no sabré, como le pasa a millones de turista, si la Giralda está en Sevilla, la Mezquita en Córdoba o la Sagrada Familia en Barcelona. así pues: ¿para qué tanta oferta sino hay tiempo ni mente para retenerla?.

Anónimo dijo...

Lo siento: 2º sino = si no...

Anónimo dijo...

chapeau al artículo, como siempre.
difiero de la opinión del comentario anterior, a mí sí me gusta empaparme todo lo que puedo cuando visito una ciudad.

Dan

Sergio Harillo dijo...

Sí que es cierto que cuando visitas varias cosas en poco tiempo, terminas disfrutando menos. No es lo mismo ver un Museo al día que ver tres, cuando llegas al tercero estás la cabeza no está tan fresca como en el primero. Por eso las tarjetas turísticas son útiles cuando te quedas varios días y tienen un precio competitivo.

Saludos!

Unknown dijo...

100x100 de acuerdo con el post. Pero no se trata sólo de las "cards" sino de poner en valor (en el mapa, en folletos, etc) otros espacios que no sean los típicos.

Si hay más cosas que ver, es de lógica que, a priori, tendrás que quedarte más días.