El Museo de Bellas Artes acoge la presentación en sociedad de la Colección Bellver, compuesta por más de trescientas piezas que su propietario pretende donar a la ciudad de Sevilla. La muestra, que alberga 171 obras, se ha dividido en siete apartados que recogen las principales temáticas de la pintura andaluza y española desde 1830 hasta principios del silgo XX. La primera sala acoge las pinturas de artistas europeos que reflejaron en lienzo lo que vieron en los viajes que realizaban por España, o directamente aquellos tópicos que llegaban a través de la literatura de la época. Algo similar nos encontramos en la segunda sala, pero en esta ocasión se muestra la asimilación del Costumbrismo por parte de los pintores pátrios. Las técnicas y nuevas corrientes artísticas llegaron rápidamente a España, poniéndose al servicio de una pintura que reflejaba la vida cotidiana, alejándose de los asuntos religiosos o mitológicos. El hombre se convierte en protagonista de un arte que adorna casas y palacios.
Pero si algo contribuyó a la apertura del arte hacia las corrientes internacionales fueron las becas que distintas administraciones otorgaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX a pintores y escultores, que vieron la oportunidad de viajar a los grandes centros europeos del arte; primero Roma, después París. Gracias a a esas becas pudieron sufragar su estancia en Italia gran cantidad de artistas españoles. Y es entonces cuando la luz, el color y una pincelada mucho más suelta se apoderan de las obras que reflejan paisajes de ensueño en los que Venecia se convirtió en la postal que todos seguimos teniendo en nuestra imaginación. En Sevilla, esta corriente de pintar al aire libre se plasmó en la escuela de Alcalá de Guadaíra en la que pintores como Sánchez Perrier alcanzarán, años más tarde, el clímax del paisaje.
El color se convierte en protagonista principal de las obras y los artistas, en busca de escenas que permitieran ese colorido vibrante, acuden al género de casacones, que recrea en pleno siglo XIX, escenas del siglo anterior, con ricos vestidos, interiores de ensueño y ambientes cortesanos, muy acordes con la prosperidad de la corte de los duques de Montpensier, instalados en Sevilla durante toda la segunda mitad del siglo y que se convirtieron en grandes defensores y mecenas de las artes en todas sus variedades.
Tras la desaparición de Murillo, a finales del siglo XVII, la pintura religiosa sevillana lo encumbró como ejemplo de modelo a seguir. Los artistas que siguieron trabajando para las órdenes religiosas o para las iglesias reutilizaron una y otra vez los modelos murillescos, dando como resultado una pintura poco original pero muy efectiva. La fuerte presencia de Murillo impidió que la pintura religiosa buscara nuevas vías de comunicación, recayendo en la imitación de su técnica y composición pero sin lograr su genialidad.
Las últimas salas hacen referencia a la pervivencia de las nuevas temáticas surgidas a mediados del siglo XIX, el costumbrismo caerá en una repetición de modelos mientras que el paisaje alcance altas cotas de perfección. El retrato se irá abriendo camino como género propio hasta convertirse en una temática más dentro de la pintura. Las nuevas corrientes que llegan desde París influirán en la pintura de los artistas sevillanos y andaluces, pero éstos serán incapaces (más por voluntad propia que por falta de información) de sumarse a las vanguardias y seguirán cosechando una pintura que tendrá gran tirón popular y que reflejaba un país que se encerraba en sí mismo, ajeno a los grandes cambios que ocurrían más allá de los Pirineos.
Con esta exposición se cumple uno de los principales requisitos de Mariano Bellver para ceder su colección, darla a conocer con una muestra en el Bellas Artes. Sobre otra de sus peticiones, la creación de una Fundación que gestione este amplio legado, la cosa no está tan clara. De momento, Junta y Ayuntamiento siguen tirándose de las orejas sin mover ficha. Hace bien Bellver cubriéndose las espaldas y apostando por una Fundación que no permita que su patrimonio se desintegre. Si Granada ha conseguido una Fundación para el Centro José Guerrero, Sevilla debe luchar para que sea una Fundación la que rija el destino de estas piezas.
Otro punto de fricción es dónde ubicar más de trescientas obras. La solución esgrimida por la Junta, ubicarlas en Monsalves, no es nada práctica ya que hipotecaría la ampliación del Bellas Artes a este palacio. Además, de aquí a que en Monsalves se pueda colgar un cuadro pueden pasar, perfectamente, entre cinco y diez años, un tiempo que Bellver (cuenta con 84 años) no está dispuesto a asumir. La solución pasa por una ubicación temporal. La Consejería de Cultura ha ofrecido Santa Inés, un espacio que hace tan solo una semana era anunciado como nueva sede del proyecto Iniciarte. ¿Olvido o falta de compromiso? Seguramente ambas cosas. En el Ayuntamiento parece que no ha sentado nada bien que la Junta abandere en solitario todo lo referente a Bellver y es que, no olvidemos, el ofrecimiento de cesión de la colección se hizo a la ciudad de Sevilla y por lo tanto, debería haber sido el Ayuntamiento el que se encargara del tema. Pero en asuntos culturales nuestro Ayuntamiento suele ser bastante torpe y al final, la Junta se ha metido por medio lo que conlleva cruce de acusaciones y poca definición del proyecto.
Tras visitar la exposición, la impresión recibida es que podría ser un magnífico broche de oro a la colección del Bellas Artes, bastante escaso en pintura de esta época. Crear un museo específico para la colección Bellver podría quedarse corto, a no ser que se planteara un proyecto realmente ambicioso, un verdadero centro de estudios de este período que tuviera en la colección, el epicentro de su razón de ser, que se completaría con todo tipo de actividades paralelas como exposiciones temporales, cursos y publicaciones. Si de lo contrario, nos limitamos a habilitar un espacio donde colgar las obras, el proyecto nacería cojo y seguramente no tendría el tirón suficiente como para garantizar su éxito. Y volvemos al problema del espacio, Monsalves puede quedarse pequeño antes de nacer. Quizás debería ser éste el principal asunto a tratar antes de mover un solo cuadro.
Exposición 'Imágenes y mitos en la pintura andaluza'. Del 10 de marzo al 29 de mayo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla
11 comentarios:
Aun no he podido visitar la exposición. Pero sobre el dilema que planteas de si es mejor que la Bellver cierre el Bellas Artes o quede como museo aparte, yo soy claramente partidario de la segunda opción. Me explico: la colección del XIX del Bellas Artes no está tan escasa de pinturas del XIX como dices, por poner ejemplos, hay muy buenas colecciones de Esquivel, Villegas, Gonzalo Bilbao o García Ramos, aunque hay lagunas, me imagino que en la colección Bellver también. Además yo soy partidario de una Bellver aparte porque según tengo entendido este señor tiene esculturas, abanicos, platería etc de ese periodo y dudo mucho que el Bellas Artes los expusiese. Si te acercas al zaguán de su casa se puede ver en el patio diversos vaciados de esculturas clásicas y decimonónicas y algunos buenos ejemplos de lo que comunmente se llaman barros malagueños, aunque también se produjeron en otras ciudades ¿los expondría el Bellas Artes o pasarían al almacén ?
Todo lo que te pueda decir son suposiciones mías. Me imagino que el Bellas Artes nunca expondría el 100% de las piezas de Bellver, pero es algo lógico, ningún museo lo hace. Sobre exponer otro tipo de piezas como abanicos y demás, pues no sé hasta qué punto se debería dedicar una sala a exponer abanicos, por ejemplo. Recuerdo el Museo del Tiempo de Jerez que alberga una colección impresionante de relojes, pues resulta que el que cedió la colección, además de coleccionar relojes, coleccionaba bastones, y allí te encontrabas una sala entera repleta de bastones. ¿Tiene eso interés como para contar con una sala propia? Pues seguramente no.
Un Museo específico de la colección Bellver, planteado como museo aparte, no lo termino de ver. Y si ves entradas del Blog de hace un tiempo, comprobarás que esa era mi misma idea, pero después de conocer la colección y cómo evoluciona el mundo del arte y los museos... creo que se quedaría corto. Mira lo que han montado en Málaga con el Thyssen, ese museo sin una buena programación de exposiciones temporales, no tiene la suficiente entidad como para venderse. Los museos específicos suelen tener pocas visitas y por eso son los primeros que sufren en épocas de recortes. La colección Bellver integrada en el Bellas Artes ganaría muchísimo más que exponiéndose sola.
Un saludo!
Perdona, pero mi idea no es una sala de bastones u otra de abanicos, a lo que me refiero es a algo parecido a lo que es el museo Cerralbo de Madrid. Es decir que conviviesen en las salas muebles, cuadros, esculturas, abanicos, porcelanas,etc. Un estilo a como lo tiene ahora Bellver en su casa, pero más ampliamente expuesto.
Te pongo otra entrada, porque al final de tu exposición he visto que caes en algo que a mí me pone muy nervioso de Sevilla. Te explico,creo que somos muy críticos con nuestra propia ciudad (yo el primero) pero en cambio nos creemos a pies juntillas lo que nos dicen los demás ( yo en cambio no soy así) Me refiero a tu afirmación de " la que están montando en Málaga con el Thyssen" ¿Qué están montando? Dijeron que la última exposición de impresionistas del museo de Madrid iba a venir a Málaga. Luego se desdijeron que sería una versión reducida por falta de espacio. Ahora parece que lo que vendrán serán un par de Monets de la baronesa con una docenita de cuadros de autores menores como comparsa.La exposición inical, de la que tanto presumieron, va a quedar reducida a una exposición de Tapies, Urculos y Eduardos Arroyos de la baronesa. Están vendiendo la moto, pero cada vez más parece un vespino. Por no hablar de lo incoherente de la colección permanente (imágenes y datos en el Sur) que parte de un Zurbarán que si lo es, yo soy Papa,y de obras de un pintor barroco aragonés desconocido hasta llegar a un Solana adquirido a última hora y que no pega nicon cola. Y en lo propiamente decimonónico abusa de las obras de Eugenio Lucas hijo y de las marinas.
Si quieres, otro día hablamos de otros aspectos de esta colección y este museo, pero por favor, no seamos tan poco críticos con lo de las demás ciudades.
Hispalense, no te tomes al pie de la letra lo que digo. El ejemplo del Museo del Tiempo de Jerez era eso, un ejemplo. Efectivamente, si te refieres a algo del estilo del Museo Cerralbo, ya estamos hablando de otra cosa. En ese caso lo que se debería musealizar es una casa tal cual, no crear un espacio nuevo. Es una interesante propuesta.
Sobre lo otro que me comentas, el caso de Málaga, creo que no has entendido bien lo que ponía. Precisamente te digo que en el Thyssen malagueño se han gastado un dineral para crear un museo que realmente, por sí solo... Por eso va a necesitar exposiciones temporales. Lo ponía como ejemplo de un museo de estas características, hoy en día es fundamental atraer al público con actividades nuevas constantemente. Tienes el ejemplo de nuestro Bellas Artes, los meses que más visitas tiene es cuando hay exposiciones temporales, sin ellas, las visitas descienden de forma alarmante.
Por último, llevas razón en que soy muy crítico con Sevilla, quizás demasiado, pero también es cierto que es porque creo en las posibilidades de esta ciudad y me da mucha pena que en otros sitios saquen proyectos de debajo de las piedras mientras aquí nos dormimos en los laureles.
Un saludo!
En el hipotético e irreal caso de que el BBAA no se ampliara en Monsalves, sino en un edificio diferente con más capacidad, no veo mal que la coleccion fuera allí. Pero aún en ese caso, no veo mal, incluso me parece muy interesante, la creación de un museo pequeño sólo con la colección y con actividades complementarias (es lo mínimo que cabe esperar de cualquier museo hoy en día).
Y me parece interesante porque la forma de acercarse y disfrutar de un museo pequeño y especializado (en un pintor, un estilo, una época, etc.) es muy diferente a la de acercarse a un museo más generalista, te permite disfrutar más intensamente de un aspecto concreto y de los matices del periodo o artista expuestos, que en una gran colección quedan diluídos.
Además, este tipo de museos, bien montados, con sus actividades correspondientes, que no creo que tengan que ser exposiciones de grandes presupuestos, añaden diversidad a la oferta cultural.
Al final me vais a convencer... jajaja. Todo es cuestión de planteárselo. Efectivamente podría salir un coqueto museo con esta colección, la única duda que tengo es sí tendría el suficiente tirón como para autofinanciarse.
Un saludo!
Esto último creo que puedo respondertelo yo, no. Es muy complicado que un museo así se pueda autofinanciar. Practicamente ningún museo se autofinancia, el Prado, por poner un ejemplo de museo muy visitado (aunque con muchos más gastos también, es cierto) solo se autofinancia en el 50% y eso con el patrocinio privado, pero claro eso solo lo consigue un museo con un tirón como el Prado (perdón por decir solo el 50% realmente es mucho). Pero otros museos como el de America o el Nacional de Artes Decorativas no llegan a autofinanciarse en un 2% y hablamos de museos que están en la ciudad más visitada de España. Sevilla posiblemente tenga más cosas que visitar que Madrid (Catedral, ALcazar, MBASE, Plaza de España, la Cartuja,etc) y no hay muchas visitas que se alarguen más de tres días con lo cual se visita lo básico y este museo quedaría para los más interesados. De todos modos es posible que no haya que plantearse solo la autofinanciación, las administraciones deben proveerse de unos equipamientos culturales, las bibliotecas tampoco se autofinancian. Una casa museo sería una buena idea, aunque su futuro dependería en buena medida del interés de los sevillanos y no solo de las administraciones.
Acabo de venir de ver la exposición y, con permiso del blogger, querría dar mi impresión sobre la misma. He de aclarar que no soy licenciado en Bellas Artes ni en historia del Arte, sino filólogo, por lo que mis impresiones son las de un simple aficionado.
En primer lugar he de decir que lo que más me ha impresionado de la colección ha sido su enorme variedad: Bodegones, retratos, casacones, paisajes, cuadros religiosos, costumbrismo, pintura satírica, etc.
Me ha gustado cómo estan puestos los cuadros, imitando de alguna manera como están en casa de Bellver.
Sin embargo le veo dos errores, uno que no haya placas en la pared con el nombre de cada cuadro sino que tengas que fijarte en las placas doradas de los mismos, lo que es un incordio para la vista y para la espalda.
Y el segundo es el cuadro elegido como imagen de la exposición, el bandolero viejo. A mí modo de ver es muy poco representativo y no atrae al público en la medida en que lo hubiera hecho por ejemplo el cuadro del nazareno de la Macarena de García Ramos, que además es magnífico. Enlazo aquí con lo que dice Boro en el comentario anterior, a lo mejor es que no están interesados en despertar el interés de los sevillanos, pues si lo estuvieran el cuadro del nazareno de la Macarena sería la imagen. ¿Que irían muchos capillitas? ¿Es que alguien se cree que todas las marujas(perdón, pero no encuentro otro término) que fueron a la exposición de la Duquesa de Alba sabían quiénes eran Goya o Tiziano?
Á continuación voy a escribir lo que me ha parecido más destacado dentro de la exposición.
Por encima de todas las cosas los cuadros de la escuela de Alcalá. Sobre todo dos pintores, Sánchez Perrier y por encima de éste, García Rodríguez (que vaya cruz que tiene el hombre con sus apellidos, no puede recurrir ni al segundo como hicieron Velázquez, Murillo o Picasso)El mejor cuadro de la exposición es el titulado la tarde y que el blogger ha reproducido más arriba, una pena que no esté totalmente destacado en la exposición como se merece. Magnífica también la vista de la giralda desde el alcázar también de García Rodríguez.
Me han gustado también mucho las obras de López Cabrera, sobre todo el retrato de su mujer.
Me ha sorprendido el gran número de cuadros de autores extranjeros,los mejores el Blanchard y el Philip.
Me ha parecido espléndido el cuadro apaisado de grandes dimensiones de Cortés y los dos de José María Romero. Y entre los casacones los graciosísimos de un malagueño llamado Denis Belgrano.
Espléndidos también los cuadros satíricos de García Ramos, sobre todo el del nazareno fumando con el armao borracho y uno que se titula algo así como "no echen animales muertos a la plaza". No sé por qué , y en el estilo no tiene nada que ver, me han recordado a los cuadritos del veneciano Longhi. Por último decir que del altar del Corpus me han parecido magníficos los dos arcángeles dieciochescos y el frontal de plata con espejos. Perdonadme por el rollo que os he largado y un saludo.
Efectivamente Boro, es difícil que un museo se autofinancie. No me expresé bien. Lo que pretendía decir es que no sé hasta qué punto un museo centrado únicamente en la colección Bellver tuviera el suficiente tirón como para que las administraciones o patrocinadores privados destinaran una partida importante de dinero a su mantenimiento. En caso de que dependiera de una Fundación, estaríamos hablando de algo diferente ya que la Fundación tendría otro tipo de actividades encaminadas a dinamizar el Museo y podrían buscar nuevas vías de financiación. No termino de decantarme por un museo específico, pero no vería con malos ojos un buen proyecto en torno a esta colección.
Hispalense, comparto contigo la crítica hacia la falta de cartelas en cada cuadro, y añado una más en esa dirección, que ningún cuadro tenga fecha lo cual hace muy difícil establecer una evolución de la pintura comparando cuadros similares o simplemente para poder encuadrarlos. No es lo mismo que un cuadro sea de 1850 que de 1900. Es un gran fallo. Muchas gracias por tu aportación, siempre es interesante saber qué os ha parecido una exposición.
Saludos!
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