martes, 15 de marzo de 2011

Sevilla oculta: Casa de las Sirenas



La conocida como 'Casa de las Sirenas' es uno de los edificios más llamativos de cuantos se conservan en la ciudad. Fue construido como lujosa residencia del marqués de Esquivel, don Lázaro Fernández de Angulo. Del proyecto se encargó el arquitecto Joaquín Fernández Ayarragaray que levantaría entre 1861 y 1864 un palacete al estilo francés, muy acorde con la arquitectura que se estaba construyendo en el nuevo París reformado por el barón Haussmann.




El edificio toma como modelo la arquitectura historicista francesa, con techos abuhardillados recubiertos de oscura teja, grandes ventanales decorados con motivos naturales y un pequeño jardín exterior cerrado con una verja de forja apoyada en pilares rematados con barrocos jarrones.



Si el exterior bien podría pasar por un palacete francés, una vez entramos dentro nos encontramos con el sello sevillano al estar todo el edificio distribuido en torno a un patio que otorga luz natural a las diferentes estancias. El marqués de Esquivel disfrutó durante poco tiempo de su nuevo palacio ya que fue puesto a la venta apenas seis años después de su finalización. Durante la segunda mitad del siglo XIX y primeros años del XX fue pasando por diferentes usos y propietarios hasta que en la década de los años sesenta es definitivamente abandonado.



La ruina se apoderó lentamente del edificio hasta que en los años ochenta había perdido la techumbre y parte de las fachadas, siendo saqueado y condenado a su desaparición. En 1989 el Ayuntamiento de Sevilla lo adquiere y lo rehabilita gracias al Plan Urban lo que permitió su recuperación tomando como modelo imágenes antiguas. Lo que vemos hoy en día es, por tanto, una réplica fidedigna del espectacular edificio levantado en el siglo XIX.



En el interior los estucos, las molduras de yeso y la exquisita decoración nos dan una idea de la magnífica residencia que mandó construir el marqués. En aquellos momentos, la Alameda de Hércules era el lugar de paseo oficial de la burguesía y la nobleza, por lo que la nueva construcción vino a dotar al histórico paseo de un hito arquitectónico a imagen y semejanza de lo que se estaba construyendo en la capital del buen gusto, París.





En la planta superior nos encontramos dos curiosas lámparas de bronce antropomorfas que hacen pareja con la escultura que centra el patio en la planta inferior y que contribuyen a dar mayor majestuosidad al edificio.









Actualmente se han destinado las estancias de esta primera planta a salas de exposiciones.







De nuevo en el exterior podemos fijarnos en la riqueza de la decoración de las fachadas con ventanas en la planta baja y balcones en la superior. La buhardilla que remata el edificio muestra los característicos vanos de este tipo de arquitectura francesa. Tanto en planta baja como en la primera, las ventanas se enmarcan con pilastras de orden corintio.







Los dos pabellones que sirven de acceso al edificio acogerían en su día las caballerizas y estancias del servicio de la vivienda. Actualmente se han habilitado como aulas para talleres y conferencias.





Por último llegamos a las esculturas que dan nombre al edificio. Su nombre oficial es 'Recreo de la Alameda', haciendo referencia a su carácter de vivienda palaciega, sin embargo en Sevilla es conocida como Casa de las Sirenas por los motivos escultóricos que rematan su puerta principal. Durante décadas, estas dos esfinges hacían pareja con otras dos ubicadas en el murete inferior, flanqueando la escalera que sube desde la calle, sin embargo estos elementos fueron los primeros en desaparecer tras el abandono del edificio quedando como único testigo las dos piezas superiores.



Un magnífico edificio que nos habla de un etapa en la que Sevilla era centro de peregrinación de viajeros europeos que acudían a la ciudad en busca del exotismo que recogen los cuadros costumbristas. Sin embargo, esa llegada de viajeros ingleses y franceses supuso el conocimiento de las modas y nuevas ideas que circulaban por Europa. Sevilla, que en ese momento era sede de la corte de los duques de Montpensier quiso mostrar lo mejor de ella misma sin quedarse atrás y la construcción de este edificio es un buen ejemplo de cómo la ciudad intentó estar a la altura de las grandes capitales europeas.

5 comentarios:

Luis dijo...

Hola a todos,

Es una pena que este edificio hubiera desaparecido sin más. Tengo entendido que lo que se pretendía hacer en la Alameda era levantar todo el caserío en el estilo de la Casa de las Sirenas. Leí un apunte en mis años de licenciatura pero no recuerdo dónde. ¿Alguien sabe si estoy en lo cierto?

Un saludo.

Miss Paradojas dijo...

Enhorabuena por este post. La casa de las sirenas es una belleza afrancesada deliciosa.

Sergio Harillo dijo...

Hola Luis, la verdad es que no he leído nada acerca de convertir la Alameda en un paseo lleno de palacetes. Sin duda tendríamos una Alameda radicalmente diferente. Si logras encontrar esa información de nuevo, te pediría que me mandaras un correo para incorporar la información al post.

Saludos!

Gonzalo dijo...

Luis el tema que apuntas es que el primitivo dueño de la Casa creía íban a poner la Alameda aburguesada con un proyecto que databa del año 1.853. Al no aprobarse el plan pués éra inviable por el dineral que costaba (tirar todas las casas bajas e indennizar a los vecinos), se desengañó y la vendió.

Elena Glez dijo...

Pues estaría guay una visita guiada, ¿no? contándonos todas esas historias tan chulas...