Garage Miraflores con promoción de viviendas. Septiembre de 2006 |
En Sevilla el Patrimonio en el imaginero popular se reduce a cuatro ejemplos contados, tenemos la Catedral, el Archivo de Indias, la Giralda, el Alcázar y determinadas imágenes religiosas. El resto... que sobreviva si puede. Uno de los casos más sangrantes (además del patrimonio verde) es el patrimonio industrial, auténtico talón de Aquiles de la Sevilla patrimonial. Son numerosos los ejemplos de este tipo de arquitectura que hemos perdido, que seguimos perdiendo y que perderemos por la falta de mimo de las administraciones y por la falta de interés de la ciudadanía. En los últimos años se ha vivido un cierto interés por proteger espacios industriales pero a la hora de la verdad son pocos los que se protegen y a menudo, las reformas que sufren para ser reutilizados son tan profundas que alteran para siempre la estructura y sentido de los edificios.
Uno de los focos más importantes de arquitectura industrial de la ciudad es la avenida Miraflores. Son varios los edificios que han sido reformados para acoger viviendas en este sector. Hoy Diario de Sevilla llama la atención sobre el antiguo Garaje que había (y hablamos en pasado porque ya sólo queda su fachada) en dicha avenida. Como muestran las imágenes que acompañan al reportaje, su estado es miserable a la espera de que sea reconvertido en un edificio de viviendas. Lo peor de todo es que el antiguo PGOU protegía el edificio, pero al redactar el nuevo se le quitó la protección y sólo se recomienda salvaguardar su fachada. Los propietarios del edificio aprovecharon este cambio legal para vaciar el edificio y derribar todo cuanto había dentro. Curioso que en 1987 se protegiera algo que en 2005 se desprotege.
Y de ejemplo industrial a otro ejemplo sangrante, la Fábrica de Vidrio de La Trinidad, vecina del Garaje Miraflores, aguarda su restauración mientras espera la ampliación del conjunto protegido, una ampliación que ni llega ni se la espera ante la negativa de las administraciones a aumentar el grado de protección que actualmente sólo exige la conservación de la nave central y la característica chimenea. El Ayuntamiento, mientras tanto, se dedica a meterle prisa a la dueña del edificio para que lo restaure y lo ceda al patrimonio municipal como centro cívico y cultural. ¿Acaso cree el Ayuntamiento que una constructora, en la época en la que estamos, va a restaurar el edificio sin poder construir las 200 viviendas que tiene asignadas en esta zona?
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