A propósito del Carambolo...

Es lo que tienen las inauguraciones con personalidades, que como el gran público tiene vetada la entrada, nos tenemos que enterar de las cosas por la prensa. Por lo visto ayer en la inauguración de la exposición del Carambolo en el Arqueológico los dardos envenenados volaban sobre las cabezas de los asistentes, aunque parece que ninguna personalidad salió dañada... o al menos nada grave.

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Al parecer todo empezó con de la posibilidad, apuntada por la Junta de Andalucía de que el Tesoro original del Carambolo se quedara en el Arqueológico una vez acabe la muestra temporal programada hasta el 10 de enero. La Junta entiende que después de gastarse un millón de euros en remodelar las salas temporales, éstas gozan de la suficiente seguridad como para acoger el tesoro. Los beneficios para el Museo serían altísimos ya que contaría entre sus muros con una obra de arte única en el mundo que podría llamar la atención de propios y extraños, situando, metafóricamente, al Museo en el mapa. Por otro lado, el contar con la publicidad que el Tesoro le daría al Arqueológico serviría como medida de presión al Gobierno Central para que de una vez por todas rehabilite el edificio y lo adecue a las necesidades de un centro moderno. No olvidemos que el titular del edificio es el Estado y daría muy mala imagen tener semejante joya en un edificio en estado ruinoso a los ojos del mundo (¿a que el Prado ha quedado muy bien con la ampliación de Moneo?... pues lo mismo).

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Pero aquí entra el tercero en discordia, el Ayuntamiento, dueño del tesoro (que para eso pagó por él en los años sesenta) y cuyo máximo representante, el alcalde, anunció ayer que el tesoro no volvería a guardarse en una caja fuerte puesto que debe estar a la vista de todo el mundo para su deleite. Hasta aquí casan los planes de Junta y Ayuntamiento, pero claro, todo se torció cuando el alcalde anunció que el Arqueológico, y sobre todo sus salas temporales, no son el mejor lugar para exponer el tesoro y que prefiere que se exponga en el edificio central del Ayuntamiento.

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Y aquí empezaron los dardos. La consejera de Cultura diciendo que el tesoro ya puede volver al Arqueológico, el alcalde diciendo que mejor al Ayuntamiento, el delegado provincial de Cultura enseñando el contrato original de los años sesenta donde se especifica que el tesoro debe estar en el Museo aunque sea del Ayuntamiento... un lío. Pero claro, semejante bronca sólo la pudieron "disfrutar" unos privilegiados.

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Ayer era un día para celebrar un acontecimiento, el aniversario del hallazgo de una de nuestras señas de identidad, una obra de arte sin parangón en todo el Mediterráneo. ¿Era mucho pedir que los políticos se quedaran calladitos y cedieran el protagonismo al tesoro? Es evidente que sí. Y no contentos con el rifirrafe, al alcalde se le escapa dónde está guardado el tesoro normalmente, un secreto que se ha guardado durante años para evitar cualquier tentativa de robo. Pero claro, mantener la boca cerrada es complicado, mejor meter la pata. Y si se mete hasta el fondo, mejor.

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Centrémonos. El lugar ideal para el Tesoro es el Museo Arqueológico, no una salita del Ayuntamiento para que el alcalde pueda hacerle la reverencia al pasar o recibir a sus invitados con un tesoro de oro del siglo VIII a.C. como fondo. El Tesoro no es suyo, es nuestro, de los sevillanos en particular y de la Humanidad en general. Y es por ello que debe estar expuesto en el Museo Arqueológico, para disfrute DE TODOS. Que el Museo no está en su mejor momento, es evidente. Ahí es donde entran Junta y Ayuntamiento que deben EXIGIR al Estado que lo rehabilite. Y si el Estado no cumple con sus obligaciones, debería ser la Junta quién lo hiciera y luego le pasara la factura al Gobierno Central, como ocurre cuando un edificio protegido se encuentra en ruina y hay que intervenir de urgencia, la administración actúa y luego pasa la factura. Dejémonos ya de tonterías, ya basta de jugar con los ciudadanos poniéndonos como excusa únicamente cuando les interesa. Si el Museo Arqueológico se está cayendo sabemos bien quiénes son los culpables: Estado, Junta de Andalucía y Ayuntamiento.

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Y al Tesoro, que lo dejen en paz, se merece su minuto de gloria (hasta el 10 de enero al menos).

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Fuentes: Diario de Sevilla y El Correo de Andalucía

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