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jueves, 17 de julio de 2014

Las murallas de Sevilla (V): la defensa contra el río

Pavimento que indica la presencia de la muralla en la calle Lumbreras 

La muralla de Isbiliya no tuvo únicamente una función defensiva contra los ataques de los invasores del norte (castellanos) y del sur (sublevaciones contra la dinastía almohade) sino que jugó un papel fundamental en la protección de la ciudad contra la continuas riadas del río Guadalquivir y sus principales afluentes, el Tamarguillo y el Tagarete. Por ello, el tramo de muralla que discurría paralelo al río por la actual calle Torneo fue constantemente embestido por el agua y necesitado de continuas reparaciones.

miércoles, 16 de julio de 2014

Crónicas urbanas: Centro Arqueológico de San Juan de Aznalfarache


Nada más salir del ascensor que comunica la estación de Metro 'San Juan Bajo' con la Barriada del Monumento, un sillar de piedra y una plancha metálica que indica por dónde pasaba la muralla romana del municipio te da la bienvenida. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de conocer el Centro Arqueológico de San Juan de Aznalfarache, construido tras la aparición de diferentes estructuras turdetanas, romanas e islámicas durante las obras de la Línea 1 del Metro.

sábado, 12 de julio de 2014

La muralla de Sevilla (IV): la Ronda Histórica

Restos de la muralla en la calle Menéndez y Pelayo antes de su destrucción en 2011

Desde la Plaza de Refinadores tenemos que dar un buen salto en el callejero para encontrar otro tramo de la muralla almohade de Isbiliya. En febrero de 2011 aparecía en la avenida Menéndez y Pelayo un pequeño tramo de la muralla tras el derribo de un edificio en la esquina con el Pasaje de Zamora como atestiguan estas imágenes, pero al cabo de pocos meses la muralla fue destruida y enterrada en hormigón, desapareciendo este pequeño trozo de nuestra historia.

jueves, 10 de julio de 2014

Las murallas de Sevilla (III): El callejón del Agua


El sistema defensivo del Alcázar no se acaba en las murallas que lo cercaban hacia la calle San Fernando y el puerto, sino que tenían un cierre que miraba hacia la propia ciudad y que comunicaba la alcazaba donde vivían los gobernantes en época almohade con la nueva Mezquita aljama cuyas obras culminarían en 1184. De estos lienzos de muralla apenas se ha conservado nada en el plano físico, pero sí en la toponimia de la ciudad. La Puerta de la catedral más cercana a la Giralda se conoce como Puerta de los Palos porque en este punto existió un acceso al recinto amurallado que separaba la ciudad del conjunto palatino. El nombre de 'Palos' viene por los canceles de madera que cerraban dicha puerta.

lunes, 7 de julio de 2014

Las murallas de Sevilla (II): El Real Alcázar

Antigua Fundición Real donde se encuentra un tramo de la muralla almohade 

Una vez salvado el recinto de las atarazanas almohades que veíamos en la anterior entrega, la muralla continuaba hacia el Alcázar en dos tramos, creando una pequeña ciudadela en lo que es hoy en día la Casa de la Moneda. El tramo sur iba paralelo a la actual calle Almirante Lobo para entroncar con la muralla aparecida durante las obras del Metro en la calle San Fernando. Ambos lienzos de muralla se unían en la Puerta de Jerez y tenían como protección natural el arroyo Tagarete que discurría a los pies de la muralla. Actualmente este lienzo de muralla se conserva dentro de lo que es la Sala de Teatro La Fundición (almenas incluidas), antigua Fundición Real. Este tramo de muralla proseguía por la calle San Fernando hasta el actual Bar España girando hacia los actuales Jardines del Alcázar donde nos encontramos el siguiente resto aún visible hoy en día. Se trata de una torre totalmente desprovista de unión con cualquier lienzo de muralla y que más parece un elemento decorativo de los jardines que un elemento defensivo de la primitiva muralla almohade.

sábado, 5 de julio de 2014

Las murallas de Sevilla (I): El Puerto almohade


La llegada de los almohades a Isbiliya el 12 de enero de 1147 supuso la total transformación de la ciudad heredada de siglos pasados. La oposición de la ciudadanía al férreo control de esta nueva dinastía supuso no sólo que la ciudad tuviera que reconquistarse en 1150, sino la construcción de un potente entramado de murallas que protegerían a los nuevos gobernantes, diseñándose un complejo sistema defensivo en torno a los principales centros económicos, religiosos y de poder: el puerto, la nueva Mezquita aljama y la residencia de los gobernantes, el Alcázar. Se iniciaba una nueva etapa en la que Sevilla se convertiría en capital del Imperio Almohade y como tal, su estatus e importancia adquirieron un peso fundamental en el mundo islámico. En apenas cien años (entre 1150 y 1248 cuando la ciudad pasa a formar parte del reino cristiano de Castilla) Sevilla adquirirá las dimensiones que se mantendrán hasta bien entrado el siglo XIX, con un cinturón de murallas que concentraba la ciudad almohade y que a día de hoy se sigue observando en diferentes puntos del centro histórico.