El Patio de Banderas es quizás uno de los espacios más fotografiados y visitados de la ciudad. Hoy me quiero detener en un detalle que para mí había pasado completamente desapercibido hasta ahora y que muestra esa otra Sevilla en la que el color lo inundaba todo y de la que ya os he hablado en alguna que otra ocasión. La Sevilla encalada es mucho más reciente de lo que pensamos, durante siglos las fachadas de iglesias, casas, palacios y conventos estuvieron decoradas con vivos colores que hoy nos sorprenderían por su pomposidad.
Entrando al Patio de Banderas por el arco que comunica con la Plaza del Triunfo, si nos detenemos en la primera casa que nos encontramos a mano derecha y miramos hacia arriba veremos que una de las pilastras no tiene nada que ver con las demás. Décadas de pintura de color albero han borrado todo rastro del colorido original de esta fachada. En esta pilastra ha quedado al descubierto la decoración barroca del edificio donde se mezcla el esgrafiado con los morteros de colores previos a la alberización de la ciudad. Si nos colocamos frente al edificio podemos hacer un ejercicio de abstracción y tratar de imaginar cómo sería la fachada con esos otros colores propios de la segunda mitad del XVIII sevillano. La casa guarda ciertos paralelismos con otro edificio actualmente en restauración, la Casa Surga de Utrera, en cuya fachada está apareciendo un rico programa iconográfico oculto durante décadas. El edificio del Patio de Banderas es compositivamente más sencillo que el ejemplo utrerano, pero la disposición de los cuerpos es bastante similar, con esa galería superior dividida por pilastras.
Detalle de una de las pilastras de la casa número 2 del Patio de Banderas |
Al ver la decoración de la pilastra, con esos colores almagra y ocre y ese juego de óvalos, rápidamente vino a mi mente una decoración aparecida hace unos años en el cercano Convento de San José o de Las Teresas del barrio de Santa Cruz. Durante la restauración de las fachadas del edificio se eliminó el color almagra que cubría la cornisa apareciendo una bellísima cenefa muy similar a las que se puede ver en la casa del Patio de Banderas.
Fachada del convento de Las Teresas |
El actual convento de las Teresas fue fundado en los años ochenta del siglo XVI pero la iglesia no se realiza hasta los principios del siglo XVII. Será Vermondo Resta, arquitecto milanés, el que diseñe las trazas del templo. Este mismo arquitecto también trabajará, en esos años, en el Real Alcázar, donde fue maestro mayor. A su mano se deben el apeadero y la fachada que da hacia el Patio de Banderas. La casa de la que hablamos es bastante posterior, más de un siglo, pero resulta sumamente llamativo la similitud de ambas decoraciones. ¿Quizás el convento de Las Teresas se redecoró a finales del siglo XVIII añadiéndose esta cenefa? ¿O tal vez es un motivo muy característico de la arquitectura barroca que consiguió mantenerse durante casi dos siglos? Sea como sea es un curioso detalle que se resiste a desaparecer.
Detalle de la cenefa en la fachada del convento de Las Teresas |
>> Muchas gracias a Manuel Pablo por ponerme sobre la pista de esta pintura.
2 comentarios:
Existe una tendencia a la simplificación, que no tendría nada de malo si afectase solo a los edificios de nueva de construcción, pero que se convierte en un problema cuando afecta a las rehabilitaciones de edificios antiguos, que tiende a unificar y simplificar decoración, supongo que por moda y muy seguramente por que es más económico. No es nada nuevo, pero tristemente se sigue realizando al rehabilitar inmuebles antiguos
La última moda en Sevilla consiste en darle una pátina blanca impoluta a los edificios que se están "rehabilitando", sean de la época que sean. Palacios del siglo XVIII están siendo pintados de blanco como si no hubiera un mañana. Por cierto, en la mayoría de los casos estos edificios se destinan a hoteles y apartamentos turísticos, será que el blanco es sinónimo de "alto standing" y los colores típicos de la ciudad "no están a la altura".
¡Saludos!
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