domingo, 23 de julio de 2017

De paseo por Nervión

Edificio en calle Cristo de la Sed amenazado por la piqueta



No he querido tardar mucho en ir a fotografiar el edificio regionalista de la calle Cristo de la Sed, en Nervión, después de leer en prensa su venta para construir un bloque de pisos. En Sevilla somos muy dados a aprovechar los períodos de vacaciones para hacer desaparecer aquello que de otro modo causaría gran revuelo (como aquella Feria en la que fueron talados en apenas un día todos los árboles de la avenida de la Constitución). Sea o no de Aníbal González (personalmente tengo mis dudas) la pérdida de este edificio supondría un duro revés para el patrimonio monumental de la ciudad en su conjunto.


Según publica hoy mismo Juan Parejo en Diario de Sevilla, el grupo municipal socialista llevará al próximo Pleno una iniciativa para proteger el patrimonio regionalista de Nervión. Una vez más el Ayuntamiento llega tarde a plantear soluciones a un problema denunciado por diferentes entidades y expertos desde hace años. La desaparición de este patrimonio ha sido noticia en varias ocasiones sin que el Ayuntamiento haya hecho absolutamente nada, del mismo modo que, casualmente, se presenta un inventario sobre elementos de la Exposición Universal justo después del derribo de la Puerta del Guadalquivir. 


Villa Rosalía, vivienda unifamiliar de 1918


El barrio de Nervión nació para dar respuesta a las necesidades urbanísticas de la ciudad con vistas a la Exposición Iberoamericana de 1929. Un siglo después, ese mismo espíritu de aprovechar hasta el último centímetro cuadrado para construir está llevándose por delante innumerables edificios que forman parte de la personalidad de esta zona de la ciudad. Una tras otra han ido cayendo viviendas unifamiliares para dar paso a bloques como el de la calle Alejandro Collantes donde de las dos casas gemelas existentes una fue derribada para levantar un bloque, dejando huérfana a su pareja. O los edificios de Gómez Millán junto al estadio, también derribados.


De las dos casas gemelas de la calle Alejandro Collantes sólo queda una


Dando un paseo por la zona donde más edificios regionalistas se conservan (el rectángulo formado por las calles Eduardo Dato, José Luis de Casso, Luis Montoto y avenida Cruz del Campo) no es complicado ver la cantidad de nuevos edificios que se han construido, así como anuncios de nuevas promociones inmobiliarias, solares y casas en ruinas. Conservar el cien por cien del caserío es imposible, claro está, pero cuesta entender que a día de hoy nadie se haya planteado en el Ayuntamiento hacer un catálogo con aquellos elementos a conservar, tanto por su calidad estética como por la histórica, ya que forman parte de un planeamiento urbanístico de hace más de un siglo en el que se intentó hacer una ciudad más cómoda, más verde (todas las casas tenían jardín) y ordenada, siguiendo una estructura en damero de calles rectas y cruces en chaflán que recuerda a los postulados de Cerdá en Barcelona. La destrucción de estos edificios, además, satura una zona que se diseñó para casas unifamiliares y no para bloques de tres plantas.


Anuncio de una promoción inmobiliaria en el lugar de varias casas unifamiliares


Al parecer existe desde hace años un inventario de edificios realizado por el arquitecto Jorge Benavides. Sin duda es un buen punto sobre el que comenzar a plantear las líneas de protección, una catalogación que no debe ceñirse únicamente a fachadas, sino que debe englobar elementos como retablos cerámicos, rejas, jardines y por supuesto, los interiores de estas villas, que pueden albergar auténticas sorpresas. En la manzana más cercana al estadio del Sevilla, por ejemplo, se conservan aún varios edificios que fueron decorados con esgrafiados en fachada, una técnica muy poco utilizada en la Sevilla regionalista y que por tanto merece ser protegida por su originalidad.


Vivienda en la calle Juan de Oñate de propiedad municipal


No quiero cerrar este post reclamando la protección del patrimonio regionalista de Nervión sin lanzar una propuesta. El Ayuntamiento posee en esta zona varios edificios, dos de ellos en la calle Juan de Oñate. Uno de ellos, Villa Julita, está siendo intervenido con vistas a darle un uso sociocultural. El otro, justo al lado, se encuentra también en ruinas y ha salido a la venta en varias ocasiones. De venderse pasaría a englobar la lista de edificios derribados para construir bloques de viviendas por lo que desde aquí planteo otra opción. Estos dos edificios se podrían utilizar como un espacio donde dar a conocer el urbanismo sevillano. Ambos edificios podrían convertirse en el lugar de referencia para conocer cómo ha ido evolucionando la ciudad de Sevilla, un espacio para presentar nuevas propuestas urbanísticas, donde debatir sobre el modelo de ciudad que queremos, en el que plantear una Sevilla más sostenible. Al mismo tiempo podría servir como origen de una ruta que diese a conocer el patrimonio regionalista de Nervión, indicando físicamente sobre el terreno los edificios más característicos. Ignoro si esto puede tener un interés para el turista (para el que parece que todo se diseña en esta ciudad) pero sin duda podría contribuir a mostrar otro patrimonio más allá del Centro Histórico y contribuir a que la ciudadanía sepa el valor real de estas construcciones. Quizá si empezamos a mostrar que estas villas tienen una importancia histórica y estética los promotores se lo pensarán dos veces antes de derribar y construir algo nuevo.


Iglesia de la Inmaculada Concepción, uno de los referentes del Regionalismo en Nervión


5 comentarios:

Patricia Iglesias dijo...

Es una pena, hace poco estuve paseando por este barrio, especialmente fijandome en estos edificios, no entiendo como se puede especular asi con ellos. ¿Es que para los propietarios no tienen ningún valor? ¿Ni siquiera sentimental? Supongo que los propietarios los habrán heredado de su familia, lo normal sería que desearan mantenerlos. En fin, parece que todo lo que se valora es el dinero, como siempre.

Líbero en zona dijo...

"Si Gustavo Adolfo Béquer, levantara la cabeza

Levantara la cabeza
Si Gustavo Adolfo Béquer
Levantara la cabeza
Y volviera a ver Sevilla
Se moría de tristeza

La Sevilla bequeriana
De limón y primavera
La Sevilla bequeriana
De la noche a la mañana
Ha cambiao de maneras

Y en las plazas con vitolas
Que eran una maravilla
Hacen casas nueva ola
Que le pegan a Sevilla
Como a un santo dos pistolas".

El poeta sevillano Rafael de León ya alertó en estas sevillanas interpretadas por los Hermanos Reyes sobre la destucción que se estaba llevando a cabo en Sevilla en las críticas décadas de los "60 y "70, donde nuestra ciudad perdió grandes exponentes patrimoniales.

Ahora, media centuria después, la mano especulativa y destructura sigue haciendo su labor vergonzante con el absoluto beneplácito del consistorio hispalense. ¿Que por qué? Porque siguen primando intereses económicos y partidistas por encima de la auténtica salvaguarda y valorización de la fisonomía autóctona de esta ciudad. Y estos señores tan dedicados a concursos para dirimir fuentes y días de feria, velás y cabalgatas de reyes, olvidan la situación sangrante en que se halla gran parte del patrimonio sevillano que excede la nómina de hitos referenciales.

Conventos que se caen a pedazos, iglesias cerradas a cal y canto, museos que malviven en un letargo decadentista, obras de arte dispersas en paradero desconocido, falta de inventarios de inmuebles patrimoniales, inauguraciones siempre postergadas, etc. Pero eso sí, aquí tenemos mucho hotel high tech, mucho salero y sabemos muy bien hacernos el nudo de la corbata para estar en la foto de turno allá donde hay mucho foco.

Siento decirles que allá donde no hay focos, ni interés mediático, ni charanga cofrade... Existe un vastísimo patrimonio que urge proteger, mimar y preservar para futuras generaciones. Parece que no ha servido de nada la bochornosa lista de derribos patrimoniales que se han producido en los últimos cincuenta años en una ciudad que llora lágrimas de hiel y agoniza en silencio... como sus árboles.

Quizá estos no son sino una metáfora de la propia ciudad... Sevilla, árbol regio que muere de pie a la vista de unos indecentes espectadores.

¡¡¡NO MÁS DESTRUCCIÓN PATROMONIAL!!!

¿QUÉ HACE FALTA DESTRUIR MÁS PARA ADQUIRIR CONCIENCIA PATRIMONIAL, SEÑOR ESPADAS?

Sergio Harillo dijo...

Patricia, me imagino que es un tema complicado. Casas unifamiliares que, por medio de herencias, acaban en manos de varios herederos. Lo más cómodo y rápido es vender el edificio y repartirse el dinero. No creo que sea cuestión de que los propietarios no le den valor (quiero creer que sí lo hacen) pero mantener un edificio así conlleva unos gastos y cualquiera no puede permitírselo. Es por ello que las leyes patrimoniales además de 'obligar a' deberían 'contribuir a', es decir, no sólo obligarte a mantener el edificio en sí, sino establecer medidas para que sea menos costoso mantener el patrimonio. ¿Cómo? Pues habría que estudiar las fórmulas.

Isaac, como siempre, absolutamente de acuerdo contigo.

Un abrazo y gracias a los dos por vuestros comentarios :)

Gabriel M. dijo...

El eterno dilema. Conservar con cargo al erario público y buscando con qué rellenar el contenedor o dejar que el mercado haga de las suyas. Yo soy de Nervión, y siempre me han gustado las casas más hermosas de la zona. Con los recursos que tenemos, y la potencial utilidad pública real que se puede dar a esos edificios, yo me centraría en proteger los de mayor valor y, además, convertiría en centros públicos de algún tipo a los que sean más apropiados para ello (siempre digo que la Administración debería habilitar edificios patrimoniales en vez de construír otros nuevos y sin valor patrimonial; os imagináis que hubieran puesto el centro cívico de La Ranilla en la antigua cárcel restaurada, en vez de gastarse el dinero en un edificio nuevo?). Las casas con mayor valor patrimonial a las que no pueda darse uso público deberían salir al mercado pero con condiciones sobre su conservación, y las que no tienen tanto valor tendrán que quedar al albur de sus propietarios.

Guillermo Daza dijo...

Si Sergio, desgraciadamente en Nervión el suelo se está revalorizando y la arquitectura de este periodo está en peligro. Algunos edificios son más llamativos y ante su destrucción levantan el recelo popular e incluso salen en prensa pero muchos otros no. Aun me acuerdo del antiguo colegio en la calle Tomás Murube nº14, o la maravillosa casa en Marqués del Nervión nº 6 completamente destruidas. Y si paseais por la actual Manuel Ramón Alarcón ( antigua Tomás Murube ) podréis comprobar perfectamente lo que está pasando por el barrio, y cuales serán las próximas construcciones en caer.